jueves, 27 de abril de 2017

Gobierno calla al obispo y la violencia sigue imparable

Perspectiva Ciudadana
Gobierno calla al obispo y la violencia sigue imparable
José Alberto Morales
Y de repente calló el obispo de la diócesis Chilpancingo – Chilapa, Salvador Rangel Mendoza. El religioso solo declaró a los medios masivos de comunicación lo que es un secreto a voces en el estado de Guerrero; la complicidad que existe entre los tres niveles de gobierno con grupos de la delincuencia organizada.
El obispo se fue contra el gobierno estatal priísta; la revista nacional Proceso publicó que el religioso acusó que “el gobierno de Héctor Astudillo Flores pactó con el narco en algunas regiones de la entidad, pero que la violencia no cesa porque en el fondo hay cierta repartición de dividendos entre ambos”.
Lo dicho por el obispo no preocupó al mandatario estatal, quien solo se limitó a decir que no creía lo manejado en los medios de comunicación y que le parecía que las declaraciones hechas por el religioso habían sido tergiversadas por los reporteros.
En Guerrero, hasta la fecha - después de esas declaraciones - no existe autoridad alguna que se manifieste a favor de realizar una investigación por los dichos del obispo y cómo lo van hacer si a los poderes judicial y legislativo los maneja a su antojo el gobierno estatal del PRI.
Hay que destacar la valentía del obispo al denunciar públicamente los pactos del gobierno con delincuentes, que aunque en la entidad es un secreto a voces siempre es necesario que haya gente que lo diga y más tratándose de un líder de uno de los poderes fácticos en el país.
El religioso sabe mucho de estas relaciones gobierno – criminales, puesto que viene del estado de Michoacán donde había una estrecha relación de autoridades con el grupo delincuencial Los Caballeros Templarios, liderados por Servando Gómez Martínez, La Tuta, acercamiento que obligó al entonces gobernador priísta Fausto Vallejo pedir licencia al cargo.
El silencio del obispo Salvador Rangel se debe a un pacto que realizó con el estado a través del intolerante a la crítica periodística, el “flamante” Secretario General de Gobierno, Florencio Salazar Adame; con esta “tregua” los que salen perdiendo son los guerrerenses, porque es un claro mensaje a la población de que nadie puede hacer señalamientos contra el estado.
Al obispo se le debe agradecer su valentía de ridiculizar a las autoridades de los tres niveles de gobierno, pero también se le tiene que reclamar el que haya accedido a callarse porque su silencio no ayudará para que frene la violencia, al contrario, incrementará debido a que ya no hay voces que desenmascaren la relación gobierno – criminales.
Y el aumento de la violencia es preocupante pues han incrementado los asesinatos de civiles que nada tienen que ver con la violencia y hasta alcanzó al político Demetrio Saldívar Gómez, que se desempeñaba como Secretario General del Comité Directivo Estatal del PRD.   

Nos leemos mañana, mientras el Secretario General de Gobierno, Florencio Salazar Adame, no le está ayudando en nada a Héctor Astudillo y ya es necesario un cambio en esa área importantísima, pues con el asesinato del Secretario General del Comité Directivo Estatal del PRD, Demetrio Saldívar Gómez, declaró que es culpa de los dos gobiernos perredistas y resaltó que los perredistas no tienen cara para reclamos. moralessantosjosealberto@gmail.com

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