Por. Alfredo Colque Machicado*
Eran otros tiempos, pero no hace muchos años nuestros padres nos recomendaban con mucha confianza acudir en caso de alguna emergencia al primer policía que viéramos en las calles y aunque no lo crean acudíamos a ellos, sobre todo porque si habían policías patrullando en las calles.
Lamentablemente los tiempos han cambiado y no solamente porque la delincuencia se ha proliferado sino y sobre todo porque la policía como institución ha perdido aquella imagen de seguridad y protección ciudadana que en otrora tenía, por culpa de algunos malos elementos que camuflados en barras y estrellas han hecho de esta valerosa institución parte de la delincuencia.
Es triste reconocerlo pero en Bolivia la corrupción se ha pintado de verde olivo y no sólo lo digo por lo que sucede en Yapacaní Santa Cruz donde descubrieron que no sólo se venden autos robados en el extranjero, sino que quienes los vendían eran los propios policías, o por los nexos de algunos jefes policiales con el narcotráfico, sino por otros detalles que son parte de la policía ya hace años.
Y para entender esto empecemos por lo más básico haciéndonos la siguiente pregunta, ¿Porque ya no vemos a policías en las calles o las escuelas, cumpliendo su mandato constitucional (Art. 252) de servir y proteger?, la respuesta es simple, porque estos uniformados decidieron hacer un negocio de la seguridad privada camuflados en una empresa Of Short llamada Policía de Seguridad Física que saca a los policías de las calles y escuelas, y los coloca en estas instituciones públicas y sobre todo privadas como los bancos, a cambio de jugosos contratos fantasmas que disfrazados en sueldos y salarios van una pequeña parte para el policía y el resto según los propios policías para los jefes que se lo reparten como pasanaku.
Otro ejemplo que explica la mega corrupción que existe en la policía está relacionado a la famosa inspección vehicular que recauda al año aproximadamente 55 millones de bolivianos (1.900.000 vehículos – 2021 * 30 bs costo de la inspección), la pregunta lógica es, donde va tanta plata, si la policía tiene presupuesto asignado por el estado? Ojo que aquí no calculamos las recaudaciones por las boletas de infracción que tránsito te levanta incluso sin que tú lo sepas, pues según pude investigar cada policía de tránsito está supuestamente obligado a llenar por día un talonario, a cambio estos policías recibirían un bono especial de 6.000 bolivianos al año, se imaginan la millonaria suma de dinero que se recauda y nadie más que algunos jefes policiales saben dónde va.
Pero esto no queda ahí ya que uno de los hechos de mayor corrupción dentro esta institución tiene que ver con el cambio de destinos, ya que según las declaraciones de varios policías que entreviste ellos tienen que pagar grandes cifras de dinero incluso en dólares y cuotas mensuales para mantenerse o ser destinados en puestos exclusivos, lo mismo sucede con los ascensos de grado, ya que si quieres ascender tienes que pagar.
Pero ojo esta porquería no termina ahí ya que incluso pudimos conocer la existencia de efectivos fantasmas, es decir personas que cobran sueldos sin trabajar, como es el caso de un reconocido fotógrafo tarijeño, qué tal y como él varios.
Además en mi investigación todo en el ámbito local no pude dejar pasar por alto una denuncia anónima que recibí en los pasados días, la misma está relacionada a las batidas sorpresa de motos que circulan sin placa por la ciudad, sucede que sólo en un día los camiones de la policía se llevan entre 50 y 100 de estos motorizados, todo estaría bien si los infractores recuperaran sus unidades cumpliendo con toda la documentación que la ley exige, sin embargo esto no es así, según la denuncia para recuperar su propiedad el supuesto dueño tiene que presentar un simple recibo de compra y 500 bolivianos en medio, que la policía no registra en sus informes de ingresos, es decir 50.000 bolivianos diarios que igual que el resto de las recaudaciones de nuestra policía, nadie sabe dónde va, igual que las motos que nunca nadie reclama.
Sin embargo, a pesar de esta camuflada pero elocuente mafia del verde olivo, estoy convencido que en la institución de la ley y el orden existen buenos y destacados policías que llevan con orgullo el uniforme y sirven a la sociedad con sacrificio y valentía arriesgando en muchos casos incluso su propia vida, a pesar de estar en medio de un circulo de corrupción que hace que todo un pueblo se pregunte si los policías son ¿héroes o delincuentes?
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