Disertaciones
Noé Ibáñez Martínez
Un grave problema
socio-educativo que persiste en México, y particularmente en Guerrero, a pesar
de grandes esfuerzos para combatirlo y erradicarlo, es el analfabetismo en
personas mayores de 15 años. Como cada año, este 8 de septiembre, la UNESCO
nuevamente conmemora el Día Internacional de la Alfabetización, con el que
busca promover y concientizar sobre la importancia de no sólo leer y escribir,
sino adentrarse en la era de las tecnologías.
Sin duda, existe una
gran preocupación por organismos internacionales por el poco avance que ha
tenido la alfabetización en jóvenes y adultos en la última década en Guerrero. De
acuerdo con el Censo de Vivienda y Población 2010 del Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (Inegi), en Guerrero viven 374 mil 327 personas mayores
de 15 años que desconocen el alfabeto, es decir, el 16.68% de la población
total, lo que coloca al estado en la segundo lugar nacional solo detrás de
Chiapas y por arriba de la media nacional que es el 6.9%.
Además, también persiste un rezago educativo importante en este sector. Por ejemplo, de 1970 a 2010 el porcentaje de personas sin primaria terminada pasó del 43.4% al 14.6%, pero el de las personas sin secundaria terminada incrementó del 7.7% al 20.9%.
Ante este panorama, es inevitable preguntar cuáles son los obstáculos que frenan la alfabetización. ¿Cómo podríamos acelerar el paso y abordar los problemas? ¿Qué iniciativas conjuntas podrían establecerse para alfabetizar a un mayor número de personas? ¿Por qué no se puede erradicar el analfabetismo en Guerrero?
Hemos sido testigos de innumerables esfuerzos gubernamentales para disminuir los índices de rezago educativo, pero éstos no han alcanzado un éxito e incluso son un claro signo de fracaso, a excepción de Cuba, ya que después del triunfo de la Revolución, Fidel Castro movilizó a 250 mil “maestros” durante ocho meses y redujo el analfabetismo del 21 al 3.9%. La cuestión es, ¿por qué tuvo tanto éxito? La respuesta podría ser la misma Revolución. ¿Y por qué las campañas de alfabetización no han funcionado en otros países de América Latina y por qué la experiencia cubana no es un modelo que se pueda generalizar para otros países?
Uno de los errores que se ha venido cometiendo es que la alfabetización en sí misma no es viable, salvo para unos cuantos que saben exacta y urgentemente lo que necesitan para capacitarse. Es decir, para que tenga cierto éxito, la alfabetización siempre debe integrarse a un conjunto y en el contexto en el que se alfabetiza cierto número de personas.
Además, otro error de las políticas gubernamentales dirigidas a la atención de este problema es creer que con la alfabetización se pueden resolver todos los problemas de una sociedad.
Aunado a estos elementos también se puede considerar la simulación como un factor importante que frena el avance en la alfabetización. Por ejemplo, el Instituto Estatal para la Educación de los Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG) reportó que durante el periodo de 2000 a 2010 se alfabetizaron 170 mil 264 personas; no obstante, el Inegi contabilizó solo a 66 mil 604 personas durante el mismo periodo, lo que da una diferencia de 103 mil 660 personas.
Además, también persiste un rezago educativo importante en este sector. Por ejemplo, de 1970 a 2010 el porcentaje de personas sin primaria terminada pasó del 43.4% al 14.6%, pero el de las personas sin secundaria terminada incrementó del 7.7% al 20.9%.
Ante este panorama, es inevitable preguntar cuáles son los obstáculos que frenan la alfabetización. ¿Cómo podríamos acelerar el paso y abordar los problemas? ¿Qué iniciativas conjuntas podrían establecerse para alfabetizar a un mayor número de personas? ¿Por qué no se puede erradicar el analfabetismo en Guerrero?
Hemos sido testigos de innumerables esfuerzos gubernamentales para disminuir los índices de rezago educativo, pero éstos no han alcanzado un éxito e incluso son un claro signo de fracaso, a excepción de Cuba, ya que después del triunfo de la Revolución, Fidel Castro movilizó a 250 mil “maestros” durante ocho meses y redujo el analfabetismo del 21 al 3.9%. La cuestión es, ¿por qué tuvo tanto éxito? La respuesta podría ser la misma Revolución. ¿Y por qué las campañas de alfabetización no han funcionado en otros países de América Latina y por qué la experiencia cubana no es un modelo que se pueda generalizar para otros países?
Uno de los errores que se ha venido cometiendo es que la alfabetización en sí misma no es viable, salvo para unos cuantos que saben exacta y urgentemente lo que necesitan para capacitarse. Es decir, para que tenga cierto éxito, la alfabetización siempre debe integrarse a un conjunto y en el contexto en el que se alfabetiza cierto número de personas.
Además, otro error de las políticas gubernamentales dirigidas a la atención de este problema es creer que con la alfabetización se pueden resolver todos los problemas de una sociedad.
Aunado a estos elementos también se puede considerar la simulación como un factor importante que frena el avance en la alfabetización. Por ejemplo, el Instituto Estatal para la Educación de los Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG) reportó que durante el periodo de 2000 a 2010 se alfabetizaron 170 mil 264 personas; no obstante, el Inegi contabilizó solo a 66 mil 604 personas durante el mismo periodo, lo que da una diferencia de 103 mil 660 personas.
Y finalmente, el otro
factor es el mismo educando, es decir, la necesidad de adaptar el proceso de
alfabetización al medio social y las posibilidades de la persona, ya que su
esencia de vida no es la lectoescritura, sino garantizar el alimento diario de
su familia.
Ya vivimos en el tercer lustro del siglo XXI, mientras por un lado la tecnología avanza a pasos agigantados, por el otro un gran número de personas viven en la era de la oscuridad y se concentran en un mapa relacionado directamente con la pobreza. Como lo señalaba también la pedagoga cubana Leonela Inés Relys Díaz –quien falleció en enero de este año– en una conferencia durante su visita a Guerrero en 2012, el analfabetismo “es consecuencia de problemas de orden social, político, económico, educativo y cultural; y por ser un fenómeno de carácter multicausal y multifactorial, requiere de un tratamiento diferenciado, relativo y específico”.
Por tanto, el problema que se consideraba hace algunas décadas como “común” en las sociedades, hoy debe considerarse como un grave problema social crónico y atenderse de manera urgente. No porque se haya incrementado el número de personas en esa condición, sino que su combate no ha sido eficaz y en esa inercia el analfabetismo seguirá persistiendo en Guerrero durante las próximas cuatro o cinco décadas.
Ya vivimos en el tercer lustro del siglo XXI, mientras por un lado la tecnología avanza a pasos agigantados, por el otro un gran número de personas viven en la era de la oscuridad y se concentran en un mapa relacionado directamente con la pobreza. Como lo señalaba también la pedagoga cubana Leonela Inés Relys Díaz –quien falleció en enero de este año– en una conferencia durante su visita a Guerrero en 2012, el analfabetismo “es consecuencia de problemas de orden social, político, económico, educativo y cultural; y por ser un fenómeno de carácter multicausal y multifactorial, requiere de un tratamiento diferenciado, relativo y específico”.
Por tanto, el problema que se consideraba hace algunas décadas como “común” en las sociedades, hoy debe considerarse como un grave problema social crónico y atenderse de manera urgente. No porque se haya incrementado el número de personas en esa condición, sino que su combate no ha sido eficaz y en esa inercia el analfabetismo seguirá persistiendo en Guerrero durante las próximas cuatro o cinco décadas.
hist23@gmail.com
@ibanez_marti
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