Editorial
Fiscal de Guerrero denuncia que Ejército y federal no
dan resultados
El fiscal General del Estado,
Xavier Olea Peláez, se lanzó en contra del gobierno federal en materia de apoyo
y coordinación para combatir la inseguridad en Guerrero, provocando la
irritación de los mandos del Ejército y de todo el Gabinete de Seguridad y con
el nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, que descalificó públicamente al
vaticinar que será un fracaso.
Como chivo en cristalería,
Olea Peláez reveló debilidades y limitaciones de su función como fiscal durante
una reunión pública el miércoles pasado con los miembros del Grupo ACA, pero
también criticó de forma irresponsable la actuación de las fuerzas federales,
los operativos de seguridad pública y hasta el nuevo Sistema de Justicia Penal
Acusatorio que se está implantando en todo el país.
Lo que provocó el fiscal, una
crisis de credibilidad en las relaciones entre el gobierno estatal y los mandos
castrenses y policiacos federales. Tanto que tuvieron que intervenir por
separado tanto la Secretaría de la Defensa Nacional.
La SEDENA emitió un comunicado
a través de la Comandancia de la IX Región Militar con sede en Acapulco, en el
que textualmente se lamentan las “desafortunadas” declaraciones del fiscal
General del Estado, que denotan “una falta de conocimiento del despliegue de
las autoridades de los tres órdenes de gobierno” en ese puerto.
Aclara la SEDENA que “para la
implementación de la estrategia de seguridad en Guerrero, el puerto de Acapulco
se sectorizó tomando en consideración las colonias de mayor incidencia
delictiva y la importancia de la zona Costera, fuente de empleos de muchos
guerrerenses, además de su importancia turística nacional e
internacional". Y que la información sobre toda su estrategia ha sido
compartida con las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Por lo que reitera que “el
Ejército y Fuerza Aérea mexicanos refrenda su compromiso con el pueblo
guerrerense, manifestándoles que se continuará trabajando, con la finalidad de
generar un clima de paz, tranquilidad y seguridad”.
Ahora el fiscal se convirtió
ya en un personaje incómodo para todos y genera desconfianza, dada la ligereza
con que habló de temas tan delicados públicamente, por lo que se avizora un
alejamiento del fiscal de los temas confidenciales, e incluso de su eventual
renuncia, dada la gravedad de su acción y de la pobre actuación que en general
ha tenido en el puesto.
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