Resiliencia del PRI en su ocaso; ¿Acto de fé o evasión de la realidad?

 

ABSTRACCIÓN POLÍTICA 

Por Yahir Flores Hdez.

“Qué sería de la vida sin la fabulosa habilidad de tomar decisiones estúpidas”

House M.D. (2004-2012), David Shore 

Edwin Morales Leguízamo se va de bruces con su zalamería encausada a Manuel Añorve Baños, el recién nombrado dirigente del PRI en Chilpancingo, denota así, su condición como político de poca monta, desconoce la delgada línea entre lanzar un mensaje dominante a través de un elogio diplomático y el hecho de lambisconear sin reparo. En su intento persuasivo, cataloga al personaje que desató la debacle de su partido en el Estado, como ‘El primer priísta de Guerrero’. Luego, el flamante senador que añora perpetuarse 6 años más en San Lázaro, asumiéndose el gran orador, reviró con falsa euforia evidente; “Yo te agradezco tu comentario, pero créeme que aquí, el primer priísta de Guerrero; ¿Sabes quiénes son los primeros y las primeras? ¡Los seccionales del partido! ¡La militancia! ¡Esas mujeres chingonas del partido! ¡Esos hombres que se rompen la madre para defender al partido! ¡Ese es el PRI que nosotros queremos! ¡Que viva el PRI!”. Le faltó pregonar “¡Que viva Alito!”, primer priísta de México, pero en la lista de plurinominales al Senado. La gente escuchaba con tedio mientras esperaba con ansias, aquellos tamales que la regidora Lupita repartiría una vez terminado el evento, “¡Sólo de uno por persona! ¡No se vale repetir!”, vociferaba. 

Parece que la lección más grande de la historia, es que nunca nadie aprende las lecciones de la historia, como refirió Huxley. El discurso que vociferó Añorve en su desolada reunión seccional con el cascajo que aún queda del PRI en Chilpancingo, previo a su arranque de campaña en Acapulco unas horas más tarde, continúa insultando la inteligencia del pueblo mediante narrativas absurdas e insostenibles, acaso por la nostalgia de contemplar su tiránico imperio en ruinas, o tal vez, para negarse a sí mismo que, ensimismado en su furia contra AMLO, nunca se ocupó en armar un proyecto de nación contrapuesto a la 4T. Añorve reproduce la inoperancia de su candidata presidencial Xóchilt Gálvez, quien ese mismo día, hizo el ridículo durante su arranque de campaña en Irapuato, luego de firmar un ‘Pacto de sangre’ para dar certeza de que no va desaparecer los Programas Sociales, ¿Por qué? Simple; su palabra no basta, ella lo sabe, su discurso no es creíble, y para tratar que sea creíble, recurre a extraerse sangre para firmar un compromiso. Creyéndose imperecedero, rebasado por aquellos vicios, de los que fue incapaz de desprenderse, y gradualmente se volvieron incosteables, el PRI emprendió con disimulo el sendero de las malas decisiones, la sucesión de desaciertos que, con la meticulosidad y ahínco del artesano manejando el barro, moldeó el autosabotaje que lo tiene en la situación donde hoy se encuentra; ‘Sin timón y en delirio’, famélico, vadeando la ruina, con la percepción alterada, reducido a una ridícula caricatura de sí mismo.

En un acto de ingenuidad, irónicamente proporcional a su perversidad, el PRI considera que la propaganda del discurso emotivo y de epopeya, junto a la narrativa de odio contra AMLO, aún es efectiva. Sigue reproduciendo tal mecanismo de defensa desde que son oposición, cuando López Obrador arribó a la presidencia en 2018, pero en realidad, ese método se encuentra evidentemente caduco, le funcionó tanto a FeCal en 2006, como a EPN en 2012, pero ahora es estéril. Cierta reflexión que se le atribuye a Einstein, sostiene una máxima interesante respecto a este síndrome priísta; “Locura es hacer lo mismo una y otra vez, y esperar resultados diferentes”. Por otro lado, se muestra más certera la retórica empleada por MC; frivolidad burda llevada al extremo, mediante Samuel García y Mariana Rodríguez, ‘La pareja whitexican’ del momento, los precursores del ’Fosfo Fosfo’, fenómeno que a su vez, funge de mirada al espejo, una especie de retrato, como el de Dorian Gray, que devela consecuentemente algo más grave; la propia frivolidad del sector electoral que se identificó con estos personajes ilustres: la juventud. Este segmento de la población es el ‘Target’ o público meta de MC, Dante Delgado identificó que lo banal, a diferencia del marketing político priísta, seguirá vigente. Sabedor de su realidad, el partido naranja apuesta por el largo plazo, nutriéndose de la sociedad más frívola, de cara a la elección del 2030. 

“¿Si van a soportar los lazos? No se ven muy resistentes y está corriendo mucho aire, no se vayan a romper“. La reunión seccional se programó 11:30 hrs. Col. Rosario Ibarra, al poniente de la capital. Mi intuición agudizada por mi breve recorrido en la ‘Talacha periodística’, me indicaba que no tenía motivos para ser puntual. Tuve razón, Añorve llegó hora y media tarde, su cita anterior se prolongó; un cónclave con el clero, ignoro si para realizar una cadena de oración ante la adversa Odisea electoral que tiene a cuestas, implorando que un poder superior le ayude a salir avante, lo cual indicaría que la resiliencia del PRI en su ocaso, responde a un acto de fé. Pero acto seguido, luego de su encuentro con la esfera clerical, mi colega y amigo Rangel Ventura, director de la plataforma digital ‘Noticias Reporte Guerrero’, lo aborda para cuestionarlo acerca de las declaraciones que expresó Mario Moreno minutos antes, respecto a que en las encuestas por la candidatura al Senado, él arrancaba la campaña en segundo lugar, detrás de Morena y delante de la alianza PAN-PRI-PRD. Entonces Añorve muestra una arrogancia que me desconcierta; “Yo lo veo fuera de lugar, tenemos una gran alianza PRI, PAN y PRD, Mario sabe dónde está parado, yo estoy compitiendo con Morena, no estoy compitiendo con MC. Él sabe en qué lugar está en las encuestas. Si Mario se preocupa por mí le agradezco, yo no me preocupo por él. Mario Moreno es un contendiente más, como el candidato del PT, del Verde y los nueve partidos emergentes”. Vaya, ahora me parece que la resiliencia del PRI en su ocaso, emerge de la evasión. Simultáneamente, con una hora de retraso a cuestas, en la Rosario Ibarra el tedio amedrenta el entorno con apatía, fastidio y aburrimiento. Incluso Edwin Morales Leguízamo se percata de la atmósfera fúnebre y de hastío, e instruye a su ‘Brother’ a echarse un ‘Palomazo’ para amenizar el ambiente. El hermano, de quien ignoro su nombre, que igual es irrelevante para los fines de este texto, recita ‘Mi gusto es’ de Antonio Aguilar. De pronto acontece la escena que me iluminó respecto a cómo abordar este suceso; el viento sopla beligerante, sacude a ráfagas aquella lona afianzada en lo más alto del recinto y que exalta la figura de Añorve, junto a la leyenda ‘Candidato a senador, inicio de campaña’. El aire de la inercia, en alegoría del propio declive priísta, rompe los débiles lazos que la sostienen y derrumba por la izquierda aquel lienzo publicitario que funge como escaparate del flamante senador que añora perpetuarse 6 años más en San Lázaro, percibo que soy el único en precipitarse a capturar la gráfica. Los hermanos Morales Leguízamo berrean órdenes a diestra y siniestra, la lona vuelve a su sitio y para cuando Añorve llega, no hay indicios de lo acontecido. A excepción de mis fotos, por supuesto. 

Entonces, ¿Por qué la resiliencia del PRI en su ocaso? ¿Acto de fé? ¿Evasión de la realidad? Mi instinto como reportero novato, con bagaje en vicios, evasión y obsesiones incosteables, mismos elementos que precipitaron la ruina priísta, me dicta que lo hacen por algo que resulta más trivial; anémica voracidad. Perecerán, lo entienden, pero aferrados como toxicómanos a su droga, procuran exprimir hasta el último resquicio de placer y euforia, aquel éxtasis que les provoca saberse al margen de lo ético, la moral y por encima de la Ley. Sólo que en Guerrero quienes ahora están al margen de lo ético, la moral y por encima de la Ley, son la horda conformada por el Toro sin cerca y sus secuaces. Perecerán, y disociados pretenden evadir las consecuencias de saciar su insaciable saciedad, hasta donde la impunidad se los permita, postergan el instante en que habrán de azotar de un golpe seco contra la tierra y desmoronarse como si fueran un montón de piedras, emulando a su homónimo; el cacique y padre de todos en Comala, don Pedro Páramo. Perecerán…