*El 16.7% de la
población no sabe leer y escribir
Por Noe Ibañez
Martínez
Chilpancingo,
Gro.-
El pasado 8 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de la
Alfabetización en el mundo, el tema para este año es “La alfabetización y las
sociedades sostenibles”, como una forma de promover la adquisición de
habilidades de la lectoescritura que son requisitos indispensables para que, a
su vez, se adquiera un conjunto de conocimientos, competencias, actitudes y
valores, necesario para crear sociedades sostenibles.
Particularmente
en Guerrero, el día pasó desapercibido para las instancias encargadas de
atender esta problemática. Tanto el Instituto Estatal para la Educación de
Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG) como la Cruzada Estatal de
Alfabetización “Ignacio Manuel Altamirano” que pertenecen a la Secretaría de
Educación Guerrero, no presentaron ninguna información sobre los avances o de los
resultados de la atención a este problema educativo, a pesar en ocasiones
anteriores han señalado que Guerrero ocupa el primer lugar nacional en
alfabetización.
Los antecedentes
El
rezago educativo que arrastra el estado de Guerrero es histórico. La Revolución
Mexicana hundió al país en una profunda crisis política, social, económica y
educativa. La entidad suriana en la década de los años veinte, más del 80% de
la población era analfabeta, ocupando el primer lugar a nivel nacional. A pesar
de los esfuerzos de la recién fundada Secretaría de Educación Pública dirigida
por José Vasconcelos, no logró disminuir el índice de analfabetismo que para
1930 seguía en ese sitio. Sin embargo, diez años después pasó al segundo lugar
superado por Oaxaca. Es decir, de 1930 a 1940, el analfabetismo en el estado
descendió de 80 a 77% aproximadamente. Pero no así, en municipios que eran más
críticos, en Iguala por ejemplo, el índice ascendía en 62%; mientras que en
Metlatónoc, Tlacoapa, Xalpatláhuac y Zapotitlán Tablas, el índice de
analfabetismo ascendía entre 98 y 99%.
El
gobierno federal, en los años veinte intentó llevar la educación en todos los
rincones del país, en un esfuerzo sin precedentes. Se podría afirmar que la
Primera Campaña de Alfabetización abarcó de 1921 a 1930, en el cual, José
Vasconcelos buscó solventar la falta de instrucción que tenía la población. La
Segunda Campaña de Alfabetización abarcó de 1934 a 1940. Con la llegada de
Lázaro Cárdenas al poder se refuerza la idea de erradicar el analfabetismo en
el país mediante el Programa Nacional de Educación, que incluía el proyecto de
alfabetización popular. La propaganda de esta campaña tomó tintes de cruzada
redentora nacional, y el propio Cárdenas la encabezó como presidente de la
República. Se lanzó también otra campaña, la de Pro-educación Popular con la
que el gobierno se comprometió a “desanalfabetizar” al país en tres años,
además de lograr el “mejoramiento técnico y cultural de los maestros así como
la elevación del nivel higiénico de las comunidades y viviendas para obreros”.
La
Tercera Campaña de Alfabetización abarcó el sexenio de Manuel Ávila Camacho
(1940-1946). En estos años se creó el Centro Regional de Educación de Adultos y
Alfabetización Funcional para América Latina (CREFAL). En agosto de 1944, Ávila
Camacho expide la Ley de Emergencia en virtud de la cual emprendió en todo el
país la Campaña Nacional contra el Analfabetismo.
A
finales del sexenio avilacamachista, se reformó el artículo 3° constitucional
para reconvertir la educación socialista y en su lugar establecer una educación
integral, científica y democrática. Esta campaña tenía dos propósitos
fundamentales: por una parte, servir a nuestro país, proporcionando a todos los
iletrados la misma oportunidad inmediata para alcanzar ese primer peldaño de la
instrucción que es el conocimiento de la lectura y de la escritura. Por otra
parte, servir, en nuestros país, a la causa universal de la democracia, ya que
abrigamos la convicción de que una paz duradera sólo se afianzará sobre un
acuerdo democrático de los pueblos, y un acuerdo de tan alta categoría solo
será fecundo si los pueblos lo adoptan conscientemente, sabiendo la
significación de los compromisos que implica una convivencia libre, justa y
civilizada. Sin embargo, el proyecto de alfabetización no terminó ahí, Miguel
Alemán Valdés continúo durante su sexenio con la campaña.
La
Cuarta Campaña de Alfabetización comenzó en 1958 con el retorno de Torres Bodet
a la SEP y comienza una nueva etapa en los programas de alfabetización y
educación extraescolar que ponía énfasis en la idea de que alfabetizar no
significaba simplemente enseñar a leer y escribir, sino impartir conocimientos
prácticos de utilidad inmediata para lograr el mejoramiento de los niveles de
vida del hombre y su comunidad.
Guerrero
Para
la entidad guerrerense, la década de los cuarenta se caracterizó por la
atención especial al sector educativo. Desde el gobierno de Adrián Castrejón se
realizó un gran esfuerzo por atenderlo, por ejemplo, en julio de 1929 convocó
al Primer Congreso Pedagógico del Estado, cuyos propósitos fundamentales eran:
1) reorientar la enseñanza en sus aspectos escolar, económico y social; 2)
reorganizar las escuelas rurales, secundarias, profesionales, enseñanza
doméstica y de enseñanza particular; 3) controlar el sector educativo con
pruebas de eficiencia y documentación; 4) instrumentar la cooperación entre
autoridades y las comunidades; entre otros puntos.
De
tal forma que para 1948, había en el estado 1 049 escuelas primarias, de las
cuales 679 eran federales, 301 estatales, 3 de acuerdo al artículo 123, y 65
particulares y municipales. Del total de escuelas en la entidad, 60 eran
consideradas semiurbanas y 979 del tipo rural. En 1947 de un total de 72,233
alumnos inscritos, el 72.95% acudían a las escuelas rurales, un 20.7% a
semiurbanas y el 6.4% a escuelas urbanas. La educación secundaria se impartía
solo en 4 planteles, sostenidos por la federación, ubicados en Iguala, Chilapa,
Teloloapan y Acapulco. Completaban el sistema educativo, 40 jardines de niños y
2 internados, uno para indígenas, con 94 alumnos, además del Colegio del
Estado, que en 1946 es creado por el gobernador Rafael Catalán Calvo y la
histórica Escuela Normal de Ayotzinapa, únicas instituciones de educación
superior en el estado.
Sin
embargo, a pesar de estos esfuerzos por atender al sector educativo, la
situación se agudizó en las zonas indígenas en donde los intentos por una
educación bilingüe empezaban a darse, pero que lejos de ser una política
educativa contra el analfabetismo, resultaban “experimentos”, en donde lo mismo
incursionaban instituciones oficiales nacionales, como internacionales,
encabezados por el Instituto Lingüístico de Verano. La realidad era
contundente: el 70% de la población indígena continuaba siendo monolingüe y el
67% de la población total del estado, en 1950, era analfabeta.
Durante
el periodo del gobierno de Alejandro Gómez Maganda (1951-1954) se creó el
Comité Estatal para Impulso de la Educación y se organizaron Patronatos
Municipales, cuya misión era sostener los planteles de educación primaria y
centros de alfabetización. Por ejemplo, en 1953, funcionaban en el estado 560
centros de alfabetización los cuales alfabetizaron a 9 647 personas que no
sabían leer ni escribir.
En
los años cincuenta, a pesar de que hubo incremento del presupuesto destinado a
la Educación pública, el esfuerzo para atender la educación de adultos fue
mínimo. La situación se agudizó en las zonas indígenas en donde los intentos
por una educación bilingüe empezaban a darse, pero que lejos de ser una
política educativa contra el analfabetismo, resultaban “experimentos”, en donde
lo mismo incursionaban instituciones oficiales nacionales, como
internacionales, encabezados por el Instituto Lingüístico de Verano. La
realidad era contundente: el 70% de la población indígena continuaba siendo
monolingüe y el 67% de la población total del estado, en 1950, era analfabeta.
El
censo de 1960 demostró nuevamente que el nivel del rezago educativo y en
especial el analfabetismo, no solo persistía sino que había incrementado en la
entidad. El censo indicó una población total de 1 186 716 habitantes, de los
cuales, 598 367 era analfabetas; es decir, el 50.42%.
El
gobierno de Alejandro Cervantes Delgado reconoció que las condiciones de
dispersión de la población y las deficiencias propias de los servicios educativos,
explicaban que más del 30% de los guerrerenses de 15 años y más, fueran
analfabetas. Además, el alto índice de rezago en primaria y secundaria
respondía a una baja del sistema educativo en la entidad y la necesidad de
reorientar la política educativa. En su Plan Estatal de Desarrollo regionalizó
el diagnóstico y las estrategias de atención, estimando que en cada región del
estado el índice de analfabetismo que persistía era muy alto a comparación de
la media nacional: Tierra Caliente, 21%; Norte, 18%; Centro, 22.6%; Montaña,
52%; Costa Grande, entre Coahuayutla y La Unión, 45 y 16%, respectivamente;
Costa Chica, 37.7%; y Acapulco, 9.9%. Había que modernizar el estado y para
ello, era necesario extender y mejorar la calidad de los servicios educativos. Por
ello, las acciones y estrategias asentadas en el Plan Estatal de Desarrollo,
Cervantes Delgado pretendía reforzar los programas de alfabetización, sobre
todo los dirigidos a los indígenas y complementarlos con programas de
capacitación para el trabajo. La meta era alfabetizar al 50% de la población de
15 años y más que no sabía leer y escribir.
En
1987, llegó a la gubernatura del estado, José Francisco Ruiz Massieu y en un
esfuerzo conjunto con el Gobierno federal, comenzó a funcionar en el estado el
Programa Especial de Alfabetización “En Guerrero el Alfabeto es Primero” que se
concertó con el INEA en 1987. Por vez primera, se integró en este programa la
alfabetización en Náhuatl y se editó un libro especial para ello. Sin embargo,
el gobierno del estado advirtió que los niveles de alfabetización podrían
deteriorarse en caso de que se debilitara el programa, debido a la falta de
continuidad y el adulto nuevamente regresaba al estado de analfabetismo.
Más
tarde, el Censo General de Población y Vivienda 2000 demostró la persistencia
del analfabetismo en la población de 15 años y más; la cual era de 396 498
personas que no sabían leer ni escribir (21.54%). Es decir, 17 371 personas
menos que en 1995.
En
2004, se crea el Instituto Estatal de Educación para Jóvenes y Adultos de
Guerrero (IEEJAG). Su objeto es prestar los servicios de educación básica para
jóvenes y adultos, la cual comprende la alfabetización, la educación primaria y
la secundaria, así como la formación para el trabajo, con los contenidos particulares
para atender las necesidades educativas específicas de ese sector de la
población y se apoyará en la solidaridad social.
Tanto
el IEEJAG como la Cruzada Estatal de Alfabetización y el Modelo de Integración
para la Atención de los Adultos en Guerrero, eran quienes prestaban los
servicios de alfabetización, educación primaria, secundaria y formación para el
trabajo, para jóvenes y adultos de 15 años y más que no han iniciado o
concluido su educación básica. Los programas que operan son alfabetización hispanohablante,
alfabetización en lengua materna (población indígena), nivel intermedio
(primaria) y nivel avanzado (secundaria para adultos). También se cuentan con
proyectos estratégicos que se pueden desarrollar en plazas comunitarias, tales
como SEDENA-SEP-INEA, Oportunidades, Jornaleros Agrícolas y Certificación
CONEVyT.
A
pesar de estas actividades, en el segundo Conteo de Población y Vivienda 2005
se demostró que en 5 años, el analfabetismo disminuyó apenas 1.64% en el
estado. Lo cual no reflejaba las cifras de personas alfabetizadas que tanto el
IEEJAG como la Cruzada Estatal de Alfabetización informaban cada año.
Los obstáculos
Los
obstáculos a que se enfrentó el programa fueron similares a los que siempre
tuvo la educación de los adultos en años y décadas anteriores: la motivación de
los adultos, quienes, por sus condiciones de marginación, no apreciaban la
utilidad del alfabeto y de la educación primaria; “la edad, la desesperanza, la
permanente falta de oportunidades durante toda una vida o simplemente la
costumbre de haber vivido sin el alfabeto”; la deficiencia de los contenidos de
la educación destinada a esos sectores de la población que “carecen del
suficiente atractivo para mejorar sus
actividades cotidianas”; “que no se perciben como algo útil”; y la
insuficiencia de presupuesto.
Otros
problemas han sido las dificultades de formación autodidacta, por las que
muchos adultos fracasaron; una tecnología educativa insuficiente, por la poca
experiencia teórica y la metodológica; y la dispersión geográfica de los
educandos en las regiones de difícil acceso.
Además,
la falta de una organización y efectiva coordinación entre los niveles de gobierno
y un mayor presupuesto.
También
podemos agregar la corrupción y simulación por parte de las instancias encargadas
de la alfabetización, que con fin de mantener registros altos de personas, inflan
cifras que no corresponden a la realidad.
Las cifras
actuales
Los
datos más confiables y recientes sobre el índice de analfabetismo en Guerrero
son los presentados por INEGI en Censo de Población y Vivienda 2010. Del total
de la población, 374, 327 personas mayores de 15 años que desconocen el
alfabeto, es decir, el 16.68% de la población total, lo que coloca al estado en
la segundo lugar nacional solo detrás de Chiapas y por arriba de la media
nacional que es el 6.9%.
El
grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 7.3, lo
que equivale a poco más a poco más de primer año de secundaria.
Además,
también persiste un rezago educativo importante en este sector. Por ejemplo, de
1970 a 2010 el porcentaje de personas sin primaria terminada pasó del 43.4% al
14.6%, y las personas sin secundaria terminada incrementó del 7.7% al 20.9%.
El
mismo censo de 2010 nos permite realizar un ejercicio de análisis, es decir, el
analfabetismo en una década sólo se redujo un 4.84%, pasó de 21.54% en el año
2000 a colocarse en 16,7% en 2010. Cifra que mantiene a la entidad en el
penúltimo lugar en rezago educativo. Lo que también demuestra que las
instancias alfabetizadoras en la entidad, no han cumplido su papel educativo, y
de continuar con esta tendencia, se estaría erradicando el analfabetismo en el
estado hasta el año 2050.
En
marzo de este año se llevó a cabo la Encuesta Intercensal, la cual arrojará
seguramente datos más precisos sobre la situación del analfabetismo en
Guerrero. Recordemos que al inicio del ex gobernador Ángel Aguirre se puso en
marcha un ambicioso programa de alfabetización, y con este conteo sabremos si
resultados en la disminución de índices del analfabetismo.
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