lunes, 18 de abril de 2022

“sin oficio político se asalta el poder… sin conquistar la gloria”. Baltazar Gracián.

 


*EL POLÍTICO*

*Por Efraín Flores Maldonado**

**Con gratitud y aprecio para el ex-Gobernador Angel Aguirre Rivero,quien para consolidar la unidad política del pueblo, en apoyo a su Gobierno, estableció un Gabinete Plural,con mujeres y hombres ,de visible capacidad...y oficio político.*

Baltazar Gracián y Morales, nace el 8 de enero de 1601 en Belmonte de Calatayud, España y fallece en Tarazona, provincia de Zaragoza el 6 de diciembre de 1658. Realizó estudios en la Universidad de Huesca; ingresó a la Compañía de Jesús en 1619 y se ordenó sacerdote en 1635. 

Era evidente su extrema y culta inteligencia, lo que propició que fuera confesor de Francisco María Carrafa, Virrey de Aragón; posteriormente es secretario particular del Rey Felipe IV; sus adeptos y críticos decían que Gracián era “más hombre de letras que religioso”; que su notable intelecto, lo dibujaba como un hombre naturalmente “orgulloso e impetuoso”. Su obra literaria con fuerte contenido intelectual y político, está representada por “El héroe” en 1637, “El político” en 1640, “El Discreto” en 1646, “Oráculo manual y arte de providencia” en 1647 y “Agudeza y arte de ingenio” en 1648; me refiero en lo fundamental a su texto “El Político”, dirigido a destacar las cualidades del Rey Fernando VII y a dibujar observaciones, críticas y consejos aplicados a la política que en esta modernidad me parecen de permanente valor universal. Dice Gracián que con el valor “se construyen imperios” y que los reyes nacen… y se hacen. Destaca que con prudencia, el poder se fortalece y se establece en eficiente normalidad, conservando el reino y fomentando la unidad en sus habitantes. 

Destaca que en el Rey Fernando es visible que tiene “prendas naturales” y que para gobernar “donde no se necesita la fuerza, debe usarse la maña”; ayuda al Rey tener una dosis básica de moralidad, ya que con ello “sus virtudes se llenan de honor”. Afirma que en el poder siempre existe “tiempo de aprendices y esa ausencia muestra reyes sin arte ni experiencia”. Destaca que el intelecto y la acción deben caracterizar al rey, porque “nunca los muy prudentes fueron grandes batalladores”; que la negligencia no es oficio de reyes… y que se convierte en vicio. 

El pueblo tiene fuerte esperanza en los reyes nuevos… al mirarlos “como un sol que nace”. La acción eficiente genera prestigio al Rey, pues si carece de ese don, “ni sus vasallos le acuden… ni sus contrarios le temen”. No ayuda al nuevo rey, alcanzar un poder que ya está postrado, sobre todo si solo tiene “medianas prendas”. Ser prudente y visionario ayuda para no acostumbrarse a las delicias, porque en estas “poco a poco se envician… y se pierden”. En el rey, su virtud personal se convierte… “en virtud política”. 

En reyes, los vicios “nacen en lo más oculto de sus palacios… y después vuelan a las plazas públicas”. La eminencia del poder “no está en pelear… sino en gobernar”. El rey perfecto otorga poder solo a personas selectas por capaces. El rey para gobernar en la confusión… “no debe tener por sabios a los engañosos… a los que saben fingir, disimular, pues en ese círculo… puede perecer”. En el rey es mejor tener obras que discursos. No debe olvidar el rey “que es la capacidad el fundamento de la política”. A un príncipe sensible lo eficienta su inteligencia congénita. 

La cultura es la perfección de la política dice Gracián y ayuda a prevenir… y a negociar. Debe tener el rey, corte y ministros leales, inteligentes y competentes, porque su empleo “no puede ejercerse a solas”. En síntesis, el texto “El Político” es de valiosa actualidad en una sociedad civil participativa, pues sin oficio político se asalta el poder… sin conquistar la gloria. Eso y más dice Gracián.  **Doctor en Ciencia Política*

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