Los intelectuales se habían convertido en los verdaderos jefes del gran partido que tendía a derribar todas las instituciones sociales y políticas del país “. Alexis de Tocqueville.
Por: Efraín Flores Maldonado, Doctor en Ciencia Política.
Alexis de Tocqueville nació en Francia en 1805 y falleció en 1859.Publica en 1788 su gran obra “La democracia en America”, que contribuyó al desarrollo teórico de la Ciencia Política.
20 años después publica “ El antiguo régimen y la revolución “ de la que hago en esta entrega, una síntesis de sus ideas con las que describe el papel que desempeñaron los intelectuales en la genética, desarrollo y triunfo de la revolución francesa.
Dice el autor que dicha revolución fué producto de una acumulación histórica, en la que palpitaba con vida propia “El arte de la mayoría de nuestros reyes, para dividir al pueblo,a fin de dominarlo más absolutamente “.
En realidad, en toda Europa había condiciones para los brotes revolucionarios y Tocqueville desmenuza las causas por las cuales sólo hubo revolución en Francia.
Dice por ejemplo, que en Inglaterra tal latido rebelde no evolucionó, porque ahí los nobles estaban en paz con sus gobernantes... y los intelectuales ingleses desfogaban sus talentos solo por la vía literaria sin ocuparse de la política.
En cambio en Francia, los nobles estaban ofendidos y se sentían despreciados y empobrecidos por el Rey y su corte.
En cambio los grandes burgueses eran cortesanos enriquecidos y por lo tanto, sus más claros enemigos.
En Francia los intelectuales eran ignorados y despreciados por el Rey, empezaron a escribir, describir y publicar los defectos, abusos y corrupcion del poder real... y su daño al pueblo.
Tocqueville expresa que los pensamientos de intelectuales criticando al poder, se fueron convirtiendo en “ ideas madres de novedosas conductas del pueblo, guiadas por la razón...y no por la religión “.
El autor se sorprende al decir que “ el espíritu de los intelectuales no se detuvo en la mente de los filósofos y llegó a la masa popular convirtiéndose en ella,en el calor de una pasión política.
Las críticas frontales de los intelectuales tuvieron sorprendentes efectos en la ciudadanía cultivada y en la ignorante, de tal suerte que “ los hombres de letras, sin posición, sin riquezas y sin poder, se convirtieron en los políticos del momento”.
Incluso fueron vistos con mayor autoridad “que quienes ejercían anárquicamente él gobierno Real”.
De esta manera, las instituciones fueron perdiendo su virtud y el respeto del pueblo.
Dice el autor, que el Rey y su Corte, como viviendo en otro mundo, no advertían que las estructuras del gobierno, no estaban funcionando y por lo tanto “ no tenían ninguna idea,ni conciencia del peligro que los acechaba”.
Los festejos y pasarelas que mostraban finos ropajes y maquillajes del rey Luis XVI y la reina,eran la nota diaria para los cortesanos y el pueblo.
El poder real languidecía en fantásticas formalidades políticas que para el pueblo “eran intangibles, invisibles ...e inservibles “, porque no resolvían ningún problema existente.
Ante la anarquía del poder Real, el índice de fuego de los intelectuales, convirtió la miseria del pueblo en pasión política por la libertad... y en filosofía contra el gobierno y sus cortesanos.
Así, “los escritores tomaron la dirección de la opinión pública y ocuparon el lugar de los jefes de partidos”.
Con sorpresa Tocqueville advierte la extraña ceguera con la que el régimen ineficiente contribuyó a su propia ruina “creyendo que a pesar de sus errores,corrupcion y defectos,todo seguiría igual “.
Más aún “sorprende que quien gobierna y sus ministros, en plena crisis, no tomen previsión en los asuntos públicos, que van convirtiéndose en explosivos ”.
Si tales funcionarios carecen de teoría política y práctica de gobierno, no analizan los movimientos de la sociedad y el espíritu de las masas, jamás podrían avisorar el riesgo... y el caos.
Y entonces,dice Tocqueville “ son más ignorantes que el mismo pueblo “.
En el caso de Francia, los intelectuales fueron sorpresiva y “explosiva potencia política “ y cuando el Rey Luis XVI quiso acercarse a ellos, era demasiado tarde.
Entonces, el Rey prefirió “ reunir un cierto número de personas obscuras pero obedientes y les hizo representar un papel político, mediante un salario “ y entonces...vino el caos.
Hoy sigo pensando y diciendo que todo poder público y legítimo, debe tener un mapa de navegación y una clase política experta que lo sustente...y que el deber de los intelectuales debe ser asesorar al poder, alertarlo, criticarlo...advertir el caos... y anunciarlo.
Después de extremos cambios en los estilos de gobierno,los pueblos comprueban los éxitos o fracasos de sus elecciones, porque sus gobernantes se dibujan como eficientes...o solo como ocurrentes...y bufones.
Fueron intelectuales en la Revolución Francesa Maximiliano Robespierr, Danton, Marat, Mirabeau,Emanuel Sieyes... y en la penumbra, el tenebroso José Fuché.
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