*Políticos acusan a los medios de sólo subrayar los
escándalos perniciosos
Por Alfredo Hernández Suárez/Contralmirante
Nuestro país tiene elecciones a nivel nacional,
federal, locales y municipales, en las que participarán varios sectores de la
sociedad, entre ellos los aspirantes a un puesto de elección popular, los
partidos políticos, los medios de comunicación masiva y por supuesto la
población que emitirá su voto. Todos ellos deberán interactuar constantemente y
se espera que lo hagan de manera armoniosa, aunque si bien todos buscan que las
elecciones democráticas sean claras e irrefutables, los medios que se emplean
para lograrlo son diversos y no todos tienen los mismos objetivos.
Dentro de la interacción que existirá entre los sectores
se debe considerar la problemática de cada uno de ellos, ya que ven las
elecciones desde una óptica diferente, por ejemplo, los candidatos y partidos
políticos buscan promocionar sus ideas y su plataforma política dentro de un
ambiente equitativo. Los medios de comunicación tradicionales tratan de, por
una parte, influenciar en la agenda política colocando sobre la mesa los temas
que consideren de interés y por otra, buscan el beneficio económico que como
empresas puedan alcanzar.
Así, los medios de comunicación actuales como la
telefonía celular, o el uso de redes: como el internet, plantean nuevos retos a
los actores que participarán en estas elecciones, ya que aceleran la
transmisión de noticias y cambian de forma sustancial la forma en que se desarrollaban
los medios tradicionales como el periódico, la radio y la televisión (TV);
también alteran el equilibrio que había entre emisores y receptores de
información privilegiando la rapidez de transmisión de noticias y en detrimento
de su veracidad. Esto dificultará la decisión de la población a la hora de
votar y la labor de los órganos electorales encargados de fiscalizar las
elecciones, quienes deberán normar la actividad de los medios de comunicación,
sobre todo en el caso del internet y telefonía, pues los desarrollos
tecnológicos actuales los hacen avanzar a mayor velocidad que la normatividad
que los regula.
Por su lado, la población buscará emitir su voto de
manera responsable, tratando de entender la gran cantidad de información que se
presenta en los medios de comunicación masiva, dilucidando entre lo que es
verdad y lo que es mentira, por encontrarse en juego no sólo los próximos seis
años, sino toda una generación de mexicanos que pueden llegar a sufrir las
consecuencias de una mala decisión.
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telefonía celular, sociedad, población.
Lo que se está viendo en este proceso electoral 2018
está siendo de gran importancia para el desarrollo y estabilidad de nuestro
país, dentro de un escenario en el que se llevará a cabo el proceso electoral a
nivel nacional para elegir al presidente de la República, algunos Gobernadores,
Presidentes Municipales, así como Diputados –locales y federales– y Senadores a
lo largo y ancho de nuestro país.
El proceso electoral es sólo uno, pero tiene infinidad
de aristas que es necesario considerar, ya que intervienen cinco grandes
actores –los políticos, el pueblo, los medios de comunicación, los
comunicadores y el organismo electoral (OE)–, que debieran de actuar en
armonía, ya que si bien buscan lo mismo – elecciones democráticas y claras–, su
objetivo final no siempre coincide, pues los políticos buscan el triunfo, el
pueblo busca estabilidad y desarrollo, para los medios, en su mayoría, lo que
buscan es un buen negocio, los comunicadores pretenden afianzar o mejorar su
posicionamiento en el medio de la comunicación, y el OE busca la imparcialidad
de la contienda electoral.
Estas diferencias llevarían a realizar un trabajo de
análisis de cada uno de los integrantes de las elecciones, análisis que se
tendría que hacer por separado y en relación con la influencia que tienen entre
ellos. Sin embargo, en este trabajo sólo nos enfocaremos en la importancia,
problemática y forma en que se emplean los medios de comunicación durante los
procesos electorales, así como en la forma en que intervienen y cómo pueden
influir los comunicadores durante el citado proceso.
La relación entre medios de comunicación, democracia y
procesos electorales en México
De entrada es importante mencionar que existe una gran
interdependencia entre los medios de comunicación y la democracia de un país,
donde los primeros realizan el papel de vigilante de las actividades del gobierno
que fue o será elegido en las urnas, existiendo la posibilidad de que no puedan
cumplir estas funciones si le deben lealtad a gobierno o partido alguno. Es por
eso que se plantea la necesidad de que se mantengan libres e independientes y
preferentemente estén en manos de diferentes propietarios, con el fin de
promover y salvaguardar la democracia1, así como evitar un monopolio que
influya positiva o negativamente en el desarrollo de las elecciones.
Esta interdependencia se encuentra sustentada en una
normatividad, tanto nacional como internacional, a la que deben sujetar su
actuar los medios de comunicación con el fin de privilegiar tanto la democracia
como la difusión de diversas ideas políticas –la libre expresión–. Estos
referentes son: los artículos 6º y 41º
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) que
hablan, el primero de la libre manifestación de ideas, del derecho de réplica y
del derecho a la información; el segundo, en su párrafo III, inciso “g” que
regula la contratación de propaganda en los medios de comunicación2. En el
mismo tenor, el artículo 19 del “Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos” de la ONU (PIDCP) otorga la libertad de opinión sin ser molestado y
el derecho a expresarse, buscar y difundir ideas de toda índole sin considerar
fronteras.3
Es necesario hacer notar que la figura de vigilantes
de las actividades gubernamentales a nivel nacional que tienen los medios de
comunicación, en especial los tradicionales –prensa escrita, radio y televisión–
se ha ido afianzando con el paso del tiempo con base en varios factores, entre
los que se encuentran:
1. La libertad que se tiene para analizar la
diversidad política del momento, desterrando aquellas prácticas de exclusión
que se presentaban anteriormente.
2. El fin de la subordinación de los medios de
comunicación al poder político que se ejercía desde la Presidencia de la
República. Ese alineamiento inhibía la necesaria libertad de prensa y no
mostraba la ardua labor de sus comunicadores, quienes se han encargado de
informar las actividades, buenas o malas de las personas que se encuentran
dirigiendo los destinos del país y que hoy en día lo harán de los candidatos a
un puesto de elección popular.
En los últimos años el problema que se está presentando
es una rápida expansión de los medios de comunicación, debido principalmente a
la aparición del internet y la telefonía celular, que ha sobrepasado a la
normatividad existente y que ha llegado al extremo de saturar a la sociedad con
mensajes políticos sin una debida confirmación, que pueden derivar en eventos,
donde la discusión sin sentido sea más fuerte que el análisis de ideas y más
atractivo que la objetividad, con lo que se premia la estridencia y se ignoran
los planteamientos políticos.
Como los medios de comunicación son elementos básicos
para las actividades cotidianas de un Estado, estos cobran una gran relevancia
durante los procesos electorales democráticos y no democráticos que se llevan a
cabo en cada país, pues las personas que dirigen las estructuras del Estado
democrático requieren del voto de la sociedad en las condiciones adecuadas, y
esta última necesita a su vez de información relevante, tanto de los
contendientes políticos, como el proyecto político que tiene en mente
implementar el candidato que pudiera llegar a ganar la contienda electoral. Lo
anterior, a efecto de que los electores estén en condiciones de hacer una
selección informada.
La mutua necesidad de estos dos actores obliga a
contar con un medio que, en condiciones de igualdad, proporcione los mensajes
de políticos y partidos a la población que emitirá su voto, a fin de que, por
mayoría, la sociedad seleccione al que considere que tiene las mejores
condiciones para gobernar y/o legislar durante el tiempo establecido constitucionalmente.
Por lo tanto, hablar de elecciones democráticas, sin libertad de opinión y
pluralismo por parte de los medios de comunicación y sus comunicadores, sería
una contradicción.
Como se mencionó al principio de este trabajo,
políticos y medios de comunicación no son los únicos actores que participan en
las elecciones, pero sin la adecuada participación de cada uno de ellos, las
elecciones no se llevarían a cabo de forma democrática. Sin embargo, tenemos
que la actuación de unos y otros, está generando un gran desencanto en la
sociedad, ya que los políticos acusan a los medios de sólo subrayar los
escándalos en busca de la espectacularidad y una mayor audiencia, sin difundir
la cara virtuosa de la acción política en general. Los medios se defienden
diciendo que sólo expresan lo que existe y exhiben lo que quiere ver la gente.
Total, nadie asume la responsabilidad en los tiempos de elección y el círculo
vicioso continúa reforzándose todos los días, dando como resultado que en la
sociedad se presente la apatía, el enojo y el disgusto en contra de los
políticos en general.
Y aunque si bien en México se cuenta con medios de
comunicación ampliamente conocidos, con partidos políticos cuyas plataformas se
encuentran bien definidas en el espectro político de izquierda, centro y
derecha, hoy en día se presenta la posibilidad de coaliciones entre los
extremos del abanico político – dejando de lado los principios de algunos
partidos–, así como de un nuevo elemento que es el candidato independiente,
situación que generará una incertidumbre en muchos aspectos de las próximas
elecciones y es por eso que, de la calidad de los políticos mexicanos, ya sean
afiliados a un partido, en coalición o independientes, así como de los medios
de comunicación, dependerá en buena medida la calidad de nuestra democracia.
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