*Protege edil
perredista Evodio Velázquez e intenta dar carpetazo al tráfico de influencias
Acapulco, Gro.-
Mientras el alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre trató de salir al
paso con un “todo en regla” referente a la situación irregular y la red de
corrupción que se oculta detrás de la concesión de un espacio del ayuntamiento
de Acapulco para instalar una franquicia del café Punta del Cielo, en el
Partido Verde Ecologista de México (PVEM), al que pertenecen los dueños de esa
franquicia, han convocado para este lunes a un consejo político con carácter de
urgente para tratar el asunto de la corrupción que pudre a ese partido, entre
los temas está, por supuesto, el asunto de Punta del Cielo.
La
concesión de un espacio de terreno dentro del ayuntamiento del Acapulco para
instalar este café, es sólo la punta de una montaña de corrupción y tráfico de influencias
que tiene su origen en el partido Verde y su líder en Guerrero, Marco Antonio
de la Mora Torreblanca, sobrino del tristemente célebre ex gobernador, Zeferino
Torreblanca Galindo.
De
la Mora Torreblanca, un político de bajo nivel pero con gran poder adquisitivo
logrado de manera súbita, se le asocia, entre otros, a dos grandes actos de
corrupción. El primero tiene que ver con la millonaria multa (más de 88
millones de pesos) que le endilgó el Instituto Nacional Electoral (INE), al
PVEM, hace escasos dos meses por una operación irregular inmobiliaria.
Según
consignó el periódico La Jornada, el 12 de diciembre de 2015: “al Partido Verde
Ecologista de México (PVEM), le impusieron otra multa de 88 millones 547 mil
pesos por recibir dinero de origen desconocido para pagar unas camisetas que
nunca recibió y por las que le dieron un terreno que escrituró a nombre de un
ex miembro de la dirigencia, actual funcionario federal. En esta trama estuvo
involucrado Arturo Escobar y Vega, quien firmó diversos contratos”. El ex
miembro de la dirigencia a que hace mención la nota se trata de Marco Antonio
de la Mora.
“El
INE resolvió que el PVEM incurrió en una operación inmobiliaria “grave y
dolosa” cuando detectó que pagó 11.2 millones en efectivo a Grupo Textil Joad
por 763 mil playeras, pero la empresa incumplió el contrato y, a cambio, dio al
partido un inmueble que fue puesto a nombre de Marco Antonio de la Mora”, según
la versión dePublimetro.
El
segundo hecho de corrupción donde de la Mora vuelve a aparecer como
protagónico, se trata de las residencias compradas por líderes del PVEM en San
Antonio Texas. Sumado al hecho de que actualmente cobra 190 mil pesos como
asesor del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello.
El
asunto de las casas en San Antonio salió a la luz, luego de que Arturo Escobar
y Vega Subsecretario de Participación Ciudadana de la Secretaría de
Gobernación, cayera de la gracia de Osorio Chong y se abriera una investigación
en su contra que concluyó en su detención por uso de recursos de procedencia
dudosa que no pudo acreditar. En noviembre de 2015, en el Aeropuerto de Chiapa
de Corzo, Arturo Escobar y Vega, ex senador de la República y ex dirigente del
Partido Verde Ecologista fue detenido con un millón 100 pesos en efectivo en
una valija de la prestigiosa marca Louis Vouitton. Según El Universal, el
dinero lo utilizaría para comprar una casa.
Pero
Escobar y Vega ya tenía una casa de la que se negó hacer pública su posesión.
Una mansión comprada en julio de 2007, valuada en 290 mil dólares, el
equivalente a 4 millones 900 mil pesos, y situada en un fraccionamiento de San
Antonio, Texas, en Estados Unidos.
De
acuerdo al El Financiero, cuando Escobar y Vega adquirió la residencia,
era senador por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con un sueldo de
132 mil pesos mensuales. Su suplente era Marco Antonio de la Mora, quien años
después volvería aparecer ligado a Escobar y Vega cuando este se hizo diputado
federal, otra vez como suplente, año 2012.
Citando
al diario Milenio, el semanario Proceso señaló que la residencia
fue adquirida en junio de 2007 en el barrio The Oaks of Sonterra, en San
Antonio, Texas. Está registrada a nombre de Escobar y de su esposa, María de
Lourdes Domínguez.
Por
pura coincidencia, también en esa misma fecha (agosto de 2007), Marco Antonio
de la Mora se hizo de una residencia en el mismo sitio, ubicada en la calle
Treaty Oak, 753, valuada en 3.7 millones de pesos. Los ingresos comprobables de
Antonio de la Mora en esa fecha, eran evidentemente insuficientes para adquirir
un inmueble de esas características.
En
2012, de la Mora vendería su casa de San Antonio, a Alejandro Carabias Icaza,
otro líder del PVEM en Guerrero que en ese entonces era diputado federal por el
distrito 4 de Acapulco. Según reportes de prensa, de la Mora la vendió para
comprarse una más cara en Whisper Canyon, cerca de su antigua casa.
Otro
líder del Verde en Guerrero, que también compró mansión en San Antonio, Texas,
es Arturo Álvarez Angli, por la que pagó 3.8 millones de pesos. Este último, actual
diputado federal por el distrito 8 con sede en Ayutla de los libres Guerrero, y
a quien se le atribuye haber gestionado cerca de 50 millones de pesos para
cuatro municipios de la Costa Chica bajo etiquetas culturales pero que de
acuerdo a fuentes consultadas serán redirigidos para construcción de obra
pública donde pretenden quedarse con la mayor cantidad de ese recurso federal,
sin cumplir con el rubro para el que fue etiquetado originalmente.
Algo
tienen en común todo este grupo de políticos del Verde con propiedades
millonarias en Estados Unidos, pertenecen al mismo grupo de Marco Antonio de la
Mora, lo mismo que el depuesto ex delegado en Guerrero de la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Christian Uriel Garnica San
Román, y el ex regidor acapulqueño, Sergio Godínez Maldonado, que aparecen como
propietarios de la cafetería Café Punta del Cielo que se encuentra en el
ayuntamiento de Acapulco, en el Parque Papagayo.
De
acuerdo en un reportaje publicado en bajopalabra.com.mx, la semana pasada que
se puede consultar en este link: http://bajopalabra.com.mx/red-de-corrupcion-tras-cafe-que-instalaron-en-ayuntamiento-de-acapulco/,
los propietarios de la franquicia del café Punta del Cielo, cuya instalación el
alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez acaba de minimizar con un “todo en
regla”, fueron ayudados en la gestoría para la instalación del negocio
particular por el regidor del Verde, Julián Enrique Granados Morga, presidente
de la Comisión de Ecología del Cabildo. Un individuo que hasta el momento se ha
ocultado para no explicar su participación en esta red de corrupción que, tarde
o temprano, alcanzará al alcalde porteño.
El
regidor Granados es además representante legal de la constructora: Constructora
de Proyectos e Ideas Sostenibles S. A. de C. V., con Registro Federal de
Contribuyentes CPE100822JJ0, creada como persona Moral y con domicilio en
Cerrada Andrés Cerra Rojas N. 1000, en Tuxtla Gutiérrez. La empresa fue creada
exprofeso para conseguir obra en la administración encabezada por Manuel
Velasco Coello, que gobierna Chiapas desde el año 2012 y que también,
casualmente, es miembro del Partido Verde.
Mientras
no se limpie la forma en que este grupo del partido Verde se hizo del espacio
en el ayuntamiento de Acapulco para instalar esta franquicia, nos quedamos con
las declaraciones del alcalde Evodio y su promesa de que “Vamos a publicar el
convenio firmado con ellos para que se quiten de especulaciones. No estamos
haciendo nada de manera irregular, lo que estamos haciendo es aceptar una marca
que quiere ayudar a la dignificación del servicio que puede dar el
ayuntamiento. Un servicio como ese, legalmente, está en la posibilidad del
ayuntamiento”.http://bajopalabra.com.mx/todo-en-regla-con-el-punta-del-cielo-del-ayuntamiento-de-acapulco-alcalde/.
Antes
de involucrase en este tema y salir a la defensiva, lo que debió hacer el
alcalde es deslindarse de este asunto pues no corresponde a su administración
el haber otorgado tal permiso, pero en lugar de ello, su declaración hace ver
una intención protectora por la que se intenta dar carpetazo a la forma
irregular de hacerse de este espacio y privilegiar como política pública el
tráfico de influencias desde el gobierno para lograr beneficios particulares.
Todo porque se “quiere ayudar a la dignificación del servicio que puede dar el
ayuntamiento”. Esto nada tiene que ver con negocios privados, que quede claro.
Finalmente,
este lunes se sabrá si el consejo político del PEVEM opta por la línea de la
corrupción que lo está pudriendo por dentro, o de plano dan un giró de timón y
enfilan hacia la renovación y cambio de liderazgos corruptos que han usado a
ese partido para crear fortunas ofensivas en un estado sumido en la
inseguridad, la delincuencia y la pobreza.
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