lunes, 8 de diciembre de 2014

Editorial

Casa Guerrero será ahora “La Casa de la Cultura”
La esposa del gobernador, Rosa Icela Ojeda Rivera, abrió todos los accesos de Casa Guerrero por indicaciones del propio Rogelio Ortega Martínez, para reforzar su mensaje de que “esta casa es del pueblo y para el pueblo, no del gobernante en turno”.
Cerca de dos mil manifestantes, entre padres de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos y organizaciones como la CETEG, llegaron a Casa Guerrero, en donde ya los esperaba Rosa Icela Ojeda y personal que trabaja en el lugar, portando una bandera blanca en señal de paz, así como las de México y Guerrero, invitándolos a entrar, si esa era su intención.
“Pasen”, les dijo. “Ésta es su casa”. Todos entraron en tropel. Hasta la cocina. Hasta la recámara. Luego volvieron. Traían almohadas. Cuadros. Computadoras. Lo que sus manos podían sostener. Venían de vuelta cuando escucharon la contra orden: “Dejen todo en su lugar. Salgan. ¿Qué no ven que está aquí la esposa del gobernador?”
En un hecho sin precedente, por un lado, la esposa del gobernador expresó su solidaridad con el movimiento, al señalar que el esclarecimiento de los lamentables hechos del 26 de septiembre en Iguala, es una demanda de todos los guerrerenses, y por el otro, los líderes del contingente mostraron absoluto respeto tanto a las personas, como a las instalaciones, sin causar destrozo o avería alguna. Sólo se limitaron a pintar consignas en algunas fachadas.
 “Ustedes me perdonan pero yo tengo que hacer. Ahí les dejo la puerta abierta. Esta es la casa del pueblo,” les dijo luego de diez minutos de unirse a la consigna: “Vivos los queremos”. Y reiterar: “Ésta es su casa”.
La doctora. La profesora. La esposa del gobernador. La del pensamiento de izquierda fue congruente.

Al final llevaron a cabo un mitin y procedieron a retirarse, destacando que en ningún momento de esta movilización se observó la presencia de policías o guardias de seguridad que les impidiera el paso.

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