viernes, 7 de febrero de 2025

CXI ANIVERSARIO DEL NATALICIO DE GAUDENCIO GONZÁLEZ PÉREZ.


(22 de enero de 1914-13 de noviembre del 2002)

Por César González Guerrero.

Mi abuelo, Gaudencio González Pérez, nació en el pueblo de Cruz Grande, municipio de Florencio Villarreal, perteneciente a la región Costa Chica del Estado Guerrero, el 22 de enero del año 1914, y sus primeros años los vivió en la comunidad conocida como Playa Larga. (Hoy estaría cumpliendo 111 años).

Posteriormente, en el año 1939, a la edad de 25 años, se estableció en el pueblo de Copala, en donde contrajo matrimonio con la joven Victoria Castañeda García, formando su hogar en una modesta vivienda, que aun existe, de adobe y “majagua”, entre el Centro y el Barrio del Huicon, conservando, afortunadamente, su originalidad.

Sus padres fueron el señor Norberto Ríos, originario del municipio de Cuautepec, y Maximiana Pérez, de Copala. Por azares del destino, su “crianza” estuvo a cargo del  señor Santiago González de Cruz Grande, hasta su mayoría de edad.

Sus hermanos de madre fueron Petra, Enrique y Jesús Ramos Pérez. Sus hermanos de padre fueron Paula y Leopoldo González Pérez. Por sus ojos de color “micho”, o sea de gato, se hizo popular con el apodo de “Ojo de leche”, siendo un joven atractivo de la época.

Desde su llegada a Copala, muy joven, se dedicó a la arriería, a trabajar de peón y al comercio; con sus aproxidamente 50 caballos, transportaba productos de San Luis Acatlan hacia Acapulco. Formó parte de los primeros Policías municipales en el año 1958, cuando personajes como él, se escondían para evitar ser nombrados Presidente Municipal; ocupó el honroso cargo de Regidor y apoyó las actividades de la Junta de Mejoras, donando parte de su terreno para construir la escuela Primaria Miguel Hidalgo y Costilla; por su afición a la música, se integró a los duetos o tríos de la época, tocando el Bajo, (de ahí que siempre, todos los días, disfrutaba en la casa y en el campo, entonando melodías de la época, “chifladas”, que finalmente, ese “chiflido” también heredó a mi padre). Los “puestos” ocupados fueron honoríficos, se desempeñaban por voluntad, sin percibir ningún sueldo. 

Confirmó un equipo de trabajo con los inolvidables hermanos Francisco “Chico” y Baldomero Casiano, Semproniano “Pa chempito” Suastegui, Isaías González, Sidonia Figueroa González, Cornelia Ventura, Sabina Aparicio, Modesta López (la famosa Soteña), Petra Pérez, entre muchas personas más.

Sus hijos fueron: Santacruz González Cortes, María González Gallardo, Lambertina González González; Arturo, Gualberta, Francisca, Lucia, Alberto, todos González Castañeda. Antes, siendo muy pequeños, fallecieron dos (Arturo y Lucia).

A pesar de tener algunas otras extensiones de tierras en los puntos conocidos como el Zapatero y en el Carrizo, el trabajo más importante lo desarrolló en esta última comunidad, en donde, su esposa Victoria Castañeda García, la bautizo como Huerta los Tres Arbolitos, que aún existe, formando un pequeño núcleo poblacional con sus trabajadores, cuyas viviendas eran “ramadas”  o “bajareques” temporaleras que, comúnmente, se le conocía como “bajarse” de la cabecera municipal, a vivir en los terrenos de sembradíos. 

Recuerdo cómo todas las tardes, después de salir de la Escuela primaria Miguel Hidalgo y Costilla, (y en los periodos vacacionales todos los días), como nietos mayores, mi hermano mayor Javier y un servidor, nos dirigíamos en nuestros inolvidables “burritos”, a apoyar los trabajos, tanto de nuestro padre Santacruz González Cortes, como de mi abuelo Gaudencio, regresando a casa hasta entrada la noche.

En esa época, de 1954 a 1967, ellos nos enseñaron a trabajar la tierra y disfrutar de la cosecha, sembrando palmeras, mangos, caña, tamarindo, guayabas, papaya, sandia, melón, cacahuate, camote de palo, nanche, ciruelo, calabaza, limón, plátano, maíz, frijol, arroz, chile, jitomate, tabaco, cacao, café, Jamaica, ajonjolí, etc.   

Ahora son los nietos y bisnietos quienes tienen el compromiso de continuar los trabajos, para hacer producir la tierra, en el campo, como él nos enseñó. Ese es el mejor homenaje.

En esta Huerta, mi abuelo Gaudencio, con visión de futuro, inició la construcción de los primeros espacios llamados “asoleaderos” o “cancha de cemento”, que utilizaba para “secar” el coco y una modesta vivienda que,  también cada año, la familia González Castañeda, guiados por nuestra abuela “Matoya” o “Matoyita”, como cariñosamente se le conocía, con la participación de cientos de pobladores, vecinos de El Carrizo, La Yeguada, San Francisco,  otras comunidades, y la propia cabecera municipal de Copala, celebraba en grande la fiesta religiosa del Cristo Rey que, con el paso de los  años, se hizo tradicional y muy popular, hasta su fallecimiento. Pero esa será otra historia.

Gaudencio González Pérez falleció el 13 de noviembre del año 2002, a la edad de 88 años, en Copala, Gro., reposando sus restos en el Panteón Municipal.

¡Vida eterna a mi abuelo Gaudencio González Pérez!

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