martes, 26 de marzo de 2024

Cubetas vacías.


 Eureka!

Por Adán Rios Parra 

En Chilpancingo no hay agua.

Para 2005 la población en Chilpancingo era de 214 mil habitantes. Con un gobierno estatal de extracción perredista. En ese año se “tronaron” los sistemas de extracción de agua potable. Con la introducción de pipas particulares se solucionó en parte el suministro de agua potable en las colonias de la periferia. 

El último presidente municipal (1990-1993) que se preocupó porque a Chilpancingo no le faltara agua fue Efrén Leyva Acevedo, al ampliar el suministro y traerla desde Mochitlán. La capital en 1990 tenía 136 mil habitantes. Nada que ver con los 59 mil habitantes de 1970.

Pero la extracción no se extendió hasta Coscamila, o a los manantiales de la población de Santa Fe, donde brota un borbollón de lo que vendría siendo el Río Azul. Ni los gobiernos municipales quisieron traer agua del río que atraviesa la población de Mezcala. En parte porque resultaba muy costoso.

Para la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (CAPACH), hay 32 mil tomas conectadas a su sistema de agua potable con capacidad para 175 mil personas.

En 2016 el cabildo que encabezó Marco Antonio Leyva Mena, ayudó con 10 pipas de agua, a la población con 500 mil litros diarios de abasto a las colonias que protestaban a diario en ese entonces. En esas fechas MALM enfrentaba también protestas de vecinos de la colonia “La villita” donde se ubican 2 de los 7 pozos desde donde se extrae el agua en Mochitlán, en ese entonces no permitían el bombeo de 300 litros por segundo desde las dos plantas que están instaladas en esa población y que abastecen a 80 colonias de la parte oriente de la capital.

Del sistema Omiltemi se extraen en promedio hasta 190 litros por segundo, pero llega a bajar dicha cantidad en época de estiaje, de igual forma de Iglesia vieja con 80 litros por segundo y el retaje con 50 litros por segundo y del punto conocido como la Cueva, los manantiales: La imagen y Naranjuelos en la población de Acahuizotla otros 300 litros por segundo más y que surten al centro y sur de la ciudad.

Las pipas de agua curiosamente siempre tienen agua para surtir a las colonas con un costo de 200 a 600 pesos por pipa dependiendo de la capacidad de la misma. Se observó que hay toma clandestina, por el rumbo de Amojileca. 

Para CAPACH hay un déficit mensual de 3 millones de pesos mensuales, principalmente por bombear el agua, además de 100 trabajadores de más que están en nómina, han señalado los mismos trabajadores que con 250 serían suficientes. 

El otro problema de acuerdo con CAPACH es que hubo un crecimiento descontrolado de la urbanización en la capital lo cual ha provocado que no se atienda a una tercera parte de la población que son unas 150 colonias calificadas como asentamientos humanos “irregulares”. Pero el principal problema es que la tubería data de hace 50 años como el caso del sistema el Tejocote y Yerbabuena que abastece a la zona sur poniente la cual ya tiene fugas.

Para el biólogo Alfredo Méndez Bahena, es necesario un Consejo ciudadano que administre el sistema de agua potable de la capital guerrerense, además ha propuesto un sistema de recolección de agua de lluvia en vez de pagar tanto dinero mensualmente en bombeo. 

Hace falta invertir más en la extracción de agua potable, pero sobretodo voluntad política para resolver el problema de una vez por todas. De lo contrario, habrá descontento popular.

Sino, al tiempo.

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