viernes, 29 de abril de 2022

Las Batallas que están por Venir

 


.Por Baltasar Hernández Gómez.

En la historia de las sociedades, las crisis producidas por acontecimientos naturales cambiaron no solamente el destino económico, político y social de las civilizaciones, sino las perspectivas cosmogónicas, es decir, cómo se aprecia el mundo de la vida.

Diluvios, pestes, enfermedades pandémicas, terremotos incendios forestales, meteoritos y sequías modificaron los entornos y modos en materia de las interacciones entre los individuos y las diversidades geográficas, que después fueron identificadas como naciones.

Nadie espera transformaciones en sus ambientes convivenciales de súbito, pero la naturaleza y los efectos que el Hombre hace en el hábitat, tiene una "lógica" fuera de toda predicción racional.

Sin embargo, los cambios originados directamente por los seres humanos, representan la verdadera amenaza para el planeta, el único habitable y que nos ha dado cobijo para ser y estar, poniendo en grave riesgo la supervivencia de nuestra especie y todas las demás, que tienen los mismos derechos como seres vivos.

Desde la Edad Media y hasta la actualidad la mano del Hombre, su irresponsabilidad, ignorancia, intereses, incapacidad u omisión, o todo esto junto, colocó a la humanidad en una permanente espiral de incertidumbre. 

Con la aparición de la peste, se pone al descubierto el desconocimiento sobre la salud basada en el correcto desenvolvimiento de la limpieza e higiene. Con las guerras aparece la voracidad, el hambre de Poder de una clase social sobre las otras, que tiene como afán la riqueza, explotación y sumisión de la sociedad no sólo local, sino regional e internacional.

Ahora el campo de acción del miedo, el terrorismo de Estado y de las múltiples transnacionales que operan como meta-Estados, opera en la aparición de nuevos tipos de guerras físicas y psicológicas, que lo mismo atacan la biología humana, que eliminan miles y miles de vida a control remoto.

Actualmente las batallas están centradas en las energías, la salud, la calidad del aire, la cantidad pronosticada de agua, la conservación de los bosques y mares, pero no como acciones para encontrar consensos y alternativas de purificación, a fin de que la vida continúe de manera correcta, sino como una guerra de guerras planteadas en el apuntalamiento del modo de acumulación de riquezas y la supervivencia real de los más aptos, aún cuando sólo sea pensando en el 10% de la población mundial.

El agua es uno de los recursos vitales al igual que el aire y los alimentos que está en una situación crítica: está agotándose por el despilfarro y la contaminación ambiental producida por las industrias y por la sociedad  no culturizada para verla como un activo trascendental para la vida.

Es tiempo para evitar la escasez extrema, las guerras por el vital líquido transparente, inodoro e insaboro, que ahora se presenta en presentaciones llenas de colores y aditamentos, alimentando el ego social y la cultura de la liviandad del ser.

Es tiempo de cuidar el agua en nuestros ambientes íntimos y sociales, pero al mismo tiempo exigir a las autoridades de todos los niveles, que hagan algo en cuanto a programas en agenda pública prioritaria y regulen al máximo la utilización de los medios naturales a las empresas, para que no despilfarren el agua ni la contaminen.

baltasarhg@gmail.com

baltasarhernandezgomez.blogspot.com

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