Por
Salomón García Gálvez.
¿QUÉ
TANTO HACÍAN EN CHIAPAS?
Primero,
normalistas de Ayotzinapa junto con padres y madres de los 43 estudiantes
desaparecidos, pintarrajearon y destruyeron una histórica como costosa puerta
de madera del Palacio Nacional.
Los
radicales, inmediatamente fueron contenidos y dispersados por guardias quienes
les arrojaron gases pimienta para alejarlos de la casa del presidente AMLO, quien,
irritado, se enteró del vandalismo.
Quienes
mal asesoran a los padres de los 43 normalistas desaparecidos, manejan a su
antojo a esos señores, a quienes los han llevado a terrenos ultra radicales,
provocando violencia de manera innecesaria. Esos ultra radicales ya fastidiaron
al presidente AMLO.
La
violencia ocurrida antier en Chiapas con la agresión perpetrada contra padres
de los 43 y estudiantes de Ayotzinapa, fue por orden del gobernador de aquella
entidad, Rutilio Escandón Cárdenas, de filiación morenista.
Desde
que arribó al cargo el presidente AMLO, éste se comprometió a que se llegará a
la verdad en el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, la noche y
madrugada del 26 y 27 de septiembre del año 2014. Les pidió paciencia, pero no la
tienen.
Los
líderes manipulan ese movimiento; manejan a su antojo a los padres de los 43, a
quienes pasean en lujosos autobuses por todo el país. Es una estrategia radical
para que el movimiento se mantenga caliente y no se enfríe.
Sin
embargo, padres y madres de los 43 y sus aliados, actúan como célula
guerrillera, mientras a que a sus líderes ninguna investigación les satisface,
aunque traigan a expertos forenses de Argentina o a los mejores del mundo.
El
movimiento radical de los padres de los 43, ya provoca cierto hartazgo entre un
segmento de la sociedad, sobre todo porque -manipulados por sus líderes-
trasladan su radicalismo hacia las 17 normales rurales del país, provocan
disturbios y daños a la economía por donde se paren.
Lo
que debió hacer el movimiento de padres y madres de los 43 y sus aliados, es
centralizar su inconformidad en la Ciudad de México; o sea en el centro del
poder, mediante algún plantón y esperar el resultado de las investigaciones que
emprende el nuevo gobierno encabezado por el presidente AMLO.
En
Guerrero, el mandatario estatal Héctor Astudillo Flores, ha sido bastante
cuidadoso en su trato hacia el movimiento de los padres y madres de los 43;
nunca ha enviado a la fuerza pública para reprimir, no obstante que éstos y sus
aliados radicales han bloqueado la Autopista del Sol cuantas veces se les
ocurre como medida de presión.
Quienes
agredieron y reprimieron con gases y tanquetas a los padres de los 43
normalistas y estudiantes de Ayotiznapa, fueron policías estatales al mando del
gobernador chiapaneco Rutilio Escandón Cárdenas.
El
gobernador de Guerrero, Astudillo Flores, se indignó y condenó la represión
ocurrida en la normal de Mactumactzá, Chiapas. “Mi solidaridad con los
estudiantes y sus familiares. Los padres de los normalistas de Ayotzinapa
cuentan con mi respaldo”, manifestó el mandatario guerrerense.
Quizás,
se filtró información al gobierno de Chiapas, en el sentido de que los
normalistas de Mactumactzá, sus homólogos ayotzinapos de Guerrero y los padres
de los 43, iban a provocar vandalismos y disturbios en aquella entidad, por lo
cual decidieron atacar al movimiento para sofocarlo, antes de que haga crisis y
se expanda hacia parte del sureste del país.
En
Guerrero, el movimiento de los padres de los 43 tiene respaldo de los
normalistas más radicales de Ayotzinapa y de una parte de la mafiosa Ceteg,
quienes no sólo roban autobuses y vehículos de empresas privadas sino que
hurtan mercancías, bloquean la Autopista del Sol y se apoderan de casetas de
peaje y cobran cuotas a su antojo.
Por
eso y más, el gobernador Astudillo Flores NO los molesta ni los manda reprimir
con gases como ocurrió en Chiapas. Allí está la diferencia, entre un gobierno
priista (Astudillo) y uno de Morena (Escandón).
Héctor,
no toca ni con el pétalo de un periódico a los ayotzinapos, y menos a los
padres de los 43, quienes se han convertido en unos parásitos: no trabajan en
nada; se la pasan perpetrando vandalismos azuzados por sus líderes quienes los
andan paseando en lujosos autobuses por todo el país, en protesta permanente.
“Bienvenidos
a Chiapas”, posteó a través de su cuenta
de Twitter (a manera de burla) el gobernador de aquella entidad, Rutilio
Escandón, el pasado domingo; horas después envió a su fuerza policiaca a
reprimir con gases lacrimógenos a los padres de los 43, y a sus aliados
normalistas de Ayotzinapa, con saldo de varios heridos, uno de ellos de
gravedad…
¿Qué
tanto hacían en Chiapas los padres de los 43, y los estudiantes de
Ayotzinapa?... ¡Pero… qué necesidad!... Punto.
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