Editorial
El gobernador Héctor
Astudillo, anunció la destitución de su director de Transportes porque según el
mandatario, su subordinado -que depende del secretario de Gobierno, Florencio
Salazar Adame, “autorizó de manera unilateral” el incremento a 7 pesos de la
tarifa del transporte público en la capital.
Dicho jefe del
ejecutivo ordenó dar marcha atrás al incremento a la tarifa del transporte
público autorizado por la Comisión Técnica de Transporte y Vialidad, de cuyo
titular ordenó la separación del cargo.
La jornada del domingo
5 de agosto, las urvans de servicio público en Chilpancingo elevaron un peso en
el costo de su tarifa, de tal suerte que de 6 pasaron a cobrar 7 pesos al usuario.
Para justificar el
alza, los transportistas mostraron una circular emitida por la Comisión Técnica
de Transporte y Vialidad, en la que se muestra una firma, pero no el nombre del
titular del área.
En respuesta, los
permisionarios le mandan un mensaje a Astudillo para refrescarle la memoria o
por si también desconocía el moche que pidieron sus colaboradores para
autorizar el alza a la tarifa del transporte público:
“¿Y los $ 500 que
pidió transportes por la hoja de autorizacion donde quedan? ¿Los regresarán?
Pura corrupción, son 761 combis esto equivale a $380,500.00”.
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