Perspectiva Ciudadana
Bruno Plácido Valerio: el impune
José Alberto Morales
¿Quién protege al líder de la Unión de Pueblos y
Organizaciones del Estado de Guerrero, Bruno Plácido Valerio?
Habría que contestar esta vital interrogante porque solo
así se entendería el por qué no está tras la rejas pagando por el homicidio de
siete personas suscitado en San Pedro Cacahuatepec. Entre los asesinados hubo
dos niños y un bebé de cuatro meses de edad que murió por traumatismo
craneoencefálico, presuntamente porque fue azotado contra el piso por los
elementos al mando de Bruno Plácido.
A más de una semana de los arteros hechos, no hay un solo
elemento de la Upoeg que esté pagando por estos crímenes; su dirigente dice que
ya se han amparado algunos y es precisamente Bruno Plácido el que se ha negado
a que se presenten a declarar ante el Ministerio Público.
Lo risible del asunto es que la Fiscalía General de Estado
(FGE) al mando de Xavier Olea Peláez, está atada de manos y no hace su trabajo
que es perseguir a delincuentes. Está más que claro que los hombres de Bruno
Plácido Valerio llegaron a esos cuatro hogares de San Pedro Cacahuatepec y
dispararon a matar; no fue un enfrentamiento como el líder de la Upoeg lo
quiere vender sino que llegaron a ejecutarlos.
Peor aún es la pasividad que ha venido mostrando la FGE,
cuando fue el propio Fiscal el que desmintió a Bruno Plácido de que la matanza
haya sido producto de un enfrentamiento, pues a decir de la dependencia después
de realizar pruebas periciales no encontraron indicio alguno que pueda advertir
que las personas fallecidas hubiesen disparado algún tipo de arma de fuego.
La irrupción violenta de la Upoeg a San Pedro Cachuatepec
el pasado viernes 9 de junio, es una muestra más de la ambición de Plácido
Valerio por apropiarse del territorio donde tiene presencia la policía
comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Crac) y el
Fusdeg.
Así lo hizo en Petaquillas, Ocotito y Tierra Colorada; son
varios los muertos que ha dejado la disputa de Bruno Plácido por tener el
control del territorio según él para brindar seguridad y se dice según porque
hasta el momento ha provocado masacres que han enlutado a decenas de familias
guerrerenses.
El gobernador Héctor Astudillo Flores ha externado que el desarme
de la Upoeg es algo que le conviene al estado y que buscará la forma de hacerlo
pero solo en eso queda; no actúa y su omisión ya ha dejado varias muertes en la
entidad tan golpeada por estos grupos armados que dizque brindan seguridad.
Bruno Plácido ha desafiado al gobernador Astudillo al decir
que sus elementos no van a permitir que los desarmen, esto a pesar de que la
presencia de la Upoeg en San Pedro Cacahuatepec, Xaltianguis, Tierra Colorada,
el Valle del Ocotito, Acahuizotla, Palo Blanco, Mazatlán, Petaquillas y otros
puntos de Guerrero, son totalmente ilegales porque no son zonas indígenas para
ampararse en la Ley 701 de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y
Comunidades Indígenas en el Estado de Guerrero.
Son totalmente ilegales y a pesar de ello las autoridades
estatales no hacen algo para parar las masacres que constantemente
protagonizan.
Por cierto, Bruno Plácido Valerio es enemigo de quienes
ejercen un periodismo crítico, pues hostiga constantemente a reporteros y
directivos del periódico El Faro de la Costa Chica porque difunden la serie de
atropellos que cometen sus ilegales “policías comunitarios”.
Cuando arribaron al Valle del Ocotito, este reportero
denunció los métodos de tortura utilizados contra jóvenes que apresaban y que
nada tenían que ver con grupos delictivos; la respuesta de Bruno Plácido fue
acudir al domicilio de mis padres a amedrentarlos a punta de pistola, lo cual
derivó en una denuncia en su contra ante la Fiscalía Especial para la Atención
de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la PGR.
Hay voces que dicen que el ilegal Bruno Plácido ingresó a
San Pedro Cacahuatepec, por ser zona de influencia del Consejo de Ejidos y
Comunidades Opositores a la Presa La Parota (Cecop), obviamente con la
complacencia de los tres niveles de gobierno para trabajar en la imposición de
ese proyecto hidroeléctrico con el que sueña el gobierno federal.
La inacción de los tres niveles de gobierno por hacerle
justicia a los siete asesinados por la Upoeg, habla del manto de impunidad con el
que se mueve en Guerrero Bruno Plácido Valerio, quien antes de ser visto como
un activista en favor de la seguridad de los guerrerenses, sus acciones homicidas
lo dejan ver más como servil del gobierno y cabeza de un grupo paramilitar que
amenaza y masacra, haciéndolo parecer como pleitos entre familias o grupos de
autodefensa…
Nos leemos mañana, mientras el gobernador Héctor
Astudillo presumió que en lo que va de su administración se han invertido 2 mil
millones de dólares; inversión que los guerrerenses no ven y que seguramente
seguirán sin ver hasta en tanto su gobierno decida hacerle frente a los grupos
criminales que mantienen a los guerrerenses viviendo en el terror y la zozobra.
moralessantosjosealberto@gmail.com
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