Bella luna de las noches en Acapulco;
La cuna de grandes escritores y poetas,
Por inspiración en el amor y la
traición;
Acapulco, la cuna de historias de amor.
Hoy mi pensamiento es para ti mi luna;
Con tu resplandor alumbraste al corazón,
Mi fiel testigo de mis noches de pasión;
Cuando me entregaba en cuerpo al amor.
Recuerdo las dulces noches de azotea;
En donde a mi amada le hacia el amor,
Fueron las mejores noches de una atea;
Que se entregó a mí con jubiloso clamor.
Tú fuiste mi más fiel y valerosa
vigilante;
De las juguetonas escapadas al
dormitorio,
Con tu luz solo las sabanas eran
brillantes;
De nuestras alocadas noches de jolgorio.
Guiaste cada uno de nuestros bellos
pasos;
Por las paradisiacas playas de mi
Acapulco,
Enredándonos en la suave arena morena;
Hasta ser arrullados por el son de las
olas.
Recuerdo las noches en que nos
iluminaste;
Al interpretar nuestro val sobre la
arena,
Tú mi luna amante, mi sublime vigilante;
Sabes que en Acapulco mis recuerdos
quedan.
Mis noches en Acapulco hoy son amargas;
Desde que ella regreso a su lejana
ciudad,
En las noches me es difícil conciliar
sueño;
Pensando en ella y en dónde ha de estar.
Solo tus estrellas supieron nuestro
secreto;
Y yo sé muy bien que ellas nunca lo
dirán,
Le hicimos el amor entre tantos
durmientes;
Al aire libre de la noche se nos dio la
ocasión.
Tú iluminaste el sudor de nuestros
cuerpos;
Que se enlazaban con bestial ardiente
pasión,
Jamás dejamos un solo rincón por
Acapulco,
Que no resguarde los trozos de nuestro
amor.
Amargas son las noches desde que ella no
está;
Luna, pero sé que cuando ella viene a
visitarte,
Se genera un estremecimiento en su
corazón;
Le es imposible olvidar las noches de
Acapulco.
Si fueron unas noches de desenfrenada
pasión.
Luna, resguarda mis bellos recuerdos de
amor;
Y si alguien pregunta por un lugar para
el amor;
Mi Acapulco de Juárez es una verdadera
opción.
*Autor: Emilio Nahín Rojas Madero
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