Por: Glendobeth Gutiérrez Castrejón
Erick” ratificó bondades.
Cuando “Otis” y “John”, se escuchó decir que ellos estuvieron ahí, parando postes, jalando cables y suministrando poco a poco la energía eléctrica, en dónde los fenómenos meteorológicos hicieron afectaciones, se veían como hormiguitas, caminando de un lugar a otro y hasta corriendo, por varios días, durante jornadas largas y fatigosas.
No sabemos si les dieron viáticos, si les pagaron horas extras, si les sumaron más días a sus vacaciones o si sus jefes los reconocieron de alguna otra manera, pero si consta que ahí estuvieron, cumpliendo una responsabilidad, quizá mal comidos, desvelados, insolados, o que se yo, pero se vio su solidaridad con el prójimo en desgracia.
Doña María, al igual que otras señoras del mismo nombre y otras personas de nombres diversos, se estuvieron tronando los dedos, porque al estar sin energía eléctrica, sus refrigeradores estaban sin funcionar y por ente, los medicamentos con los que tratan sus enfermedades crónico degenerativas, estuvieron a punto de descomponerse, pero gracias a ellos, se pudieron rescatar.
Ahora con “Erick”, también llegaron a la Costa Chica de Guerrero, ellos, los trabajadores de campo de la Comisión Federal de Electricidad, a realizar tareas similares, como en las 2 ocasiones anteriores, durante la mañana, día, noche y madrugada, haciendo rotación de personal, para poder seguir, sin dejar de ser constantes.
Aplausos para ellos, los que con su fuerza de trabajo, destreza e inteligencia, una vez más han estado ahí, cuando se les necesita, aplausos también para otros servidores públicos que también llegaron, ellos saben como, pero ahí estuvieron, como el diputado local Jesús Urióstegui, presidente de la Jucopo, que sin pertenecer a ninguna localidad afectada, llegó a la zona herida para brindar apoyo moral y material.
En los discursos se dice mucho, pero es en los hechos, donde se ve de que están hechas las personas. “Erick” ya se fue, pero no la gratitud para quienes se movieron rápido, para quienes llegaron en auxilio del prójimo en el momento justo, sin tanto circo ni faramalla, los costeños les están agradecidos y tienen sus buenas acciones registradas.
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