Por César González Guerrero.
El pasado día 6 de junio del 2025, lamentablemente, falleció José Alfredo Mendoza López, más conocido en el medio artístico y popular como Tico Mendoza, a la edad de 51 años.
Originario del pueblo llamado El Pitayo, municipio de Cuajinicuilapa, región Costa Chica del Estado de Guerrero, en donde nació en el seno de una familia humilde, cuyos padres fueron Hilario Mendoza y Aurora López.
A Tico tuve la fortuna de conocerlo en la década de los noventas, primero a través de las páginas del periódico El Sol de Acapulco y después en un programa televisivo de Radio y Televisión de Guerrero (RTG); precisamente porque mi padre, cuando lo visitaba en su domicilio de Copala, me comentaba de su costumbre de estar disfrutando de sus presentaciones. Desde las dos de la tarde, mi padre en su soledad, permanecía en su hamaca, hasta ver el fin del programa.
Fue así que, ya en Chilpancingo, también un servidor me acostumbré a estar pendiente de sus actuaciones, en la tarde y en la noche. Al igual que mi padre y yo había muchas familias atentas a la presentación de Tico.
Fueron escasas, pero productivas, las ocasiones en que intercambiamos pláticas con Tico, siempre tenía prisa por atender sus compromisos personales y de trabajo.
Gracias a mi gran amigo y Maestro Rubén Piza Romano, fundador de la página Presencia Ometepequense, del Sol de Acapulco, asistí a algunos eventos artísticos y culturales, promovidos por la Asociación de Ometepequenses radicados en el puerto. Y ahí saludaba a todos, incluído Tico.
Pasaron los años, y en el 2019, nos reencontramos con Tico, en un programa de Reconocimiento póstumo que realizamos a otro gran paisano de Igualapa, Indalecio Ramirez, como siempre destacó con su humorismo folklórico en alusión al homenajeado.
Recuerdo que Tico participó, muy a su manera, comentando que: "...una ocasión la madrastra de Indalecio llamaba a comer a sus 5 hijos de papá y mamá, gritándoles por su nombre, y al no escuchar su nombre Indalecio, también se autogritaba ...Indalecio a comer ...y así fue que poco a poco se fue ganando un lugar en la mesa para comer..." las risas de los presentes ovacionaron al gran Tico.
Después, en el 2020, nos encontramos ya como vecinos en Playa Ventura, y empezamos a coincidir en varios eventos: en el retén de la pandemia COVID, en las reuniones del pueblo, en los festejos religiosos, en fiestas del pueblo, cumpleaños, quinceaños, bodas, etc... hasta en la fila de las tortillas.
En cada ocasión fueron valiosos los minutos de breves charlas humorísticas, porque hay que decirlo, siempre había tiempo para escucharlo así, alegre, optimista y positivo.
Quizá fue uno de los personajes de la costa chica con mayor interés en el desarrollo de la Región, serio, franco y formal.
Las veces que coincidíamos hablamos de varios proyectos de convivencias culturales, no alcanzó el tiempo.
Quedaron pendientes la realización de bohemias con otros grandes personajes promotores de la cultura y el arte de nuestra región. Espero que algún día no muy lejano, lo hagamos en su memoria.
Haremos el intento muy pronto.
Hasta siempre Tico.
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