Por Adán Ríos Parra
Los órganos electorales, llamados también árbitros en la contienda son la autoridad en materia electoral.
Si pensamos en la democracia como si fuera un juego tendríamos que considerar que este tiene reglas, muy claras y perfectamente definidas.
Por eso vemos muchos abogados metidos en la política porque su formación para pensar de manera argumentada y razonada, su discurso debe ser sustentado, sin ambigüedades ni líneas de fuga o contradicciones.
Además de que muchas veces los legisladores sea locales o federales elaboran leyes, pero luego les nace la aspiración por ser regidores, síndicos, presidentes municipales o gobernadores y hasta presidentes porque estos últimos aplican la ley.
Y entonces el debate parlamentario y la gestión de recursos y apoyos a los sectores más vulnerables de la población se convierten en las principales actividades de los actores políticos.
Pero no sólo eso también está la ética que es el comportamiento como seres humanos porque la población mediante el voto delega en una persona que los represente y hay está el problema porque hay muchos actores políticos que basados en las acciones afirmativas se registraron como miembros de esos sectores caso concreto Citlali Calixto como miembros activo de la comunidad LGBT y Mario Moreno de ascendencia Afro.
Y hubo impugnaciones pues una parte de estos sectores no los reconocen como parte de su comunidad.
Con ellos queda demostrado que el INE y el IEPC o el TRIFE y el TEE solo han resuelto lo que por ley procede: Cancelar las candidaturas, pero no sólo esas, hay muchas más por eso vemos que los candidatos los suben y los bajan porque al ser impugnados ponen en riesgo su candidaturas y las cancelan.
Hace tres años el INE canceló la candidatura de Félix Salgado Macedonio hoy es la de Mario Moreno Arcos, la pregunta es quien sigue????
El INE y el IEPC tienen la última palabra nos guste o no a los ciudadanos y a los actores políticos que se ven mal registrando a candidatos que no reúnen los requisitos para postularse y lo peor politizan y judicializan una fiesta electoral.
En política no hay sorpresas, sólo sorprendidos.
Sino, al tiempo.
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