lunes, 29 de abril de 2024

EL LENGUAJE COSTACHIQUENSE Y LAS PARTES DEL CUERPO HUMANO.


Por César González Guerrero.           

Para un estudiante de medicina, de cualquier Universidad o Institución educativa,  siempre será importante que conozca el lenguaje natural de la gente de la Costa Chica de Guerrero.       

Dentro de la espontánea  relación social entre un Doctor y un paciente de nuestra región,  vamos a encontrar varios temas, conceptos o simples términos, desconocidos quizá, pero muy común su uso en las entrevistas o pláticas cotidianas.       

De tal manera que, siempre será necesaria la interacción para conocer los planteamientos que algún paciente presente en sus citas o consultas  médicas.          

Para quienes somos originarios de la Costa Chica de Guerrero, no importa el sexo o edad, resulta muy fácil entender cuándo el enfermo contesta las preguntas del médico.            


La primer pregunta del doctor siempre es "...qué le duele...??", a lo cual el paciente contesta "...todo el cuerpo...", pero señalando específicamente la parte del dolor, que regularmente  puede decir: ...el galumbo, la paleta, el pescuezo, el coacoyul, el vergüero, el espinazo, el sentido, el zobaco, la boca del estómago, el culo del ojo, la tripa, el cachete, la quijada, las narices, la chichi, la cuncha o pito, los güevos, la pepita, la panocha, las cuencas, la verija, el cajete del ojo, la menudencia, el boje, el oido, la encilla, el conejo, la pantorrilla, las canillas, el cuadril, la muñeca, la sien, etc, etc...       

Si el Doctor desconoce el lenguaje del paciente, lo más seguro es que no "de con bola" y se corre el riesgo de que no sea posible atender y solucionar el problema de su enfermo.      

En razón de ello, y por ética profesional, quizá el médico deberá recurrir al apoyo de alguna gente del pueblo para que le traduzca lo que el paciente desea.              

El problema se complica cuando no existe nadie que explique o traduzca los términos utilizados por la persona en consulta.  

Entonces el médico deberá acudir a la intuición o deducción lógica para así, saber como se llama la parte afectada.       Ya sea señalando o tocando la zona de  molestia o sencillamente adivinar lo que al paciente le provoca el malestar.          

Tal vez sea necesario que en las escuelas de medicina del país, los Planes y Programas de estudio, consideren la elaboración de un Manual o Diccionario Popular que sirva como apoyo a los médicos en la atención de sus pacientes que, a pesar de todo, aún expresan los términos ya mencionados, y otros más, y no sea motivo de una equivocación o error fatal.      

Cuando las clínicas o centros de salud, ubicados en la zona rural no hay mucho problema, ya que es muy común el uso del lenguaje vulgar y corriente.        Regularmente los médicos rurales están conscientes de que en las comunidades la falta de una cultura médica o de salud, es motivo de confusiones y hasta de un pésimo servicio que ayude a la gente humilde y sencilla.           

Respecto a este asunto, vale la pena reiterar que un Médico debe ser una persona paciente, tolerante y muy sensible ante los enfermos que aún presentan un lenguaje difícil de entender y comprender, en pleno siglo XXI.         Ya veremos.

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