PRI: democracia de ficci
LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
Aristóteles decía que en política “se levantan” los que ya tienen algo y quieren más. Pero en la pelea por la dirigencia del PRI estatal son pocos los que tienen y son muchos los que quieren más, de un pastel reducido a migajas. De hecho, ese partido juega en la selección de su próximo mecenas tricolor, los triunfos y las derrotas de la elección federal y local de 2024. Por una sola razón: un aspirante impuesto por las cúpulas y grupos tricolores infiere en automático, que los candidatos a las senadurías, diputaciones federales, locales y alcaldías, serán el producto natural de esa misma imposición. Hay que ir a los hechos.
SIMULACIONES DEMOCRÁTICAS. – Pionero en autoritarismos e imposiciones —escuela de donde abrevaron el PAN, PRD, el Morena y todos los partidos bonsái—, en el PRI hablar y practicar la democracia es una infamia. Por eso, exigirla y demandarla a quienes tienen secuestrado ese partido por parte de la militancia, es imposible. Los escenarios son elocuentes: 1.- Al menos en México, nunca en ningún partido político, la democracia emana realmente del pueblo. Los ciudadanos votan por los aspirantes que los partidos políticos les imponen. Literal y sutilmente, los obligan a votar por ellos. Y en esa revoltura se incluye hoy en día, a todos aquellos que llevan el sello y los padrinazgos de la delincuencia organizada. Pero como todos los partidos políticos se cubren unos con otros y se han vuelto cada vez más cínicos, no pasa nada. Hay alcaldes y diputados que deberían estar presos y no despachando en sus actuales encargos. Y justamente por eso, reina la violencia y la impunidad producto de las complicidades del poder. La muestra más palpable de ellas, es que, hasta la fecha, no se ha dado con el paradero de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¿Es culpa de “la democracia” o de los propios ciudadanos que nos hemos convertido también y progresivamente, en un país de cínicos? ¿Cómo es posible que, al contar con gente más preparada, los guerrerenses crean en cosas tan ridículas como el “respeto al estado de derecho” y las elecciones? 2.- Si la militancia tricolor pide democracia para elegir a su dirigente estatal, la realidad es que “los dados ya están cargados” a favor de Alejandro Bravo Abarca. La multitud peticionaria no tiene derecho a nada. Ni siquiera aquellos que supuestamente, la representan. En este caso, el ex candidato a gobernador Mario Moreno Arcos. Porque hay una máxima escrita por Gabriel Zaid en su libro «Adiós al PRI», publicado en 1995: “no se ganan votos abajo para ir a hablar fuerte arriba: se ganan votos arriba para hablar fuerte abajo, teniendo que repartir”. Y el que habló fuerte arriba no fue Bravo Abarca —quien asume como muñeco guiñol—, sino el ex gobernador Héctor Astudillo y el senador Manuel Añorve. Además, los apoyos políticos externos —como los del ex gobernador Ángel Aguirre— sirven para cerrar la pinza. La realidad parece cruda: a Mario le dejarían la secretaría general del PRI, si es que la negociación le alcanza para sensibilizar a los grupos priistas. O decide en su defecto, emigrar a otro partido político. 3.- El próximo dirigente estatal del PRI se ajustará a los designios políticos tanto de Héctor Astudillo como de Manuel Añorve. Y los candidatos en la elección de 2024, llevarán mayoritariamente su sello político inconfundible. Es justo de lo que se trata: sembrando cuadros a placer en alcaldías, diputaciones federales, locales y en las senadurías, abonarán el camino para la pelea por el gobierno estatal en la elección de 2027. Contrario al eventual escenario de las derrotas electorales que se anticipan producto de las imposiciones, el dirigente estatal del PRI asegurará su pase en los primeros sitios de la lista, a la diputación local plurinominal. Gane o pierda la elección de 2024. Así fue beneficiado el gris y mitómano Héctor Apreza Patrón, pese a perder aparatosamente el gobierno estatal y la mayoría legislativa en el Congreso de la Unión y la actual legislatura local, durante la pasada elección del 6 de junio de 2021. Así operará el PRI su “democracia de ficción”. Y si no, al tiempo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Por enésima ocasión, la alcaldesa de Acapulco, la morenista Abelina López Rodríguez, perdió la brújula: atribuyó cómica, grotesca y risiblemente el asunto de la violencia imparable que padece el puerto de Acapulco, “a la calor (sic) y una mala alimentación. Por ejemplo, si se comen más carbohidratos, te aceleras”. ¿Será que la alcaldesa se pone violenta con “la calor”? ¿O cuando come dulces y toma bebidas gaseosas se exacerba y pierde los estribos? Abelina evidencia así, no sólo sus limitaciones para gobernar, sino su pobre y anémica percepción de las realidades que la atenazan, instalándose en el ridículo.
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