Editorial
Muchas
organizaciones sociales y de mujeres de Guerrero condenaron y exigieron al
candidato de la coalición Todos por México, (PRI-PVEM-Panal), José Antonio
Meade Kuribreña, disculparse con Nestora Salgado candidata de Morena al Senado
y ex comandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá.
Desde
que fue impuesta por Andrés Manuel López Obrador como candidata a senadora
plurinominal y compañera de fórmula de Félix Salgado Macedonio en Guerrero,
inmediatamente generó polémica. La Comandanta ha manifestado que no puede
realizar actividades proselitistas porque “está amenazada”.
Su
estrategia es muy clara. Cree que a través de las redes sociales y conferencias
de prensa desde la Ciudad de México convencerá a los electores para que se
compadezcan de ella. Hay quienes la apoyan ciegamente sin analizar que detrás
de esa faceta de luchadora social se oculta una mujer con hambre y sed de poder
y venganza.
Al
registrarse como candidata al Senado, Nestora no informó al Instituto Nacional
Electoral (INE) que tenía doble nacionalidad (mexicana y estadounidense), lo
que la hace inelegible al cargo. Ante eso, el PRI anunció que impugnará la
candidatura de la protegida de López Obrador, ya que no asegura la identidad y
lealtad al Estado mexicano.
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