*En otros países ha disminuido drásticamente la
delincuencia
Por Arturo González
Chilpancingo.- El problema que se vive en el país,
en que la delincuencia organizada se ha apoderado de importantes segmentos de
la sociedad y se ha enquistado en el gobierno y principalmente en las policías,
ha puesto sobre la mesa el debate de la posible legalización de la marihuana,
que en otros países ha dado como resultado la disminución drástica de la
delincuencia.
Segmentos empresariales se han manifestado en favor
de la propuesta del Secretario de Turismo federal Enrique de la Madrid Hurtado,
quien planteó en días pasados su legalización en destinos turísticos como Baja
California Sur y Quintana Roo, alegando que se terminarían con las extorsiones
que arrojan pérdidas millonarias a ese sector.
Pero principalmente quienes se oponen, son las
estructuras gubernamentales y algunas
partidistas, quienes obtienen su fuente de financiamiento del cultivo,
trasiego y venta de ese ilícito.
El gobernador del estado Héctor Astudillo Flores, un
personaje oscuro y feliz de que el crimen organizado llene de sangre la
entidad, cínicamente ha señalado que primero debe aprobarse su uso medicinas y
después su consumo, lo que pone de manifiesto que le interesa y le conviene más
que los ciudadanos guerrerenses, sigan cayendo como moscas en una brutal y loca
“guerra” en contra del narcotráfico, que más bien parece una connivencia entre
el gobierno y el crimen para seguir generando miedo entre la población, por
medio del asesinato de hombres y mujeres indefensos.
“Es un asunto que hay que valorar bien. Yo tengo la
mía y sigo defendiendo la mía en temas medicinales primero y poco a poco, pero
primero yo he insistido en una ruta medicinal”, dijo el mandatario después de
conocer la propuesta del Secretario de Turismo Enrique de la Madrid, pero ha
sido incapaz y omiso para mandar una sola iniciativa al Congreso del Estado,
que pondere la solución a los múltiples crímenes de ciudadanos, y tampoco se ha
preocupado para detener la ola de violencia.
Es común y cotidiano escuchar al gobernador en una
actitud conciliatoria, de propuesta de defensa de los derechos humanos, pero
sólo en el discurso, porque en la realidad su gobierno se ha caracterizado por
solapar la impunidad, la corrupción, la venganza, por esconder el verdadero
destino de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala.
Lo que es una realidad es que el crimen organizado
se está apoderado de importantes zonas turísticas, generando malestar entre
importantes segmentos empresariales, que se encuentran molestos e irritados por
la inoperancia y connivencia de personajes del gobierno federal, y estatales,
con grupos oscuros que le están generando enormes pérdidas.
Esos grupos son los que mandan y deciden en esas zonas
turísticas, se están apoderando de negocios, cobran altas cantidades por
dejarlos operar, y recurren al crimen para que se cumplan sus órdenes, pero
además están generando una terrible imagen de las zonas turística al exterior,
provocando que el turismo internacional se aleje y busque lugares seguros.
Sobre la legalización de la mariguana en zonas
turísticas, el titular de la Secretaría de Turismo, durante la inauguración de la séptima
conferencia Anáhuac-NRM Comunicaciones: Perspectivas turísticas para México
2018, señaló que: “Por lo menos en las zonas turísticas del
país, que nos haría un enorme daño el perder esos destinos por temas de combate
al narcotráfico, yo creo que el hacer legal no solamente el consumo, la
producción y la venta de la mariguana –que no de otras drogas–, contribuiría,
junto con otras acciones, a destinos más seguros”.
Y sí, se están perdiendo los destinos turísticos,
porque antes no se conocía de balaceras y crímenes en destinos turísticos como
Cancún y Puerto Vallarta, y tampoco ocurrían asesinatos frente a turistas en el
Puerto de Acapulco, hechos que están alejando y dejando vacíos esos lugares y
playas. Son continuas las llamadas de alerta del gobierno de los Estados Unidos
a sus habitantes para que no visiten determinados estados de la República, lo
que ha provocado enormes perdidas a los turisteros, que ven como sus negocios
han quebrado o están en la quiebra.
Mientras los grupos delincuenciales se apoderan de
las zonas turísticas, la omisión y complicidad del gobierno se hace más
latente, su ineficacia es alentada por oscuros personajes del gobierno en
turno, sin que haya alguna propuesta viable para solucionar una problemática
que está afectando sobre manera la economía del país.
Guerrero uno de los estados más violentos
La propuesta del Secretario de Turismo Enrique de la
Madrid, ha sido compartida por el titular de la Comisión de Derechos Humanos
Luis Raúl González Pérez, mientras que en Guerrero uno de los estados más
violentos del país, Astudillo Flores ha planteado que se formalice el debate
para legalizar la producción y consumo de la amapola y contrarrestar la disputa
que mantienen grupos de la delincuencia organizada por el control y tráfico de
ese alcaloide, más sin embargo, todo ha quedado en eso, en simples declaraciones
sin reparar en que la entidad se sigue bañando de sangre, lo que pone de
manifiesto el interés del gobierno por seguir en amplia connivencia con fuerzas
oscuras.
Durante 2017, Guerrero registró más de dos mil 500
homicidios dolosos que representaron 6.9 asesinatos por cada día del año
pasado, lo que ubico a esta entidad en primer lugar con más homicidios durante
el país en 2017, seguido de Estado de México, Baja California, Chihuahua,
Veracruz y Jalisco, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
A los crímenes en municipios como Chilapa,
Chilpancingo, en que se ha demostrado la participación de elementos policiacos,
sin que se les castigue, se le suman las extorsiones, los secuestros, el robo a
mano armada, y demás ilícitos, en una supuesta lucha de carteles, que se
disputan el trasiego de drogas, se hace necesario que las autoridades
encabezadas por Astudillo se legalice este tipo de estupefacientes, que de
acuerdo con diversos estudios resulta menos dañino que el alcohol que consumen
a raudales miles de jóvenes sin que las autoridades se ocupen de prohibirlo, y
que además es una de las causas de cientos de muertes entre la población.
Las falsas posturas de legalizar la amapola y la
marihuana para usos medicinales, sólo tienen el objetivo de desviar la atención
de temas importantes y graves que acontecen en la entidad, porque si hubiese la
verdadera intención de solucionar los
problemas de criminalidad que tienen atemorizada y enojada a la población, es
urgente y necesario que se envíen las propuestas para debatir el asunto a la
cámara de diputados, y no todo se quede en simples discursos, como lo ha estado
haciendo también el diputado de Movimiento Ciudadano, que sólo utilizó el tema
para desviarla atención de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
De acuerdo con diversos estudios “La legalización de la cannabis comenzaría el
proceso de desaparición definitiva del narcotráfico; no de la delincuencia
organizada, no de la criminalidad, no de la maldad humana (que están bien
programadas en nuestros genes), sino del narcotráfico, es decir, de aquella
delincuencia que se dedica a la producción y venta ilegal de drogas, y que
provoca, como ningún otro tipo de actividad delictiva, un nivel exacerbado de
violencia. La regulación, por parte del Estado, de las drogas ilegales
(empezando por la mariguana) sería un acto quirúrgico de sanación social, que
extinguiría al narcotráfico como especie. El narco es un espécimen que sólo
sobrevive en un hábitat de ilegalidad, quitémosle ese hábitat, expulsémoslo de
su biósfera y morirá de inanición”.
La legalización de la marihuana como se ha estado
haciendo en otros países como Jamaica, Paraguay y los Estados Unidos,
terminaría con la atroz violencia que viven a diario de los mexicanos, y con
las fuentes de financiamiento de políticos ruines y ambiciosos, y permitiría
que se tranquilizará el país.
El prohibicionismo es un discurso irracional y
contradictorio que está fundado no en razones ni en una lógica coherente sino
en estados de ánimo viscerales, en actos reflejos derivados del pánico y el
miedo a vivir, así como en una obcecación mayúscula de querer que el mundo
humano y natural sean perfectos, inofensivos y carentes de riesgos y
vicisitudes, lo que es matemáticamente imposible.
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