Editorial
El
que podría no pasar una feliz navidad es el alcalde con licencia de
Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena.
Resulta
que la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso local, respaldará la
propuesta del Cabildo capitalino para auditar los dos años de su fallido
gobierno.
Si
MAL creyó que ya la había librado, ¡se equivocó! Está en serios aprietos.
Y
cómo no, si dejó un tremendo cochinero al ferretero que lo sustituyó en el
cargo. Denuncias sobre irregularidades financieras y administrativas, siempre
tuvo. Algunos regidores lo acusaron de retenerles sus salarios y jinetear los
recursos correspondientes a obra pública. Y lo mismo ocurrió con los
trabajadores del Ayuntamiento que constantemente protestaron para reclamar el
pago de sus salarios y otras prestaciones de ley.
Es
correcto que a la administración de MAL se le realicen las auditorías
necesarias para determinar si hubo o no desvío de recursos.
La
auditoría que el Cabildo de Chilpancingo solicitó a la Auditoría General del
Estado (AGE), comprende del 1 de octubre de 2015 al 31 de diciembre de 2015,
del 1 de enero de 2016 al 31 de diciembre del mismo año, y del 1 de enero de
2017 al 31 de julio de 2017.
Muy
seguramente MAL saldrá a defenderse para rechazar que en su fallido gobierno se
hayan cometidos irregularidades.
Está
en las manos de la AGE iniciar con las auditorías correspondientes. Veremos si
el auditor Alfonso Damián Peralta está comprometido con la ley y la
transparencia.
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