*La
manipulación de las conciencias, historia detrás del mito
Por:
Arturo González y Roberto Garza
Chilpancingo,
Gro.- Más de ochenta años de un priismo recalcitrante, fraudulento, omnímodo,
corrupto y sin propuesta de solución para los múltiples problemas que aquejan a
una sociedad maltrecha, hundida en el fango y el estiércol, nos hace que
siempre y en todo momento festinemos logros ajenos en lugar de poner a nuestro
servicio una Actitud Mental Positiva, como dijera Napoleón Hill, en su acertado
libro “Las Llaves del éxito”.
Nos
regocijamos cuando los medios de comunicación exaltan la labor de un personaje
sin sentido, que más bien parece que el objetivo es el de otorgar un melodrama
a una sociedad que desde hace ya más de ochenta años vive de pan y circo, que
desde la aparición de la Televisión Mexicana aparece como carne de caños, una
sociedad que ha estado sometida, que vive bajo el objetivo simple y llano de
las grandes corporaciones multinacionales para que se la pasen “consumiendo y
consumiendo”.
En
esta maraña de engaño y manipulación, se suma las estrategias que han utilizado
el sistema y el PRI para mantener a la gente dormida y siempre a la espera de
que un milagro de Dios los aprisiones, y
los extraiga del marasmo brutal en el que se encuentran.
Vivimos
en medio de una sociedad conformista que se la pasa tratando de aplastar al
prójimo sin que haya voluntad para en conjunto solucionar la problemática en la
que se encuentran.
Francisco
Orihuela, (a) Paco el empanadero, sólo fue producto de una estrategia fallida
de un especialista en medios de comunicación, como lo es Arturo Solís, quien
durante muchos años fue Director de Radio y Televisión de Guerrero, en los
oscuros años del priismo en Guerrero comandado por el ex gobernador Rubén
Figueroa Figueroa.
Experto
en el show torpe y burdo al que están expuestos los mexicanos, logró el
objetivo de ensalzarlo, de que la sociedad ansiosa de melodramas como los XV
años de la Rubí, encontrara en ese episodio un rato de consuelo, y casi la vida
eterna
Todos
los logros de los deportistas y de personajes de la farándula son exaltados por
los medios de comunicación con el objetivo de hacernos creer que si existe la
superación personal, que si existe capacidad para desarrollar las cosas, pero
que además el atraso y la fuerte convulsión de inseguridad y corrupción, es
culpa de una sociedad que se niega a superarse y que está así por los crueles
designios de Dios, un Dios inexistente.
De
acuerdo con especialistas en la materia “Francisco Orihuela esparció parte de
ese sentimiento entre acapulqueños inmersos en la desilusión de la violencia
cotidiana.
Paco,
el célebre -por ahora- vendedor de empanadas en playas de Acapulco que cautivó
y conquistó a más de cientos con su habilidad discursiva para ofrecer su
producto, tiene 15 años y, para muchos, enarbolaba el orgullo de ser
acapulqueño. Su talento nato, además de deslumbrar, mandaba un mensaje de que
no todos los jóvenes porteños de su edad eran presa fácil como reclutas de la
delincuencia organizada”.
Pero
la realidad es otra, su sorprendente fama, fue producto de una sociedad
enclaustrada en la dádiva, en los sueños guajiros de cientos de muchachas que
encuentran su príncipe y se vuelven ricas, por el sólo hecho de vivir en el
barrio, en la colonia o en la ranchería
El
video que hizo viral su elocuencia rápidamente surtió el efecto esperado en
redes sociales: likes, compartido, retwitteado, favorito.
Cuando
el video empezó a circular por las redes, los políticos ratas y los empresarios corruptos buscaron sacar raja política, y le dieron aún
más fama, sabedores que nuestro pueblo angustiado y oprimido se perdería en ese
marasmo de sueños y éxitos, que olvidaría por unos días la delincuencia
organizada que tiene asolados a las ciudades y pueblos con una masacre que
parece no tener fin.
Y
así fue, por varias semanas no se habló de otra cosa que del chico de las
empanadas, que ni era de Acapulco, que no representa los valores de los
originarios del Puerto, y que de un momento a otro esa fama colapsó para
ubicarlo en su real dimensión: Un triste vendedor de empanadas. Vendedor que
vive en la extrema pobreza, que no ve en el horizonte el más mínimo futuro de
éxito, y que además pues como no se puede hablar de una “mercancía”, como la
quinceañera Rubí, está destinado al olvido. A menos que los hábiles vendedores
de sueños de la televisión lo llamen para interpretar al “Vendedor de empanadas
y la princesa Meche”.
El
empanadero “orgullo de Acapulco”, nos dicen que se alejó de la escuela, que es
digno de alabar por nuestros jóvenes que no encuentran otro camino que la
delincuencia organizada, además de que el sueño de ser el mejor mercadologo del
futuro se fue por el caño. Por lo pronto hay que seguir soñando, mientras el
sistema nos llena de pacas de lámina, frijoles con gorgojo, aceite y otras
limosnas.
Hay
que recordar que el video que hizo viral su elocuencia rápidamente surtió el
efecto esperado en redes sociales: likes, compartido, retwitteado, favorito.
El
caso de ‘Paco’ perfilaba prometedor, de éxito a corto plazo, y ejemplar para la
juventud de este puerto.
Aunque
la gente acapulqueña depositó en él sus esperanzas; los políticos, le anclaron
su imagen para valerse de su fama y aceptación coyuntural.
El
muchacho de piel bronceada y sonrisa contagiosa era una incógnita. El primero
en engordar la curiosidad por conocer de su vida y sus metas.
El
morbo llegó al plano mediático y, de pronto, ‘Paco’ se vio asediado por medios
de comunicación que querían replicar su historia. Y así fue. La fama, no
obstante, comenzó a tomar forma de escepticismo. El joven, de entrada, no era
acapulqueño ni sus raíces se remitían a estas tierras. El acento durante su
speech viral ya lo advertía. Nació en la Ciudad de México, su padre es
periodista -con sangre española- y su mamá productora-editora. ‘Paco’ no vende
sus empanadas en al menos seis idiomas por necesidad económica. A su entender,
sus rondas playeras son un momento de esparcimiento que aprovecha para su
formación empírica. De eso se valió para rechazar no solo una eventual oferta
de trabajo, sino la posibilidad de obtener una beca para su preparación
profesional, cortesía del magnate Carlos Slim.
Dejó
de asistir a la escuela por decisión propia y los padres lo apoyaron; es, más
bien, un autodidacta: lee sobre mercadotecnia y escucha rock and roll. También,
por mera afición, toca la guitarra.
La
imagen prefigurada falsamente de chavo acapulqueño sin oportunidades ni
educación, pero ambicioso, con altas aspiraciones y entusiasta, se desvaneció.
La inmediatez con que funcionan las redes sociales no permiten analizar ni
conocer a las personas ni su contexto.
Sin
embargo, ‘Paco’ tuvo un éxito en Internet auto atribuible a Acapulco y este fue
aprovechado también por la oportunidad política y empresarial.
Lo
cierto es que, mientras se pretende exaltar y explotar a un innegable talento
no acapulqueño, en playas y calles del puerto hay un ejército de niños y jóvenes,
talentosos o no, dedicados al comercio informal porque su nivel socioeconómico
no les permite acceder a la educación, un derecho básico, o debieron
abandonarla para contribuir a la economía familiar.
La
desgracia de esos ‘Pacos’ nacidos en Acapulco, se entiende, es que no tienen la
fortuna de tener un reflector para ser cobijados por las autoridades o un
potentado empresario, a fin de encauzar y apoyar sus capacidades y cualidades.
‘Paco’
tampoco motivará un vistazo oficial hacia la juventud para revisar sus
carencias y necesidades.
El
“mercadólogo del futuro” pasó de ser un fenómeno a un caso no tan singular,
dada su formación y su entorno alejado de la pobreza y la falta de
oportunidades, y sobre esa decepción un tanto generalizada se montaron muchos
de manera penosa.
La
tendencia de los políticos es engancharse a las modas de redes sociales para
mitigar su mala imagen, mientras éstas duren, y la sociedad vive inmersa en ese
pequeño universo de posteos que desintegra todos los lazos de convivencia personal
y con el exterior para circunscribirla a la dependencia de un dispositivo de
comunicación móvil.
Francisco
Orihuela Ramírez, de 15 años, conocido como “el niño de las empanadas”, saltó a
la fama tras ser exhibido en un video en redes sociales.
Su
peculiar forma de ofrecer su producto género el asombro de muchos, e incluso
directivos de empresas lo han buscado para ofrecerle una beca o trabajo.
Después
de elaborar sus empanadas, el joven sale por las mañanas de su hogar en una
unidad habitacional de la zona Diamante rumbo a la zona tradicional del puerto,
donde ofrece las órdenes de empanadas a 45 pesos.
Para
Francisco Orihuela Ramírez, el mercadólogo más jóven del país y vendedor de
empanadas exitoso a partir de la publicación de un video que se hizo viral en
redes sociales, la mejor estrategia de venta es analizar al posible comprador
para determinar cómo le vas a ofrecer tu producto.
Dijo
no imaginar lo que iba a suceder al dar su autorización para que lo grabaran
cuando realizaba la venta de sus empanadas en una playa de Acapulco.
“A
la gente luego le da risa y le gusta lo que les digo y termina comprando las
empanadas”, dijo el adolescente en una entrevista para televisión
local, quien agrega que le gusta leer y precisamente textos que tienen que ver
con las ventas como “Piense y hágase rico” de Napoleón Hill, y “El vendedor más
grande del mundo de Og Mandino”.
El
vendedor de empanadas más famoso comentó que en las redes sociales ha recibido
ofrecimientos de becas para continuar sus estudios, o apoyo para él y su
familia, propuestas para disertar conferencias motivacionales, pero dice que
ese no era el objetivo del video, sin embargo “si hay alguien se aceptan
inversionistas”, bromeó.
El
speech utilizado por el vendedor de empanadas ha tenido miles de visitas y ha
recibido cientos de comentarios sobre la estrategia de venta y la capacidad
intelectual del adolescente; y ha sido calificado como uno de los videos más
positivos que se encuentran en internet en la actualidad, sobre todo porque se
trata de un acapulqueño que estudia de manera autodidacta el tercero de
secundaria y solo presenta exámenes para evaluarse y acreditar sus estudios.
Radicado
desde los dos años en la Colonia Jardín del puerto de Acapulco, Francisco
Orihuela se dice convencido de que sus estudios serán encaminados hacia la
mercadotecnia.
El
mercadólogo de 15 años con estudios de educación secundaria a través de
evaluaciones y no en el sistema escolarizado, también tiene habilidades para
ofertar sus empanadas en varios idiomas como alemán, inglés, francés, árabe,
italiano, holandés, ruso, portugués y hebreo.
A
meses de que los padres de Francisco Orihuela Ramírez hubieran rechazado la
ayuda de Arturo Elías Ayub, director de Alianzas Estratégicas de América Móvil,
quien había ofrecido una beca y llevárselo a “chambear” con él, alistan
una sorpresa.
El
pasado 27 de octubre el empresario informó a través de su cuenta de
Twitter que ya había localizado al vendedor de empanadas que se había
viralizado en redes sociales por la forma en que ofrecía sus productos en
Acapulco.
Elías
Ayub subió un video a su cuenta de Twitter, de acuerdo a lo que platicó con los
padres del mercadólogo del futuro, “él (el papá) es periodista en Acapulco
y ella es productora”; afirman que les va muy bien.
...hablé
con Alejandro, con Aura, su mamá, primero, obviamente con ellos por respeto
para ver si podíamos apoyar a Paco con una beca, para ver cómo le hacíamos,
porque es un fenómeno, es un talentazo
Me
dice Alejandro, que es periodista allá en Acapulco, y Aura, que es productora,
que les va bastante bien, que no quieren una beca, que no están pidiendo nada,
que este video se subió y se hizo viral de casualidad".
Aquí
negociando con mi amigo Paco, ya quedamos que no es el mercadologo del futuro
si no, el empresario del presente.
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