*Más
de 42 mil pequeños dejan estudios para comer tres veces al día
*El
Secretario del Trabajo dice no tener cifras propias de explotación o trata
infantil
Por
Joaquín Castro/API
Chilpancingo,
Gro. A “Dulce” le dijo su papá que es más importante comer que estudiar, y
para las dos cosas no hay suficiente dinero. El hombre tiene un saxofón que
hace sonar en las calles de Chilpancingo, mientras la pequeña de 8 años de
edad, pide cooperación.
En
el Estado de Guerrero hay 138 mil 837 menores (de 5 a 17 años) que trabajan. De
estos, 42 mil 279 son niños dentro del rango de 5 a 13 años y están impedidos
para trabajar, de acuerdo a la Ley.
Estas
son cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que indican
que en el país hay 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes que realizan
alguna actividad económica, de los cuales 165 mil se encuentran en Chiapas, en
Guerrero 138 mil y, en Oaxaca 124 mil.
“Sólo
comíamos una vez”
En
la capital de Guerrero se puede observar decenas de niños realizando
actividades económicas. En centrales de abastos, el zócalo, la alameda central
o en esquinas con semáforos, decenas de niños venden fruta, dulces, limpian
parabrisas, cantan, tocan algún instrumento, ayudan a cargar bolsas de mandado
o simplemente piden limosna.
Entre
esta infinidad de casos está el de una pequeña de 8 años; “Dulce”. Es la mayor
de tres hermanos, originarios de la Montaña.
Viven
en un pequeño cuarto hecho a base de madera, láminas galvanizadas y pedazos de
cartón. No tienen baño y hay una sola cama duermen los cinco integrantes de la
familia.
Dulce
acompaña diariamente a su padre a trabajar. Pide cooperación a los
automovilistas en diferentes avenidas de la ciudad, donde cada vez que aparece
el color rojo en los semáforos, su papá toca algunas melodías con su saxofón.
“Cuando
el semáforo está en rojo, mi papá toca canciones con su saxofón, y yo me dedico
a pedirle cooperación a los carros que pasan por la calle. A veces hay quienes
no nos dan nada de dinero, pero hay señores que si nos dan hasta diez pesos. Es
lo que hacemos para poder llevar dinero a nuestracasa”; relató la menor.
Recordó
que desde muy pequeña acompaña a su padre en esta actividad, pero ella y sus
hermanos han tenido que sacrificar sus estudios por tener algo de comer.
“Yo
sí estudiaba, iba en la primaria pero solo terminé el primer año y ahora ya no
estudio porque estoy todo el día trabajando con mi papá, mis otros dos hermanos
van con mi mamá a vender dulces en otros lugares”, lamentó.
Ella
tiene una visión bastante clara de la vida. Sabe que tiene que trabajar aunque
a la vez, anhela seguir estudiando.
“Me
gustaría mucho regresar a la escuela, me gustaría volver a jugar con mis amigos
pero ya no podemos porque primero tenemos que trabajar. Antes, cuando íbamos a
la escuela yo y mis hermanos, comíamos una sola vez. Pero ahora que todos
trabajamos hay días en que sí comemos tres veces”; relató.
“Mis
papás me dijeron que si quería estudiar, tenía que ayudarlos a ganar dinero
porque no ganaban lo suficiente, por eso yo ayudo a mi papá pidiendo dinero a
los señores choferes”, agregó.
Y
remató: “Es como dice mi papá; preferimos comer en lugar de ir a la escuela”.
Secretaría
del Trabajo, sin cifras
Sobre
la grave situación de trabajo infantil en el Estado de Guerrero, el titular de la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Oscar Rangel Miravete dijo
desconocer cifras precisas y, se limitó a explicar que para muchas familias, el
trabajo infantil contribuye a la formación de los menores.
Aunque
reconoció que esta actividad no deja de ser ilegal, afirmó que muchas familias
relacionan este problema con una cuestión cultural, con un trasfondo de
pobreza.
Esto
respalda y en muchas ocasiones obliga a la niñez, introducirse en el ámbito
laboral. Esto sin descartar que hay situaciones en la que los menores son
víctimas de trata.
Rangel
Miravete precisó que “en este momento no cuenta con estadísticas de menores que
hayan sido secuestrados y llevados a hacer trabajos ilícitos”, pero replicó las
cifras de INEGI al mencionar que hay por lo menos 138 mil niños trabajando sin
regulación alguna, lo que violenta sus derechos humanos.
El
Secretario del Trabajo detalló que, para coadyuvar a combatir la explotación
infantil el Gobierno Estatal instaló la “Comisión para Erradicar el Trabajo Infantil”.
Con
esta se busca crear herramientas que ayuden a erradicar el problema, “y por
ello se instalarán comisiones en los 81 municipios del Estado para saber qué
hacen los niños”.
“Como
autoridades tenemos la obligación de verificar que en toda la entidad no se
esté forzando a la niñez a realizar actividades laborales antes de los 15 años,
por lo cual estamos trabajando para que se instalen módulos de atención,
información y previsión en los 81 municipios de Guerrero”, dijo.
Precisó
que el trabajo adolescente (de 14 a 17 años) está permitido, siempre que se
cumpla con cuatro requisitos básicos: el consentimiento por escrito de los
padres; que los adolescentes comprueben que están estudiando; que la jornada de
trabajo sea mínima y, que la labor que realicen no ponga en riesgo su salud,
integridad física, emocional, ni social.
Abundó
que, a pesar de que no cuenta con una cifra exacta de los niños que se
encuentra realizando alguna actividad laboral, la mayoría de estos realizan
trabajos en el campo, aunque también hay casos en las principales ciudades del
Estado.
“Tenemos
un consenso que nos ha arrojado que el mayor número de niños laboran en el
campo, por esto tenemos que sensibilizar a la gente del campo, de los pueblos
originarios, que sepa que es un delito que el niño trabaje en lugar de
estudiar”, expuso.
En
cuanto a la trata infantil, Rangel Miravete dijo nuevamente que “no puede
falsear información” y decir que tiene registrados casos de trata en el Estado,
porque hasta la fecha no tiene información sobre algún caso en particular que
haya sucedido en los últimos meses. Esto, aunque para la ciudadanía en general
es común encontrarse niños trabajando en las calles.
El
funcionario se limitó a decir que no descarta que haya niños secuestrados para
realizar alguna actividad laboral.
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