martes, 13 de septiembre de 2016

Oro, violencia y muerte

Editorial
Oro, violencia y muerte
Las jugosas riquezas que genera una mina de oro de la canadiense Goldcorp en Guerrero han avivado las cruentas luchas entre los traficantes, sin que el Gobierno ni la empresa reaccionen para frenar la ola de crimen.
Si bien la minera firmó el estándar del oro libre de conflicto que impulsa el Consejo Mundial del Oro y, por ello, está comprometida a extraer el metal de una manera que "no alimente conflictos armados ilegales o contribuya a serios abusos contra los derechos humanos".
En los municipios de Eduardo Neri, Cocula y Arcelia la ola de inseguridad ha aumentado en los últimos días.
Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, es un pueblo de lomas tasajeadas que se asoma desde Mezcala. Los ejidatarios le rentan las tierras al corporativo canadiense Goldcorp: mil 150 hectáreas de uso común y 150 hectáreas de parcelas individuales que alojan el yacimiento de oro, plata, cobre y zinc Los Filos-El Bermejal.
En Cocula, los ejidos Real de Limón –integrado por El Limón, La Fundición, Campo Arroz, Balsas-Puente Sur y Atzcala– y Nuevo Balsas, son explotados por la minera Media Luna, filial a la empresa canadiense Torex Gold, desde 2008. Por un conflicto con ejidatarios, en ese mismo año, cuando la mina formaba parte de grupo Teck Cominco, paró actividades, pero las retomó a discreción poco después.
Mientras que en Arcelia, la empresa Farallón Minería Mexicana, adquirida por la empresa belga Nyrstar NV, extrae oro, plata, cobre y zinc de la mina de Campo Morado. El municipio es uno de los nueve de Tierra Caliente, zona de las más inseguras del estado.

A los ejidos de los tres municipios en los que se asentaron mineras, los hermana el río Balsas y el denominado Cinturón de oro, localizado a su ribera; también los índices de violencia.

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