*Dicha
flor ofrece beneficios para los que viven con diabetes controla los niveles de
azúcar en la sangre
Por
La Redacción/ Bajo Palabra
Acapulco,
Gro.- Si bien la Dalia ha cautivado al mundo entero por su belleza, formas,
tamaños y colores, es también una planta forrajera, alimenticia y medicinal que
contribuye a la sustentabilidad económica de diversas familias mexicanas.
Para
Araceli Flores Vázquez, habitante del municipio de Huehuetoca, estado de
México, el cultivo orgánico de esta planta representa un ingreso económico
adicional, al venderla para la preparación de té y diversos alimentos, pues sus
flores y tubérculos ofrecen amplios beneficios para la gastronomía y la salud.
La
productora recordó que hace cinco años desconocía las propiedades de la Dalia,
una flor nativa de México y que puede encontrarse en forma silvestre en casi
todo la República, con excepción de las penínsulas de Baja California y
Yucatán.
Pero,
indicó, tuvo la fortuna de participar en los talleres de capacitación
impulsados por integrantes de la Asociación Mexicana de la Dalia o
Acocoxóchitl, los cuales están orientados a la propagación o cultivo de Dalia y
a la gastronomía orgánica.
Desde
entonces, Flores Vázquez pasó de cultivar cuatro plantas, a destinar más de 20
metros cuadrados de su domicilio para sembrarlas y hoy en día imparte esos
cursos para dar a conocer sus beneficios.
“Ahorita
tenemos donde sembrar, pero va llegar el monumento de tener un espacio de
cuatro por cuatro para cosechar nuestros alimentos que consumiremos en un mes.
Nosotros nos estamos acabando la tierra, con las químicos y las aguas negras
que dispersamos”, expone.
María
Guadalupe Treviño de Castro, presidenta de dicha asociación civil, señala que
investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo analizan las propiedades
de la acocoxóchitil, nombre náhuatl con la que es también conocida, y han dado
certeza a la sabiduría ancestral.
“Sabemos
que era una planta prehispánica muy apreciada por nuestros ancestros. Ellos,
los sabios, conocían perfectamente bien sus propiedades alimenticias,
medicinales y forrajeras”, resaltó la entrevistada.
Y
es que, la inulina de los camotes de esta flor ofrece múltiples beneficios para
la salud de quienes viven con diabetes, pues, aseguró, esta sustancia natural
controla los niveles de azúcar en la sangre.
Además,
apuntó, sus tubérculos son ricos en fibra que favorece la limpieza y el buen
funcionamiento del intestino y colon. Los prebióticos, por ejemplo, ayudan a la
digestión y absorción de los alimentos.
Al
ser una planta de tallos huecos con agua, añadió, la Dalia tiene también ácido
benzoico que es utilizado en forma de gotas para las pequeñas infecciones de
oídos, ojos y piel.
Treviño
de Castro lamentó que pocos sepan de esta planta mexicana y, sobre todo, en las
nuevas generaciones estén perdiéndose cada vez más el uso de sus bondades
medicinales.
Flores
Vázquez dijo que ha tenido la oportunidad de comprobar lo anterior, en especial
cuando trabaja de manera intensa en el campo. “Cuando nosotros nos dedicamos a
plantar, nos cansamos un buen y siempre comemos un camotito para recuperar
energía y continuar”, expresó.
En
Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, José Luis Olivares Oropeza destina
cada año cerca de tres mil metros cuadros para cultivar Dalias. “Desde 1965 me
he dedicado a la floricultura, una labor ardua que heredé de mis papás”,
platicó en entrevista por separado.
Comentó
que el cultivo inicia los primeros días de abril y, de acuerdo con la época,
éstas florecerán en junio porque son flores de lluvia y su ciclo culmina en
octubre, pero las heladas definirán si permanece hasta principios de noviembre.
A
diferencia de Flores Vázquez, quien emplea abono a partir de desechos de
frutas, verduras y excremento de animales, en especial de aquellos que son
alimentos con hierba, el productor combina la tierra con una composta hecha a
base de hojarasca de encino, forrajes y pasto.
Esta
técnica, mencionó, le permite cultivar durante la estación de lluvia entre 10 y
11 mil plantas que después pone a la venta en los diferentes mercados de
Xochimilco. Además, su experiencia le ha permito modificar genéticamente la
estructura de la Dalia y ha dado origen a nuevos colores, tamaños y formas.
En
esta extensión de terreno, ejemplifica, ha llegado a tener hasta 175
tonalidades de Dalias. “Son colores muy lindos y fabulosos. Tenemos desde el
blanco puro hasta amarillas, rojas, blancas, guindas, lilas, rosas y colores
pastel, van desde la tonalidad más fuerte hasta la más débil y aquellas con
doble color”.
Sin
embargo, el productor reconoció que en México son poco apreciadas aquellas
plantas en color pastel, pues los mexicanos prefieren los más fuertes y
llamativos, como un rojo llamado “sangre de pichón”.
En
tanto, Flores Vázquez explicó que los pétalos de las Dalias son secados para
después combinarlos con otras hierbas –manzanilla, limón, tila y canela– y
venderlas en pequeñas bolsas que son utilizadas para preparar té.
El
camote, en tanto, es usado para elaborar platillos. “La gente lo ocupa como
papa y lo incluyen en sus guisos de chicharrón, pollo, ensaladas, postres e
inclusive como botana, solo basta limpiarlo, cortarlo en rodajas y agregarle
chile y limón”, expuso. En fechas recientes, abundó la emprendedora, han aprendido
a preparar mermelada con él y a deshidratarlo para ponerlo a la venta.
La
productora mexiquense puntualizó que lo anterior les ha permitido tener un
ingreso económico extra, sin embargo, aún falta mucho por hacer porque su
producción no alcanza a cubrir la demanda del tubérculo. “En la Ciudad de
México, por ejemplo, nos piden por tonelada pero no alcanzamos a sembrar
tanto”.
La
titular de la Asociación Mexicana de la Dalia o Acocoxóchitl agregó que el
cultivo es una actividad redituable porque una planta es capaz de dar hasta 12
camotes y 35 flores y cada flor aporta al menos 100 semillas que, a su vez,
tienen 85 por ciento de viabilidad, es decir, pueden obtenerse hasta 85
plantas. Con información de Notimex
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