lunes, 22 de febrero de 2016

Detener el espiral de violencia en Guerrero

Disertaciones
Noé Ibáñez Martínez
Detener el espiral de violencia en Guerrero
Al cumplirse los primeros 100 días de gobierno de Héctor Astudillo Flores, la situación en Guerrero en materia de seguridad se complica, pese a operativos implementados en coordinación con el gobierno federal.
Desde que tomó posesión como gobernador, Astudillo Flores reconoció que el principal reto de su gobierno sería detener el espiral de violencia que azota la entidad, y las primeras acciones fue desplegar un operativo en Acapulco, después en las regiones de Tierra Caliente y Norte, y recientemente en Chilapa.
No obstante, la violencia continúa presentándose de manera impredecible en diversas regiones, sumando —según el conteo de algunos medios de comunicación— al menos 202 muertes de forma violenta tan solo en enero de este año, la mayoría en Acapulco, con 70, es decir, un promedio de dos ejecuciones diarias.
Esta cifra de crímenes de enero casi duplica la registrada durante el mismo periodo del año pasado, cuando la estadística del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Nacional (SESN) reportó oficialmente 138 homicidios dolosos en la entidad, de los cuales 79 fueron cometidos con arma de fuego.
Al hacer un balance preliminar de los primeros 100 días de su administración, Astudillo Flores resalta que ha logrado la gobernabilidad y sostiene que su principal reto continúa siendo combatir la inseguridad.
Si bien es cierto que ya no se presentan manifestaciones a raíz de los hechos en Iguala, como el propio gobernador se refirió, que los poderes del estado trabajan con normalidad y no existen ayuntamientos tomados o edificios incendiados por grupos sociales, sí continúan presentándose hechos violentos que indican que en Guerrero las instituciones para brindar seguridad y justicia no funcionan, y en ese sentido se deben enfocar los esfuerzos.
No cabe duda que la principal apuesta del gobernador en coordinación el gobierno federal es implementar en Guerrero la Policía Única Estatal, y para ello se contratarán a 3 mil nuevos elementos estatales. No obstante, esta propuesta tomará su tiempo para elevarla a rango constitucional, como la propuso la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), mientras en estados como Guerrero la situación se complica cada vez más.
Si bien es cierto que la siembra y cosecha de enervantes tiene que ver con la problemática de la inseguridad, como lo ha reconocido Astudillo Flores, también sabemos que la pobreza y marginación abren la puerta al narcotráfico.
Una operación policial y militar como la puesta en marcha en Chilapa, efectivamente sirve para inhibir y capturar a algunos miembros de grupos delincuenciales, sin embargo, no resuelve a fondo el problema, como reconoció también el fiscal Xavier Olea Peláez, que “por cada narco que muere, nacen cuatro”.
Sabemos que la violencia no nació con este gobierno, sino que es histórica, tan solo en 2015 los registros indican 51 homicidios por cada 100 mil habitantes en Guerrero, cuatro veces el promedio de México que marca 13 por cada 100 mil personas, uno de los más altos índices de violencia en América.
Ese cuadro del crimen sin control ha sido empeorado por la colusión de los cuerpos de seguridad, que participan del negocio del crimen, por ello la urgencia del gobierno de Astudillo de reemplazar a policías municipales por una Policía Única Estatal, que entre sus ventajas tendrá una mayor coordinación, no obstante su reto también será combatir la corrupción.
Es importante que además de la profesionalización de la policía, también se busque erradicar la corrupción dentro de las instituciones encargadas de impartir justicia y acabar con la impunidad, que en México es generalizada y que solo el 1% de los delitos se castigan, según el Índice Global de Impunidad México 2016 (IGI-MEX) que esta semana presentó la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), la cual ubicó a Guerrero dentro de los estados de muy alta impunidad.

@ibanez_marti

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