Disertaciones
Noé Ibáñez Martínez
Detener el espiral de violencia en Guerrero
Al cumplirse los primeros 100 días de gobierno de
Héctor Astudillo Flores, la situación en Guerrero en materia de seguridad se
complica, pese a operativos implementados en coordinación con el gobierno
federal.
Desde que tomó posesión como gobernador, Astudillo
Flores reconoció que el principal reto de su gobierno sería detener el espiral
de violencia que azota la entidad, y las primeras acciones fue desplegar un
operativo en Acapulco, después en las regiones de Tierra Caliente y Norte, y
recientemente en Chilapa.
No obstante, la violencia continúa presentándose de
manera impredecible en diversas regiones, sumando —según el conteo de algunos
medios de comunicación— al menos 202 muertes de forma violenta tan solo en
enero de este año, la mayoría en Acapulco, con 70, es decir, un promedio de dos
ejecuciones diarias.
Esta cifra de crímenes de enero casi duplica la
registrada durante el mismo periodo del año pasado, cuando la estadística del
Secretariado Ejecutivo de Seguridad Nacional (SESN) reportó oficialmente 138
homicidios dolosos en la entidad, de los cuales 79 fueron cometidos con arma de
fuego.
Al hacer un balance preliminar de los primeros 100
días de su administración, Astudillo Flores resalta que ha logrado la
gobernabilidad y sostiene que su principal reto continúa siendo combatir la
inseguridad.
Si bien es cierto que ya no se presentan
manifestaciones a raíz de los hechos en Iguala, como el propio gobernador se
refirió, que los poderes del estado trabajan con normalidad y no existen
ayuntamientos tomados o edificios incendiados por grupos
sociales, sí continúan presentándose hechos violentos que indican que en
Guerrero las instituciones para brindar seguridad y justicia no funcionan, y en
ese sentido se deben enfocar los esfuerzos.
No cabe duda que la principal apuesta del gobernador
en coordinación el gobierno federal es implementar en Guerrero la Policía Única
Estatal, y para ello se contratarán a 3 mil nuevos elementos estatales. No
obstante, esta propuesta tomará su tiempo para elevarla a rango constitucional,
como la propuso la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), mientras en
estados como Guerrero la situación se complica cada vez más.
Si bien es cierto que la siembra y cosecha de
enervantes tiene que ver con la problemática de la inseguridad, como lo ha
reconocido Astudillo Flores, también sabemos que la pobreza y marginación abren
la puerta al narcotráfico.
Una operación policial y militar como la puesta en
marcha en Chilapa, efectivamente sirve para inhibir y capturar a algunos
miembros de grupos delincuenciales, sin embargo, no resuelve a fondo el
problema, como reconoció también el fiscal Xavier Olea Peláez, que “por cada
narco que muere, nacen cuatro”.
Sabemos que la violencia no nació con este gobierno,
sino que es histórica, tan solo en 2015 los registros indican 51 homicidios por
cada 100 mil habitantes en Guerrero, cuatro veces el promedio de México que
marca 13 por cada 100 mil personas, uno de los más altos índices de violencia
en América.
Ese cuadro del crimen sin control ha sido empeorado
por la colusión de los cuerpos de seguridad, que participan del negocio del
crimen, por ello la urgencia del gobierno de Astudillo de reemplazar a policías
municipales por una Policía Única Estatal, que entre sus ventajas tendrá una
mayor coordinación, no obstante su reto también será combatir la corrupción.
Es importante que además de la profesionalización de
la policía, también se busque erradicar la corrupción dentro de las
instituciones encargadas de impartir justicia y acabar con la impunidad, que en
México es generalizada y que solo el 1% de los delitos se castigan, según el
Índice Global de Impunidad México 2016 (IGI-MEX) que esta semana presentó la
Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), la cual ubicó a Guerrero dentro de
los estados de muy alta impunidad.
@ibanez_marti
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