lunes, 22 de junio de 2015

Editorial

Proceso electoral 2015
Qué bueno que en este recién pasado proceso electoral, impero la prudencia y la sabiduría, lo que vaticinaban algunos cetegistas y estudiantes normalistas, no se les hizo realidad; lo que observamos es, que la ciudadanía en toda nuestra querida República Mexicana respondió con responsabilidad y confianza hacia sus instituciones electorales y claro las otras también.
Aunque los enfrentamientos de los policías y militares contra maestros exhiben sin ambages los conflictos que no se han resuelto en los últimos días, sobre todo, el profundo quebranto del sistema político y del entorno institucional y legal.
La fuerza pública y el Ejército se convirtieron en actores de un proceso que debe ser eminentemente cívico, es decir, el escenario privilegiado de la ciudadanía. La votación realizada no va a interrumpir la confrontación y los resultados pueden, en cambio, agravarla.
Independientemente del grupo social al que se pertenezca, la violación a los derechos humanos se agravó en los últimos meses-años.
El actuar de las fuerzas públicas ha sido fuertemente cuestionado y las consecuencias son éstas, pero lo más lamentable es que no se consigna a ningún responsable. Todo queda en la impunidad. Nadie tiene el derecho de arrebatarle la vida a nadie
Fueron los ciudadanos quienes se toparon con unas elecciones que aparecieron como campo yermo. Según quienes defendieron a ultranza primero la necesidad de votar y no abstenerse, y luego de sufragar de modo efectivo y no anular el voto, esa es la mejor forma de conducir la democracia, incluso esta tan viciada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario