lunes, 8 de diciembre de 2014

Editorial

El móvil de la matanza de octubre
El móvil principal de la matanza de normalistas en Iguala, fue provocar una situación tan grave para desbarrancar al PRD y sacarlo de la gubernatura, castigar por su traición de abandonar al PRI, al gobernador Angel Aguirre Rivero, y debilitar al grupo delincuencial “Guerreros Unidos” cuyos operadores eran el alcalde José Luis Abarca y la primera dama María de los Ángeles Pineda Villa, principales competidores del grupo delincuencial de Los Rojos, brazo armado de algunos Alcaldes y caciques del PRI, y para ese fin, infiltraron en la Normal Rural Isidro Burgos a expertos provocadores, y los enviaron a dirigir a un centenar de estudiantes normalistas que sin saberlo, fueron enviados al matadero.
Todo fue planeado con perversidad y de manera meticulosa. En la Capital Chilpancingo, todos los funcionarios de seguridad incluyendo El Mando Único conocían el desplazamiento hacia Iguala de los normalistas, sin embargo, desde el ayuntamiento de Chilpancingo “alguien” dio la orden a los cuerpos policiacos de no responder al Protocolo de Seguridad si desde Iguala se solicitaba. La orden dio resultado, ya que la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, La Ministerial de la Procuraduría de Justicia, La Policía Federal, y la Zona Militar ubicada muy cerca de Iguala no intervinieron, pese a que la balacera duró desde la noche del 26 a la mañana del 27 de octubre.
Para el proyecto “Recuperación de Casa Guerrero” se aprovechó que se acercaba El 2 de Octubre y era previsible que los estudiantes de la escuela normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, iniciaran sus movilizaciones para secuestrar camiones y obtener recursos para financiar su viaje al Distrito Federal y participar en la conmemoración. Por acuerdo entre caciques, algunos alcaldes y el grupo delincuencial de Los Rojos, todos del PRI, repetirían lo ocurrido un año antes cuando estudiantes de la normal fueron inducidos a boicotear el informe de la presidenta del DIF municipal de Iguala María de los Ángeles Pineda Villa, sin embargo, en éste octubre del 2014, había otras motivaciones medulares: sacar a la Izquierda de Casa Guerrero y evitar que Abarca y María de los Ángeles ocuparan una diputación federal y la alcaldía respectivamente, y con ello evitar el fortalecimiento de Guerreros Unidos.
La primera dama de Iguala sonaba para ser candidata por el PRD a suceder a su esposo y éste para una Plurinominal Federal. Ella, ya había sido nombrada por el Comité Ejecutivo Nacional del Sol Azteca (corriente Nueva Izquierda de los Chuchos) como Consejera Nacional y eso significaba que el cártel de los Guerreros Unidos acrecentaría su poder y desplazaría al de Los Rojos dificultando el regreso del PRI a la gubernatura del Estado, por ello, desde el Caciquismo guerrerense salió la orden de introducir radicales entre los estudiantes normalistas, incendiar y provocar el mayor daño en edificios públicos y en su momento, mantener aislada a la “Dama Imperial”, solo que Abarca fue informado con oportunidad que los normalistas llegarían a Iguala y ordenó a su mando policiaco detenerlos a como diera lugar con la ayuda de “Guerreros Unidos”.
Cabe señalar, que sostener el poder en el estado de Guerrero significa mantener el control geográfico y político de un corredor esencial para el trasiego de drogas. Por ello y en su momento, los hermanos Beltrán Leyva controlaron al Estado durante los gobiernos de Rubén Figueroa Alcocer, el mismo Angel Aguirre (siendo interino) y René Juárez Cisneros, con los que pactaron por años: financiamiento de campañas políticas como la del 2005, que les impusieran jefes y mandos policiacos a modo, y con ello, lograr mantener un control férreo para impedir que el Cártel del Golfo con los “Z” entraran a Guerrero, empero, a la entrada de la Falsa Izquierda con Zeferino Torreblanca y la caída de los Beltrán, el cártel que comandaban se dividió en grupos contrarios, entre ellos Los Rojos y los Guerreros Unidos, este último grupo ligado a los Templarios cuya influencia se da en Michoacán y Tierra Caliente en Guerrero.

Hoy el PRI, sin importar la vidas perdidas de los normalistas hace cálculos para su regreso a Casa Guerrero, y a las principales alcaldías, y ya prepara a “los de siempre”, al vicecoordinador de los diputados federales, Manuel Añorve Baños, al alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos y al diputado local y también ex candidato a gobernador en 2005, Héctor Astudillo Flores, y a una lista larga de caras conocidas para los Ayuntamientos, todos ligados con el cacique, autor intelectual de la matanza de Aguas blancas, Rubén Figueroa Alcocer. *Editado por José Antonio Sánchez.

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