miércoles, 27 de agosto de 2014

Poemas

Devorador de Poemas

Escribo poemas tan solo en tormentas;
Mas no en los tiempos de somnolencia,
Pues perder mi tiempo serían afrentas;
Es mejor devorar tu majestuosa presencia.

Para qué describir al amor en simple lienzo;
Si es más fino describirlo en carne y hueso,
Hundiendo mi pluma en tu entallado lienzo;
Y devorando tu poema en un delicado beso.

Es mejor derramar la tinta en tu inigualable ser;
Que arrojarla en papel o cualquier pergamino,
Eres el poema más puro y radiante hecho mujer;
Que mi divino Dios me ha puesto en el camino.

Anhelo tanto tu torneada estrofa devorar;
E inundarla con mi delicado y más fino verbo,
A tus vocales y consonantes quiero hacer delirar;
Cual si fuera yo, todo un Amado Nervo.

Dulcinea, eres tú el poema más exquisito;
Que a mi paladar le encantaría devorar,
No perderé tiempo dibujándote en escrito;
Pues mi corazón tan solo te quiere adorar.

Amor mío eres tú el poema más hermoso;
De sabor y aroma tan fino e inigualable,
Te entrego a ti este corazón tan candoroso;
Pues soy devorador de poemas implacable.

Devoraré cada uno de tus húmedos sentimientos;
Haré poesías con mis dedos en tu bello lienzo,
Hundiré mi pluma en tus oscuros pensamientos;
Te haré poema desde el fin hasta el comienzo.

Éa pues tú; amada y adorada diosa de mujer;
Cuyo lindo nombre en ésta estrofa ocultaré,
Eres el maravilloso poema escrito en mi ser;
A tí mi tierna reina; este corazón te entregaré.

¡Eres poema; ese poema de mi ser!
¡Eres poema tan radiante como ningún ser!
¡Eres poema majestuoso de mujer!
¡Devorarte; es lo único que deseo hacer!

Cuando un Ángel Llora por sus Alas



Hace un año, 3 meses y 14 días;
Cuando ésta historia comenzó,
Era un Ángel que el cielo surcaba;
Cuando de una mortal me enamore.

Hoy ando en busca de mis alas;
No recuerdo en dónde les deje,
Por una hermosísima mortal alada;
En algún rincón las abandoné.

¿Las abre dejado en algún balcón?
¿En la habitación del departamento?
¿O entre las bellas estrellas vigilantes?
De nuestros adorables sexuales momentos.

La verdad no lo sé, no las encuentro;
¿En qué lugar deje mis grandes alas?
Pues éste ser que aquí ves, no soy yo;
Perdido entre mortales, no me encuentro.

Por una mortal con figura de diosa;
Un dios y un ángel yo deje de ser,
¡Qué belleza de mujer hecha diosa!
Cautivaste en mí todo mi ser.

Hoy necesito abandonar la tierra;
Ya no quiero sentirme mortal,
Es tan dura esta amarga pena;
Sin ella ya no quiero ser mortal.

Todos me aconsejan que olvide mis alas;
Que busque a mi adorada dulce mortal,
Si supieran que hoy es demasiado tarde;
Que ella a mis brazos ya jamás volverá.

Si supieran que yo fui quien tuvo la culpa;
Por no confesarle mis sentimientos a tiempo;
Que en mi corazón ya albergaba la idea,
De llevarla conmigo ante dios y frente al altar.

Pensar que alguien profane sus alas;
Me amarga el vientre y la vida entera,
Por favor necesito pronto mis alas;
A buscarlas ¿Quién me puede ayudar?

Tengo mucho miedo de irme a dormir;
Porque soñaré que tengo mis alas,
Pero muy amargo será el despertar;
De esos sueños que no quieres terminar.

Díganle a mis alas que vuelvan;
Que me siento solo y perdido,
Que me siento triste y vacío;
Ya no quiero seguir en éste lugar.

Ya no quiero seguir aquí en la tierra;
Ya no quiero seguir siendo un mortal,
Quiero ser nuevamente un Ángel
Como antes de conocerla en el barandal.

Soy el dios que perdió su reino;
Soy el Ángel que abandonó sus alas,
Por la belleza de una dulce dama;
Que sin alas me enseñó a volar.

 Autor: Emilio Nahín Rojas Madero Enero 2013y Marzo 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario