martes, 12 de noviembre de 2013

Sin ayuda a damnificados y con brotes epidemiológicos

Para algunos municipios; la tragedia aún no ha terminado, pues después de la devastación, se teme de un posible brote epidemiológico. Más aun frente al hecho de que algunas administraciones municipales y estatales no cuentan con el medicamento suficiente para vacunar a toda la población y evitar un posible contagio.
En Tixtla de Guerrero los habitantes se sienten un poco más preocupados por las condiciones en que se pueda encontrar la presa “El Molino”; según ello, podría desbordarse y arrasar con lo que queda de ésta histórica ciudad.
Restauranteros, ramaderos y pequeños comerciantes serán los principales afectados, pues a la mayoría no se les reubicará ni reconstruirán sus negocios. Solo les seguirán entregando migajas de $10 mil pesos para entretenerlo, dándoles falsas esperanzas, hasta que se enfaden de ir a pedir ayuda a los ayuntamientos y se levanten por sí solos de su desgracia. Es falso que estos gobiernos vayan a regalar electrodomésticos, muebles, casas y pequeños negocios; cuando mucho un 15% de la población afectada, pero su prioridad es solamente reconstruir la infraestructura y la imagen urbana.

Cuando frente a un desastre natural de tal envergadura, los damnificados somos todos; los que perdieron su patrimonio, los que fueron objeto de retención del salario porque sus patrones fueron afectados, los que perdieron sus pequeños negocios y los que dejaron de percibir los apoyos sociales (progresa, prosigue o 70 y más). Se es damnificado porque no se tiene dónde dormir; como los niños de la montaña en Guerrero que aun duermen en hojas de plátano como cama, con bolsas plásticas negras como sabanas para mitigar el frío y se es damnificado porque no se tiene dinero para comprar de comer.

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