viernes, 22 de febrero de 2013

Guerrero, en el ojo del huracán


Noé Ibáñez Martínez*

En los últimos días, la situación político, social y económica que vive la entidad suriana y algunos municipios, lo ha puesto ante la opinión pública, no tan sólo del país sino del mundo.
Al inicio de este año, lo que auguraba el Gobierno estatal de ser un año próspero y la consolidación del desarrollo económico y social, se convirtió en un ambiente de inestabilidad. Primero, por el levantamiento armado de ciudadanos cansados de los delincuentes que irrumpen en la convivencia pacífica de las comunidades.
Encapuchados y armados con lo que se pueda, tomaron el control de seguridad en sus comunidades, reemplazando el papel de la autoridad, ante la falta de competitividad y la presunta complicidad de ésta con los grupos criminales. El movimiento se extendió en varios municipios de Costa Chica, La Montaña, Centro y Norte.
La reacción de ejecutivo estatal y la federación, ha sido inmediata; por el temor de que el movimiento de autodefensa se extendiera en todo el estado e incluso el país. Aunque la opinión pública ve con buenos ojos este levantamiento y por supuesto, incitan a los pobladores de otros estados a tomar las armas.
Pero no sólo esto es noticia nacional, sino también el caso de los municipios endeudados, los cuales, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dejó muy claro que la federación no los rescatará. Un total de 286 munícipes amenazaron con paro laboral total para el 12 de febrero si la negativa de rescate financiero persiste.
La presión llegó al Congreso de la Unión con la intención que se crea una especie de “Fobaproa” municipal: un programa de rescate con recursos federales. Encontraron el apoyo y respaldo de legisladores del Movimiento Ciudadano, quienes buscarán empujar una modificación al artículo segundo de la Ley de Coordinación Fiscal, a fin de abrirle espacio jurídico al fondo de rescate.
Las alcaldías de Guerrero que se sumaron a este frente son: Taxco, San Miguel Totolapan, Juan R. Escudero y Acapulco. Y es del gobierno municipal de Acapulco del que se ha dado mucho de qué hablar en esta semana. Primero, por el caso de las españolas violadas por un grupo de delincuentes en la comunidad de Barra Vieja y que por supuesto, la opinión pública ha condenado y la noticia ya circula en los medios de comunicación españoles.
Tanto el gobierno local como la autoridad federal, tomaron cartas en el asunto para dar con los responsables y hacer “justicia”. Sin embargo, el alcalde porteño, Luis Walton en sus declaraciones del caso ha “titubeado” por lo que los medios de comunicación arreciaron la crítica.
Y no tan sólo por eso, sino también por la súplica que le ha hecho a Enrique Peña Nieto para que rescate al puerto: “el presidente de la República, vino a Acapulco y ofreció que le iba a dar el apoyo. Hasta el día de hoy no hemos visto el apoyo. Le estamos exigiendo que regrese a ver a Acapulco que también es parte de la República y que queremos el apoyo para todos los acapulqueños”, dijo durante su comparecencia, donde al finalizar se le quebró la voz y derramó algunas lágrimas.
Y por supuesto, repartió responsabilidades del caso de las españolas asaltadas y violadas. Ahora con mucho más razón, podrá seguirle suplicando a EPN su apoyo a Acapulco.
Estos hechos marcan nuevamente una pauta en la vida política, social y económica en el estado como en el país. Fenómenos sociales que surgen a consecuencia por la mala administración de la cosa pública, pero que será de mucho aprendizaje, no tan sólo para quienes aspiran a dirigir un pueblo sino, para el pueblo mismo.
* Historiador. Autor de la obra: Othón Salazar Ramírez, una vida de lucha. UAG, 2012.

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