Noé Ibáñez Martínez*
En
los últimos días, la situación político, social y económica que vive la entidad
suriana y algunos municipios, lo ha puesto ante la opinión pública, no tan sólo
del país sino del mundo.
Al
inicio de este año, lo que auguraba el Gobierno estatal de ser un año próspero
y la consolidación del desarrollo económico y social, se convirtió en un
ambiente de inestabilidad. Primero, por el levantamiento armado de ciudadanos
cansados de los delincuentes que irrumpen en la convivencia pacífica de las
comunidades.
Encapuchados
y armados con lo que se pueda, tomaron el control de seguridad en sus
comunidades, reemplazando el papel de la autoridad, ante la falta de
competitividad y la presunta complicidad de ésta con los grupos criminales. El
movimiento se extendió en varios municipios de Costa Chica, La Montaña, Centro
y Norte.
La
reacción de ejecutivo estatal y la federación, ha sido inmediata; por el temor
de que el movimiento de autodefensa se extendiera en todo el estado e incluso
el país. Aunque la opinión pública ve con buenos ojos este levantamiento y por
supuesto, incitan a los pobladores de otros estados a tomar las armas.
Pero
no sólo esto es noticia nacional, sino también el caso de los municipios
endeudados, los cuales, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dejó muy
claro que la federación no los rescatará. Un total de 286 munícipes amenazaron
con paro laboral total para el 12 de febrero si la negativa de rescate
financiero persiste.
La
presión llegó al Congreso de la Unión con la intención que se crea una especie
de “Fobaproa” municipal: un programa de rescate con
recursos federales. Encontraron el apoyo y respaldo de legisladores del
Movimiento Ciudadano, quienes buscarán empujar una modificación al artículo segundo de la
Ley de Coordinación Fiscal, a fin de abrirle espacio jurídico al fondo de
rescate.
Las alcaldías de Guerrero que se sumaron a este frente son:
Taxco, San Miguel Totolapan, Juan R. Escudero y Acapulco. Y es del gobierno
municipal de Acapulco del que se ha dado mucho de qué hablar en esta semana.
Primero, por el caso de las españolas violadas por un grupo de delincuentes en
la comunidad de Barra Vieja y que por supuesto, la opinión pública ha condenado
y la noticia ya circula en los medios de comunicación españoles.
Tanto el gobierno local como la autoridad federal, tomaron
cartas en el asunto para dar con los responsables y hacer “justicia”. Sin
embargo, el alcalde porteño, Luis Walton en sus declaraciones del caso ha
“titubeado” por lo que los medios de comunicación arreciaron la crítica.
Y no tan sólo por eso, sino también por la súplica que le ha
hecho a Enrique Peña Nieto para que rescate al puerto: “el presidente de la República, vino a
Acapulco y ofreció que le iba a dar el apoyo. Hasta el día de hoy no hemos
visto el apoyo. Le estamos exigiendo que regrese a ver a Acapulco que también
es parte de la República y que queremos el apoyo para todos los acapulqueños”,
dijo durante su comparecencia, donde al finalizar se le quebró la voz y derramó
algunas lágrimas.
Y
por supuesto, repartió responsabilidades del caso de las españolas asaltadas y
violadas. Ahora con mucho más razón, podrá seguirle suplicando a EPN su apoyo a
Acapulco.
Estos
hechos marcan nuevamente una pauta en la vida política, social y económica en
el estado como en el país. Fenómenos sociales que surgen a consecuencia por la
mala administración de la cosa pública, pero que será de mucho aprendizaje, no
tan sólo para quienes aspiran a dirigir un pueblo sino, para el pueblo mismo.
*
Historiador. Autor de la obra: Othón
Salazar Ramírez, una vida de lucha. UAG, 2012.
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