Por Baltasar Hernández Gómez.
Los andamiajes subterráneos de la praxis política no requieren de comprobación en la realidad social, toda vez que sus parámetros están sobrepuestos en la obtención y ejecución de control a favor de las instituciones del Estado, partidos políticos, gobernantes y servidores públicos en todos los niveles de gobierno.
La realidad social que vislumbran las mujeres y hombres de poder está adherida a la aceptación de diagnósticos y estadísticas donde los términos confusos de los mensajes, números y gráficas tienen que dar cuenta del proyecto de dominación y reproducción.
Mientras haya un discurso impecable aunque lleno de mentiras, mientras se vea lo material arreglado para aparecer en fotografías y videos mediáticos, mientras la miseria se vista de asistencialismo cubierto de compasión, mientras la sociedad se queje, pero no actúe; el sistema de vida, tal como lo han concebido y reformulado para perpetuar la explotación, enajenación y pobreza seguirá imponiendo las reglas del juego.
En México, como una gran cantidad de países de los cinco continentes la abstracción verdad-realidad tiene que acoplarse a los proyectos políticos y a los intereses de todo tipo de los detentadores del poder.
Si para decir que la conducción política, económica y sociales es la adecuada tiene que vestirse de pueblo, agarrar escoba o arado, meterse a ríos y mares contaminados, llorar frente a cámaras de televisión, subir información que provee de elementos que provocan misericordia y tristeza en las masas; las mujeres y hombres al servicio del Estado (sociedad política/económica, que no la sociedad civil) no tendrán empacho en sumergirse en las aguas profundas de las falsedades y cursilerías.
Cuando la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, pidió hace un año un peritaje/diagnóstico sobre las causas del derrumbe de un tramo de la línea 12 del Metro, lo hizo para buscar exoneración a priori de sus responsabilidades y las de sus antecesores, que hoy ocupan puestos de primer orden en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador. Solicitó este documento a una empresa prestigiada, esperando resultados a la mexicana, compuestos de galimatías donde se dijera poco y nada a la vez... Una especie de expiación para asegurar su carrera adelantada a la candidatura a la presidencia de México en 2024.
Sin embargo, el trabajo entregado da certeza que la obra no se realizó correctamente. No hubo pues, calidad ni responsabilidad en el proyecto, diseño, construcción y mantenimiento de la línea 12 del Metro, lo cual implica un duro golpe a los mensajes de impecabilidad de mujeres y hombres, vestidos con los colores del Partido Morena, que repiten, contra viento y marea los rasgos distintivos del actual presidente de la República.
Al tener el dictamen pericial, la Jefa de Gobierno adoptó el mismo tipo de respuesta de López Obrador: acusó a la empresa de ser parcial, no profesional y que busca la generación de polémica, abonando los ataques de la oposición y los "conservadores neoliberales" que quieren el derrumbe del país.
Y el incidente, grave a todas luces para los gobiernos federal, estatal y municipal morenistas, o más bien dicho, lópezobradoristas, no quedó ahí, pues la Dra. Sheinbaum amenazó con demandar a la empresa Noruega DNV.
Lo que no acomoda... molesta. Lo que no es a modo...es traición y complot a la Patria.
Este tipo de respuestas se reproducen también en Acapulco y buena parte de la geopolítica mexicana, ya que ante la incapacidad de políticos fallidos por estructurar gobiernos eficaces, humanos, responsables y comprometidos, las contestaciones son simplistas: todo es culpa de los opositores a un régimen que está buscando la transformación democrática... Tras bambalinas las prácticas de nepotismo, corrupción, omisión e impericia siguen replicándose a diestra y siniestra.
Si en Acapulco no hay agua potable es a causa de administraciones anteriores, obviando la verdad de que el trienio pasado el Ayuntamiento fue presidido por una mujer perversa y corrupta (Adela Román) afiliada al partido Morena. Si no hay seguridad es porque los gobernadores anteriores dejaron de brindar seguridad y dieron rienda suelta al dominio del crimen organizado. Si no hay recolección de basura es porque la sociedad no sabe valorar los esfuerzos gubernamentales y sigue tirando sus desperdicios en lugares públicos.
Si no hay tratamiento de aguas negras que desembocan a la bahía es porque no existe tal situación, negando con ello que no existe interés en activar las plantas tratadoras y mejor acusar a empresarios hoteleros y restauranteros y a la población de echar a cauces fluviales desechos de todo tipo.
El discurso de la incongruencia se repite arriba y abajo, es copia fiel de la personalidad del primer mandatario, la que está diseminada en secretarios de Estado, funcionarios, legisladores, jueces y miembros connotados de las fuerzas armadas.
Así de miserable está México, plagado de mujeres y hombres fanatizados, que rinden pleitesía a la figura mesiánica, sincretizada en las figuras de los "héroes" de la historia oficialista.
Así de pobre está el país con servidores que no sirven al público, sino que se sirven de la investidura puritana liberal para saquear la tesorería nacional, pero sobre todo luchando con las riquezas y la esperanza de millones de mexicanos.
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