*Por Efraín Flores Maldonado, Doctor en Ciencias de la Educación.*
William J. Bennett escribió en 1993 un texto interesante al que tituló “El Libro de las Virtudes”; en 79 páginas aborda temas variados en los que resalta la existencia de distintos valores humanos.
En esta entrega me referiré solo a dos de los temas del libro en comento; lo referente a la lealtad y sobre la historia de Cincinato.
En el primer tema, la lealtad es considerada como asunto de suma importancia tanto para las naciones como para las personas; para un país es importante que los presidentes “juren lealtad a su constitución” y que los ciudadanos “juren lealtad a su bandera”.
En el terreno ciudadano entre iguales, la lealtad es vinculo que encadena positivamente y cuando es real y cierta, “sobrevive a los contratiempos y resiste la tentación”; es la lealtad una especie de conducta instintiva y a la vez reflexiva.
El autor nos dice que la lealtad “no es lo mismo que la amistad” pero suelen ir juntas en ciertos momentos.
El segundo tema se refiere a la historia de Cincinato a quien desde la antigüedad los romanos lo designaron “padre de la patria”.
Lucio Quincio Cincinato era general y en el año 458 a.C., retirado a la vida privada, recibió un mensaje solicitando apoyo para una columna del ejercito romano que había sido copada en un estrecho rocoso, donde poco a poco estaban los soldados siendo masacrados.
La ciudad lo nombró “Emperador” con todos los poderes de un dictador para tomar medidas y salvar a los sitiados; el general
tenía en su favor, la suma de la voluntad popular y convocó a los jóvenes y nobles a formar columna para liberar a los miembros de su ejército.
En el combate, Cincinato salió vencedor y regresó triunfante a Roma. Sus enemigos pensaron que el general se sostendría como emperador, pero tal fue su sorpresa cuando el patriarca entregó el poder y con humildad regresó a sus labores de agricultor.
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