*No son sólo 3
embarazadas, han matado a 11 más para robar sus bebés, y activistas calculan
más
Por Sugeyry Gándara
Ciudad de México.-
(SinEmbargo).– En 2014, Nadia Catalina, Nathaly y Luvineydi Yasmín estaban
embarazadas cuando les abrieron el vientre y las mataron en Nayarit y
Tamaulipas. Clara, Jazmín y Daniela fueron asesinadas por sus propias “amigas”
en la Ciudad de México, Tijuana y Chihuahua. Isamar Chávez de la Rosa fue
victimada por una prima lejana en Tamaulipas, y a Diana Jazmín la
descuartizaron en Querétaro. Todas estas mujeres fueron asesinadas en diferente
tiempo y estados del país, y con el mismo fin: robar a sus bebés.
El feminicidio en
México generó una especial consternación en los últimos días ante los asesinatos
de tres mujeres embarazadas en Tabasco, Veracruz y Tamaulipas. Todos se
registraron en una semana, y en dos de los casos se les extrajo el producto.
Sin embargo, no es la primera vez que este tipo de crímenes ocurren en el país.
“Lamentablemente esto
ha ocurrido desde hace tiempo, pero los casos se quedaban sólo en la nota
roja”, explica María Salgueiro, autora del mapa de feminicidio en México y
quién ha documentado 11 casos donde matan a las madres para hurtar a los bebés
desde 2013.
No sólo se trata de
bebés que estaban en gestación sino de pequeños que tenían días o meses de
haber nacido cuando sus madres fueron privadas de la vida para robarlos,
afirma.
En ello coincide el
presidente de la Fundación Nacional de Investigación de Niños Robados y Desaparecidos
I.A.P, Guillermo Gutiérrez Romero, quien afirma que “lo que pasa es que antes
no se le dio la cobertura que hoy se le da a estos casos”.
Juan Martín Pérez
García, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), agrega que
“el gran punto de diferencia es el nivel visibilidad cercano; hay expresiones
muy grotescas que le dan visibilidad, y se comienza a ver con más frecuencia en
estos últimos tiempos, pero hay un robo más normalizado en todo el país del
cual, por desgracia, no se tiene registro”.
Los especialistas
coinciden en que las mujeres más vulnerables a estos delitos son las que se
encuentran en pobreza o de zonas rurales o “en zonas en donde hay un control
del crimen”.
“Sobre todo es gente
humilde o de escasos recursos. Ese un patrón que se ha venido viendo a lo largo
de estos años”, revela Guillermo Gutiérrez.
El caso más reciente
difundido en la prensa es el de Reyna Alicia Martínez Martínez, de 22 años,
quien desapareció en Oaxaca el pasado 2 de abril junto con su hija de 16 días
de nacida.
Dos días después,
encontraron su cadáver dentro de un tambo en la localidad de San Mateo
Macuilxóchitl; hasta hoy, la pequeña sigue sin ser localizada y las autoridades
no han dado a conocer las causas de la muerte de Reyna.
Y esto pasa en todo el
país
Nathaly Cartas de
León, de 20 años, tenía ocho meses de embarazo y estaba desesperada por obtener
un empleo o ayuda económica para juntar los 2 mil pesos con lo que cubriría los
gastos de su parto en Reynosa, Tamaulipas. La joven publicó en Facebook su
situación en aquel diciembre de 2014.
Rocío, una chica de 17
años, contactó a Nathaly, le prometió ayuda y la citó en el centro Comercial de
Soriana. De Ahí, con engaños, la llevó a una casa que rentaba en la colonia
Santa Fe de Reynosa, donde la golpeó y la apuñaló cinco veces en el cuello.
Después tomó un cuchillo, le realizó un corte horizontal en el viente bajo para
extraerle al bebé y posteriormente tiró el cuerpo de la madre en un llano.
El cadáver de Nathaly
fue localizado el 19 de diciembre, el mismo día del asesinato. Rocío fue
capturada horas después, pues llevó al bebé a un hospital, donde argumentó que
era de ella y había dado a luz, según recogió la prensa local en esos días.
Luvineydi Yasmín
Velázquez Thomas tenía 23 años y estaba embarazada. A la niña la bautizaría
como Jenny. Fue asesinada en un domicilio en Tijuana, Baja California, el 30 de
octubre de 2015.
“… Quería mucho ese
nombre porque le gustaba la música de Jenny Rivera”, reportó el
periódico Zeta cuando entrevistó la señora Sandra Tomas, mamá de la
víctima.
El 2 de noviembre de
2015 detuvieron a Nancy Carrasco Pérez como la responsable del asesinato. La
mujer de 34 años confesó que conoció a Luvineydi en el control prenatal. Ella
perdió a su bebé y se hizo amiga de la víctima para robar al niño.
Nancy disimuló un
embarazo hasta que consideró que ya era el momento de fingir su parto: llevó a
Yasmín a su casa con engaños, en un cuarto para bebé la atacó por atrás y la
ahorcó con la mascada que la joven llevaba en su cabello.
“La víctima perdió en
conocimiento, después le torció el cuello hasta quebrárselo y asesinarla.
Muerta la metió al baño, le abrió el vientre con un cuchillo y con los dedos
rompió la placenta y sacó al bebé. Después llamó a su familia para que la
llevaran al doctor porque según su versión había parido. Cuando sus parientes
llegaron a la casa les impidió subir al segundo piso. Todos se fueron al
hospital. En el nosocomio, la mujer no convenció al doctor de que era la madre
del bebé porque no presentaba evidencias físicas de haber tenido un
alumbramiento, le pidió la placenta y la familia fue a la casa a buscarla. De
acuerdo a las declaraciones que obran ante el ministerio público, ahí fue donde
la familia encontró el cadáver de Luvineydi Yasmín Velázquez y llamaron a la
policía”, publicó en su momento zeta.
Diana Jazmín Corona
Durán, de 17 años de edad fue asesinada y descuartizada el 2 de noviembre de
2017 en San Juan del Río, Querétaro, estado que en su estadísticas insiste en
reportar “cero” feminicidios.
El bebé de la
jovencita desapareció desde entonces. Fue hasta el 8 de noviembre cuando una
pareja llegó al Hospital con un pequeño que aseguraban era su hijo. Los
agresores de Diana, uno de ellos la tía de la adolescente, fueron detenidos, de
acuerdo a la información de medios de Querétaro.
En tanto que en el
2018, los casos más recientes son los de Jessica Gabriela, Alba Lizbeth y Jenny
Judith Ceba Velazco estaban embarazadas. A dos las contactaron por Facebook. A
las tres las apuñalaron en el vientre. Estaban embarazadas. Eran jóvenes que
vivían en Tamaulipas, Veracruz y Tabasco, respectivamente.
Guillermo Gutiérrez
afirma que pese al paso de los años los modos de operar para hurtar niños no
han cambiado. “no varía porque vemos que en un alto porcentaje, a las mamás
ofrecen ropa, o juguetes para los bebés. Ese es el gancho para llevarse a estas
señoras embarazadas”, detalla.
Comenta que las
mujeres son abordadas en hospitales, mayormente públicos, o en clínicas
maternales. Otro modus operandi es poner droga en alguna bebida o golosina que
ofrecen a las mamás para dormirlas.
“Hacen creer a la
gente que se desmayó o algo, llega un auto, la suben, dicen: ‘es mi hermana o
alguna familiar’. la suben al auto, y hasta la gente que está ahí ayuda, sin
saber que están en la comisión de un delito muy grave porque van sobre el
producto”, abunda Gutiérrez.
Gutiérrez Romero
expone que en el caso de robo de niños en hospitales, público y privados, los
criminales entran disfrazados de enfermeras o enfermeros o doctor, llegan con
la mujer, le dicen que van a revisar al bebé, lo van a bañar y lo sacan.
“Es una manera también
de robar, es algo que se ha presentado desde hace mucho años”, dice.
Clara Mejía Negrete de
21 años fue localizada muerta el 22 de marzo de 2013 dentro de una vivienda en
el poblado de San Pablo Oztotepec, Delegación Milpa Alta en la Ciudad de
México.
La joven había parido
15 días antes. El infante estaba desaparecido y las autoridades emitieron una
Alerta Amber. Cuatro meses después se dio a conocer que Rosa Irene de 38 años
era la asesina, quien fue detenida junto con su pareja en Tamaulipas y el bebé
fue recuperado.
La mujer fingió ser
amiga de Clara para después quitarle al niño pues ella estaba “desesperada
porque no podía tener hijos y temía que su pareja, 12 años más joven” la
abandonara, según reportaron los medios locales.
A Nadia Catalina
Arvizu Ávila, de 29 años, la mataron a golpes y con un cuchillo de cocina le
extrajeron a su bebé. El 25 agosto de 2014 fue localizado su cuerpo en la
colonia Paloma de Tepic, Nayarit.
María Guadalupe Muñoz
Rodríguez, de 29 años, originaria de Zapopan, Jalisco, fue detenida ese mismo
en los límites de Nayarit y Sinaloa. La mujer confesó, en un video, su crimen.
El 20 de abril de 2015
se dio a conocer que María Guadalupe fue sentencia a 50 años de prisión.
Juan Martín Pérez de
Redim destaca que el robo es una violación a los derechos humanos, porque lo
saca de la protección familiar o del Estado, “hablamos que su proyecto de vida
queda roto y a expensas de los delitos y la voluntad de quien quedó con esos
infantes”.
Gutiérrez Romero señal
que se estiman 8 mil casos de robo de infantes desde hace cinco años a la
fecha, de 2013 a la fecha.
La Fundación Nacional
de Niños Robados, señala que de 2 mil 850 son pequeños sustraídos son de 0 a 4
años; alrededor de 300 de 5 a 9 años, y 2 mil 125 de 10 a 14 años.
Isamar Chávez de la
Rosa de 23 años fue asesinada a golpes en la cabeza con un objeto pesado. Murió
en el hospital de Valle Hermoso el 11 de febrero de 2016, Reynosa. Era madre de
una niña de tres meses de edad, Sofía Itzayani Castillo Chávez, la quien
desapareció.
De acuerdo con
información documentada por medios locales, Isamar fue atacada por una pariente
lejana, Ema Lilia Quintero Jaramillo, de 42 años de edad, quien fue detenido y
confesó que ella y su hija prófuga, Xitlali Yelitza Leal Quintero, de 23 años,
mataron a la mujer y robaron al bebé.
A Jazmín Estefani la
mató y quemó una de sus amigas para robarle a su bebé, Estefani Valeria Alba
Gopar de 11 meses.
Ambos desaparecieron
el 17 de mayo del 2016 en Tijuana, y el cuerpo de Jazmín fue localizado sin
vida y quemado 20 días después, en tanto que de la niña no se supo nada hasta
meses después.
El 25 de febrero de
2017 detuvieron a Melissa, quien era amiga de Jazmín, pues la investigación
arrojó que mujer mató a su amiga para engañar a su ex pareja de que tenía un
hijo a fin de volver con él.
El 10 de junio de
2016, Daniela Guadalupe Castañeda Mercado, de 23 años, también fue asesinada
por una amiga para sustraer a su bebé, de 4 días de nacido en Chihuahua.
La joven duró dos días
desaparecida. Su cuerpo fue localizado el 12 de junio en la orilla de la prepa
El Carizo.
Las autoridades
localizaron y detuvieron a una mujer de nombre Alejandra y al bebé de Daniela
en la misma población. Alejandra B.A. fingió embarazo y dar a luz. Robó al bebé
porque estaba obsesionada con tener un hijo, informaron las autoridades en ese
momento.
Juan Martín Pérez
sostiene que el robo de niños coloca a los pequeños en un abanico muy amplio
como víctimas de delitos que incluyen desde adopciones irregulares, trata de
personas con fines de explotación laboral y sexual.
El representante de la
Red por los Derechos de la Infancia en México explicó que de cada 10 niños de 0
a cuatro años de edad robados, seis son varones. En este rango de edad, la
mayoría son con fines de adopciones ilegales, comenta el experto.
En el caso de los
menores de 15 a 17 años que son sustraídos, ocho de cada 10 son mujeres. En
esos casos, se estima que los delitos para los que las hurtan es para la trata
con fines sexuales.
En el caso de los
varones de 12 a 17 años, “la gran mayoría son víctimas de exploración laboral
de grupos criminales, cosecha o recordación de droga”.
El especialista indica
que el robo de niños para el tráfico de órganos es muy difícil porque para
estos fines se requiere de equipo alto costoso, de especialistas, porque no
cualquier cirujano puede extraer un órganos y tener un lugar de resguardo
sofisticado.
Gutiérrez Romero
indicó que los bebés también pueden ser entregados a grupos criminales y éstos
los venden.
“El costo puede
variar. Hay criminales que ofrecen estos niños a algún otro grupo delincuencial
que ya tiene contactos con los que realiza la compra-venta; hay otros más
sofisticados en donde pueden sacar a los bebés del país. Pero también hay
mexicanos y mexicanas que pueden hacer una adopción ilegal. Las cantidades
fluctúan, puede ser desde 30 mil pesos hasta los miles de dólares”, explica.
“Esto nos habla de una
sofisticación de crimen que por ahora no hay evidencia de que ocurra en
México”, agrega.
Guillermo Gutiérrez y
Juan Martín Pérez coincidieron que en cuanto a la extracción de bebés o niños
de días de nacidos se presenta principalmente para casos prácticas “mágico
religioso”, es decir ritos satánicos. www.sinembargo.mx.
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