*Los enfermos de cáncer les inyectan fármacos falsos
Por Arturo González Celestino
Chilpancingo, Gro.- Los enfermos de Cáncer son un
número más en el estado de Guerrero, un estado en el que la vida de las
personas no importa, una entidad en donde es designado titular de salud, Carlos
de la Peña Pintos, un personaje que en años pasados esterilizó a mujeres
indígenas sin su consentimiento y que fue premiado por el gobierno nuevamente,
caracterizando a la dependencia de la Secretaría de Salud como un ente sin
sentido y que además nombra como responsables de diversas dependencias como lo
es el Instituto de Cancerología localizado en Acapulco, a personas sin la
adecuada preparación académica y que además suministra medicamentos caducos o
sin la debida aprobación de los Registros Sanitarios.
Hace unos meses el gobernador del estado destituyó
al director del hospital Jorge Eblem Azar Silvera del Instituto Estatal de
Cancerología, Dr. Arturo Beltrán (Iecan), porque carecía de especialidad en
odontología, pero que había llegado a ese puesto por la amistad política con el
titular de Salud Carlos de la Peña Pintos. Su nombramiento violó claramente el
decreto 172 de creación del hospital como organismo público descentralizado
emitido en 1998.
Pero además en el decreto se establece que el
titular de esa dependencia sería designado por
el gobernador en turno, considerando el requisito de ser una persona de
“reconocidos méritos y experiencia en las disciplinas médicas así como poseer
grado académico o estudios de postgrado en la especialidad de Oncología”, sin
embargo, el nombramiento de esa persona se realizó bajo criterios políticos
causando la muerte de varios niños que recibieron medicamentos fuera de Norma,
sin que se haya castigado a persona alguna. La impunidad también prevaleció.
Médicos y trabajadores del Instituto Estatal de
Cancerología afirman que un grupo de médicos y enfermeras trabajan en ese lugar
de alta especialidad, sin tener especialidad en oncología, algunos son de
pediatría u otras especialidades, provocando con ello negligencia y malos
tratamientos, sin que al titular de Salud le importe la vida de los pacientes.
La vida es lo que menos importa
Lo que les importa es que se brinde la mínima
atención, que los pacientes sientan que son atendidos, que tengan palabras de
aliento, pero no que se luche por salvarles la vida, al fin y al cabo sus días
están contados, y sólo en algunos casos de cáncer como lo es el cáncer de mama,
se les brinda una mejor atención porque a esos enfermos se les considera como
personas que pueden pasar a engrosar a las estadísticas de ser salvados por esa enfermedad, permitiendo
que ese Instituto sea considerado como una instancia que lucha en contra de la
enfermedad. Sólo así se justifican los millones de pesos que tiene destinados
como presupuesto.
En hospitales de oncología no pueden trabajar
médicos que no tengan una especialidad en la materia, sin embargo, algunos
doctores y enfermeras no tienen esta preparación y realizan diagnósticos y
aplican tratamientos oncológicos en pacientes con cáncer”, señalaron en
declaraciones algunos médicos asignados a ese instituto que denunciaron también
las diversas anomalías en que incurren los funcionarios de la institución.
El cesado director del Instituto es ahijado del
gobernador del estado, por ello asumió el cargo a pesar de no tener una
especialidad en Oncología y por además causar la muerte de varios niños al
suministrarles de forma irregular medicamentos genéricos en lugar de los de
patente
El 28 de enero, Apro dio a conocer que funcionarios
del Iecan, entre ellos Jorge Eblem Azar y el director administrativo, Nelson
Rodríguez Cisneros, decidieron adquirir medicamento no apto para suministrar
quimioterapias a pacientes, entre ellos niños con leucemia y mujeres con cáncer
de mama, quienes presentaron cuadros de “intoxicación con riesgo de muerte”,
denunciaron médicos oncólogos del hospital ubicado en el puerto de Acapulco.
Fármacos falsos
Médicos especialistas del Iecan advirtieron que los
fármacos genéricos habían provocado cuadros de “intoxicación con riesgo de
muerte” en niños y mujeres que padecen cáncer y calificaron como “una
irresponsabilidad administrativa” el hecho de sustituir laboratorios
reconocidos por otras empresas de nueva creación.
A pesar de que el titular de la Secretaría de Salud,
Carlos de la Peña Pintos, ha señalado que “el sistema de salud [de Guerrero]
actúa con mucho profesionalismo, es el primero en la nación y viene trabajando
desde hace muchos años”, pero “hay casos difíciles y no salen adelante por la
agresividad del cáncer, por eso se insiste en atenderse oportunamente y
revisarse oportunamente”, lo cierto es que existe negligencia y compromisos
políticos que causan la muerte de los guerrerenses por recibir tratamientos
oncológicos con medicamentos que no cumplen con los estándares de calidad en la
aplicación de quimioterapias.
Las evidencias demuestran que hubo negligencia, que
existieron acciones deliberadas para negar atención adecuada a los enfermos de
cáncer, que ello ameritaba sanciones
administrativas y penales en contra de los responsables de la atención
médica y funcionarios de la salud, sin embargo el ahijado de Astudillo Jorge
Eblem Azar Silvera quien fungía como director del Instituto Estatal de
Cancerología, Dr. Arturo Beltrán (Iecan), sólo fue destituido del cargo y el
Secretario de Salud Carlos de la Peña ´Pintos, principal responsable de las
muertes de los menores de edad, sigue en el cargo gozando de un sueldo
millonario, de viáticos, bonos y demás transas
en esa dependencia.
Está claro que los gobiernos de los estados simulan
que se les brinda atención adecuada a los pacientes que acuden a sus
hospitales, pero la realidad es otra, como se puede observar en las acciones
detectadas en el gobierno del veracruzano Javier Duarte, hoy en la cárcel,
quien suministro a los pacientes agua destilada, provocando con ello la muerte
de cientos de enfermos, sin que la autoridad encabezada por el Presidente de la
República, Enrique Pela Nieto haya procedido a castigar ese ilícito, por el
contrario han dejado que el tiempo haga que se olvide del tema.
Y sí vivimos en un país y un estado donde la
impunidad, la insensibilidad, y el descaro permean en todos los niveles de
gobierno, donde se hace todo lo posible para robarse el dinero del presupuesto
sin importar la vida de las personas, donde la vida de un paciente no vale
nada, a menos que tenga el dinero suficiente para poder pagar una atención
debida y con médicos especializados.
Los dramas que viven
los padres de familia que tienen pacientes con cáncer y que no tienen el
dinero suficiente para brindarles atención médica de calidad, contrasta con el
despilfarro y opulencia del gobernador Astudillo, sus funcionarios y la clase
política de esta entidad colapsada por la miseria, corrupción y narcoviolencia.
Intervención fallida de los diputados
Ante esa situación, el Congreso del estado, en voz
del panista Iván Pachuca Domínguez,
denunció que era necesario conocer el mecanismo de la adquisición de
tales medicamentos, para saber si su compra se realiza por medio de
licitaciones o simplemente son adjudicaciones directas.
“Hay que decirlo con claridad, no se puede bajo ninguna circunstancia poner
en riesgo la vida de los guerrerenses”, por lo que destacó la importancia de
que se investigue a fondo lo que está ocurriendo en el Instituto Estatal de
Cancerología.
La idea dijo
el legislador es determinar si existe omisión o negligencia de las autoridades
hospitalarias responsables, así como el
motivo por el cual su director Jorge
Eblem Azar, no tengan acreditada su especialidad en oncología, dijo el diputado
local.
Sin embargo, las denuncias de los diputados fueron
como los llamados a misa, porque nadie hizo eco de la situación de asesinato de menores de edad por parte de
funcionarios de la Secretaría de Salud. La impunidad prevalece.
Así se las gastan los funcionarios de gobierno en el
estado de Guerrero, una entidad donde prevalece la impunidad, la simulación, la
connivencia con los grupos criminales, la apatía, el desinterés, la ambición
por el dinero y las mujeres.
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