miércoles, 13 de junio de 2018

Crimen sin castigo


*Los enfermos de cáncer les inyectan fármacos falsos
Por Arturo González Celestino
Chilpancingo, Gro.- Los enfermos de Cáncer son un número más en el estado de Guerrero, un estado en el que la vida de las personas no importa, una entidad en donde es designado titular de salud, Carlos de la Peña Pintos, un personaje que en años pasados esterilizó a mujeres indígenas sin su consentimiento y que fue premiado por el gobierno nuevamente, caracterizando a la dependencia de la Secretaría de Salud como un ente sin sentido y que además nombra como responsables de diversas dependencias como lo es el Instituto de Cancerología localizado en Acapulco, a personas sin la adecuada preparación académica y que además suministra medicamentos caducos o sin la debida aprobación de los Registros Sanitarios.
Hace unos meses el gobernador del estado destituyó al director del hospital Jorge Eblem Azar Silvera del Instituto Estatal de Cancerología, Dr. Arturo Beltrán (Iecan), porque carecía de especialidad en odontología, pero que había llegado a ese puesto por la amistad política con el titular de Salud Carlos de la Peña Pintos. Su nombramiento violó claramente el decreto 172 de creación del hospital como organismo público descentralizado emitido en 1998.
Pero además en el decreto se establece que el titular de esa dependencia sería designado por  el gobernador en turno, considerando el requisito de ser una persona de “reconocidos méritos y experiencia en las disciplinas médicas así como poseer grado académico o estudios de postgrado en la especialidad de Oncología”, sin embargo, el nombramiento de esa persona se realizó bajo criterios políticos causando la muerte de varios niños que recibieron medicamentos fuera de Norma, sin que se haya castigado a persona alguna. La impunidad también prevaleció.
Médicos y trabajadores del Instituto Estatal de Cancerología afirman que un grupo de médicos y enfermeras trabajan en ese lugar de alta especialidad, sin tener especialidad en oncología, algunos son de pediatría u otras especialidades, provocando con ello negligencia y malos tratamientos, sin que al titular de Salud le importe la vida de los pacientes.
La vida es lo que menos importa
Lo que les importa es que se brinde la mínima atención, que los pacientes sientan que son atendidos, que tengan palabras de aliento, pero no que se luche por salvarles la vida, al fin y al cabo sus días están contados, y sólo en algunos casos de cáncer como lo es el cáncer de mama, se les brinda una mejor atención porque a esos enfermos se les considera como personas que pueden pasar a engrosar a las estadísticas de  ser salvados por esa enfermedad, permitiendo que ese Instituto sea considerado como una instancia que lucha en contra de la enfermedad. Sólo así se justifican los millones de pesos que tiene destinados como presupuesto.
En hospitales de oncología no pueden trabajar médicos que no tengan una especialidad en la materia, sin embargo, algunos doctores y enfermeras no tienen esta preparación y realizan diagnósticos y aplican tratamientos oncológicos en pacientes con cáncer”, señalaron en declaraciones algunos médicos asignados a ese instituto que denunciaron también las diversas anomalías en que incurren los funcionarios de la institución.
El cesado director del Instituto es ahijado del gobernador del estado, por ello asumió el cargo a pesar de no tener una especialidad en Oncología y por además causar la muerte de varios niños al suministrarles de forma irregular medicamentos genéricos en lugar de los de patente
El 28 de enero, Apro dio a conocer que funcionarios del Iecan, entre ellos Jorge Eblem Azar y el director administrativo, Nelson Rodríguez Cisneros, decidieron adquirir medicamento no apto para suministrar quimioterapias a pacientes, entre ellos niños con leucemia y mujeres con cáncer de mama, quienes presentaron cuadros de “intoxicación con riesgo de muerte”, denunciaron médicos oncólogos del hospital ubicado en el puerto de Acapulco.
Fármacos falsos
Médicos especialistas del Iecan advirtieron que los fármacos genéricos habían provocado cuadros de “intoxicación con riesgo de muerte” en niños y mujeres que padecen cáncer y calificaron como “una irresponsabilidad administrativa” el hecho de sustituir laboratorios reconocidos por otras empresas de nueva creación.
A pesar de que el titular de la Secretaría de Salud, Carlos de la Peña Pintos, ha señalado que “el sistema de salud [de Guerrero] actúa con mucho profesionalismo, es el primero en la nación y viene trabajando desde hace muchos años”, pero “hay casos difíciles y no salen adelante por la agresividad del cáncer, por eso se insiste en atenderse oportunamente y revisarse oportunamente”, lo cierto es que existe negligencia y compromisos políticos que causan la muerte de los guerrerenses por recibir tratamientos oncológicos con medicamentos que no cumplen con los estándares de calidad en la aplicación de quimioterapias.
Las evidencias demuestran que hubo negligencia, que existieron acciones deliberadas para negar atención adecuada a los enfermos de cáncer, que ello ameritaba sanciones  administrativas y penales en contra de los responsables de la atención médica y funcionarios de la salud, sin embargo el ahijado de Astudillo Jorge Eblem Azar Silvera quien fungía como director del Instituto Estatal de Cancerología, Dr. Arturo Beltrán (Iecan), sólo fue destituido del cargo y el Secretario de Salud Carlos de la Peña ´Pintos, principal responsable de las muertes de los menores de edad, sigue en el cargo gozando de un sueldo millonario, de viáticos, bonos y demás transas  en esa dependencia.
Está claro que los gobiernos de los estados simulan que se les brinda atención adecuada a los pacientes que acuden a sus hospitales, pero la realidad es otra, como se puede observar en las acciones detectadas en el gobierno del veracruzano Javier Duarte, hoy en la cárcel, quien suministro a los pacientes agua destilada, provocando con ello la muerte de cientos de enfermos, sin que la autoridad encabezada por el Presidente de la República, Enrique Pela Nieto haya procedido a castigar ese ilícito, por el contrario han dejado que el tiempo haga que se olvide del tema.
Y sí vivimos en un país y un estado donde la impunidad, la insensibilidad, y el descaro permean en todos los niveles de gobierno, donde se hace todo lo posible para robarse el dinero del presupuesto sin importar la vida de las personas, donde la vida de un paciente no vale nada, a menos que tenga el dinero suficiente para poder pagar una atención debida y con médicos especializados.
Los dramas que viven  los padres de familia que tienen pacientes con cáncer y que no tienen el dinero suficiente para brindarles atención médica de calidad, contrasta con el despilfarro y opulencia del gobernador Astudillo, sus funcionarios y la clase política de esta entidad colapsada por la miseria, corrupción y narcoviolencia.
Intervención fallida de los diputados
Ante esa situación, el Congreso del estado, en voz del panista Iván Pachuca Domínguez,  denunció que era necesario conocer el mecanismo de la adquisición de tales medicamentos, para saber si su compra se realiza por medio de licitaciones o simplemente son adjudicaciones directas.
“Hay que decirlo con claridad,  no se puede bajo ninguna circunstancia poner en riesgo la vida de los guerrerenses”, por lo que destacó la importancia de que se investigue a fondo lo que está ocurriendo en el Instituto Estatal de Cancerología.
 La idea dijo el legislador es determinar si existe omisión o negligencia de las autoridades hospitalarias responsables, así como  el motivo por el cual su director  Jorge Eblem Azar, no tengan acreditada su especialidad en oncología, dijo el diputado local.
Sin embargo, las denuncias de los diputados fueron como los llamados a misa, porque nadie hizo eco de la situación  de asesinato de menores de edad por parte de funcionarios de la Secretaría de Salud. La impunidad prevalece.
Así se las gastan los funcionarios de gobierno en el estado de Guerrero, una entidad donde prevalece la impunidad, la simulación, la connivencia con los grupos criminales, la apatía, el desinterés, la ambición por el dinero y las mujeres.


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