miércoles, 26 de abril de 2017

Maldita pobreza

*Los gobiernos han operado un estado de bienestar precario
Por Arturo González Celestino
Chilpancingo, Gro.- El reciente gasolinazo, sumado a las demás alzas a ese combustible a partir de la llegada de Enrique Peña Nieto y durante el mandato del Partido Acción Nacional (PAN), por medio de Felipe Calderón Hinojosa, y las recientes alzas a la electricidad, han dado el aumento de millones de pobres en este país.
Los criminales aumentos al impuesto predial, al agua llena de estiércol que rara vez llega a los hogares del gobierno del actual presidente de Chilpancingo, el pago a los recolectores de basura gracias a la privatización de ese servicio por parte de los gobiernos de Mario Moreno Arcos, Astudillo Flores y del actual presidente municipal déspota, soberbio y prepotente, ha aumentado el nivel de pobreza de la ciudadanía de Chilpancingo.
Hoy en día hasta por caminar por la ciudad capital se está cobrando, por estacionar un carro se cobra, por proteger la vida y el comercio se cobra
La pobreza se ha acentuado aún más en las zonas marginadas, excluidas por las políticas oficiales del gobierno, acrecentando las posibilidades de los cultivos ilícitos, de los secuestros de las extorsiones y de todo tipo de ilícitos para salir de esta encomiable situación.
Tan sólo en el estado de Guerrero, miles de ciudadanos, han perdido el poder adquisitivo, el aumento de los impuestos y de los artículos de primera necesidad no va de la mano del aumento al salario del trabajador cotidiano, a excepción de los sindicalizados del Congreso del estado y la Unión  que ganan como funcionarios del Instituto Nacional Electoral.
El burlesco aumento al salario mínimo, la reducción del presupuesto a la entidad por parte del gobierno federal, el saqueo de funcionarios del dinero público, la corrupción imperante y solapada por el actual Secretario de Finanzas, Héctor Apreza Patrón, el desvío del dinero con miras a la elección del 2018, la falta de una estrategia social que impulse el desarrollo en las grandes ciudades y el campo, llevan a los guerrerenses  hacia una crisis insalvable.
Sabedores de que las limosnas entregadas a los guerrerenses por medio del programa Prospera, Procampo, y otras minucias, que están llevando al guerrerense a convertirse en una ramera del gobierno, que impide que busquen una alternativa para salir del hoyo, que limita que busquen desarrollar su inteligencia y creatividad, permite al gobierno del estado hacer uso del dinero público a su antojo.
Y es que muchas personas, prefieren seguir votando por el PRI por temor a que los programas sociales desaparezcan, porque se los quiten. Viven en una prisión insalvable, en un mundo de ignominia, de pánico y de falta de interés por salir adelante por la amenaza de que les quiten las dadivas.
El gobierno los mantiene pobres, porque los amenaza y supervisa periódicamente, y si notan un avance sustancias de su poder adquisitivo los excluye de los programas, por ello prefieren mantenerse en la pobreza, en la pereza y la desvergüenza.
Las amantes y la ambición por el dinero, es una constante de los funcionarios del gobierno del estado, que están más preocupados por satisfacer las necesidades de familiares de esposas, ex esposas y queridas, de hijos fuera del matrimonio, de chicas del prostíbulo, manteniendo lejos de su prioridad los apoyos a proyectos productivos a estrategias políticas para sacar del atraso y la marginación a una sociedad apabullada e ignorada.

Por lo que alertaron que para el próximo año la situación económica para el campo guerrerense se va a complicar debido al recorte presupuestal, que afectará, principalmente, al pequeño productor.
“Como siempre el campo en Guerrero está abandonado. Este año hubo recorte de recursos federales y dejaron de llegar varios apoyos. Para el 2017 se recortará en un 40 por ciento los apoyos al pequeño productor que son los campesinos con menos recursos que llegaban a recibir algún tipo de insumo al campo”, lamentó.
Mexicanos más pobres, cuyo ingreso es de 70 pesos diarios. Estas familias están localizadas en las 32 entidades federativas, siendo las guerrerenses las que aportan el 25.3 por ciento con 244 mil hogares de las integrantes de este dócil, teniendo 3 por ciento de la población nacional. En otras palabras, una de cada cuatro familias guerrerenses se ubica en el porcentaje de quienes tienen este disminuido ingreso. En cambio una de cada 50, se coloca en esta situación en la ahora llamada Ciudad de México.
En países como la China comunista el gobierno de ese país,  destinan más del 3 por ciento a su campo y se refleja el apoyo, otros países apoyan subsidiando los productos pagando al campesino precios elevados, mientras que en México los campesinos están, estamos abandonados, sin apoyos para sus productos, sin apoyo gubernamental para la venta de sus productos. Miles kilos de productos del campo se pudren a consecuencia de la falta de una política gubernamental que ayude a los mexicanos a salir de la pobreza, porque al gobierno le conviene tener a los ciudadanos en la pobreza y la ignorancia porque así es más fácil y sencillo manipularlos en cada proceso electoral.
De acuerdo con el INEGI, en su estudio sobre las  Condiciones Socioeconómicas 2015 en México, nos aporta información relevante sobre el ingreso de 3.3 millones de hogares, el primer dócil de los mexicanos más pobres, cuyo ingreso es de 70 pesos diarios. Estas familias están localizadas en las 32 entidades federativas, siendo las guerrerenses las que aportan el 25.3 por ciento con 244 mil hogares de las integrantes de este dócil, teniendo 3 por ciento de la población nacional. En otras palabras, una de cada cuatro familias guerrerenses se ubica en el porcentaje de quienes tienen este disminuido ingreso. En cambio una de cada 50, se coloca en esta situación en la ahora llamada Ciudad de México.
En el estado de Guerrero existe una política de exclusión principalmente en el rubro de salud,  y es que para crear un nuevo centro de salud se requiere una población mínima de 2 mil quinientos habitantes, por lo que se castiga a localidades pequeñas y donde la pobreza es creciente. Estos tienen que gastar los pocos recursos para poder acceder a un centro de salud que está a cientos de kilómetros.
Aunado a que las mujeres pueden ser castradas sin su autorización como lo hizo el actual Secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, hace años en la anterior administración priista de René Juárez Cisneros, cuando en el municipio de Ayutla esterilizó a mujeres indígenas, con el objetivo principal de seguir la política de exterminio dictada por el Fondo Monetario Internacional.
Quiero recordar que la pobreza y la desigualdad en México debe reconocerse con la finalidad de adoptar políticas públicas para combatirlas, así lo señaló el maestro Agustín Porras Macías, profesor-investigador del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Los estados del país que tienen menor desempeño económico son los que registran el más alto índice de marginación, al relacionar la variable ingreso generado por las entidades federativas y compararla con el grado de marginalidad, se encuentra que la correlación entre estas dos variables es de 0.70 en 1950 y que esta cifra se mantiene sin cambios para el año 2005.
Desde el Porfiriato se priorizó la industrialización de la zona norte de México, a partir de la inversión en minería y la construcción del ferrocarril, mientras que el sur ha quedado rezagado, y a la fecha ese abandono influye para que la población de esta segunda región viva en condiciones de pobreza.
La población indígena concentra la mayor pobreza en Guerrero, que se explica por este desarrollo regional desigual, que se ha quedado petrificado en el tiempo, sin que se haya podido modificar esta asimetría en el país.
Porras Macías expuso que un panorama que potencia la pobreza ha sido la aplicación de una política de contención de los salarios –a grado tal que desde fines del sexenio de José López Portillo la reducción del poder de compra de los salarios ha sido dramática, en este periodo perdió más de 75 por ciento de su valor real– combinada con el trabajo informal que se concentra en la población más pobre.
Es necesario  un debate político de alcance nacional, con la finalidad de arribar a un consenso entre los actores económicos y políticos para delinear el rumbo del país y que entre sus prioridades se establezca el combate de la desigualdad regional, así como la pobreza.
Guerrero ha operado un “Estado de bienestar precario”, en parte porque las instituciones gubernamentales, por ejemplo la Cruzada Nacional contra el hambre, fue un fracaso total, debido a que en varios estados de la Republica, se robaron miles de millones de pesos.
Las políticas distributivas que se aplican en el país sólo mejoran en 12 por ciento la distribución del ingreso, esto significa que únicamente seis por ciento del ingreso nacional se reparte. Mientras que en naciones desarrolladas, principalmente de la Comunidad Económica Europea, las políticas sociales de los gobiernos mejoran la distribución del ingreso en 60 por ciento
Cabe señalar que la pobreza tiene un significado determinado para la sociedad en el momento en que se vive, pues no es lo mismo ser pobre en una sociedad rica, que serlo en un país atrasado. También es distinto ser un pobre productivo y autosuficiente, por ejemplo un campesino con tierra en el medio rural, que otro individuo que subsiste enteramente de la asistencia pública y de los seguros de desempleo, como es el caso de una parte de la fuerza laboral en los países industrializados.
La pobreza económica no está sola, sino que frecuentemente va de la mano de la pobreza política, el autoritarismo y el nulo respeto a los derechos humanos. Bajo esta situación, los grupos marginados no participan en los procesos de toma de decisiones que afectan directamente sus intereses. Es más, tienen nula capacidad de negociación. Los que viven en extrema pobreza no pertenecen en absoluto a sindicatos, ni partidos políticos; no lazan programas legislativos, estos grupos carecen de rostro y voz.
Es importante tener presente y sobretodo claro que los factores influyentes en el problema de la pobreza son innumerables, de ellos los que he considerado más importantes son los siguientes: a).- La mala distribución de los ingresos; b).- Los niveles de educación (desiguales); c).- El papel de la democracia (poco eficaz); d).- El papel del gobierno (ha intentado sin éxito dar solución al problema); e).- Falta de solidaridad por parte de los sectores más ricos que concentran el poder político-económico; g).- Sistema económico capitalista h).- Crecimiento constante de la economía sin que esto implique un desarrollo económico. i).- Aumento del ingreso per cápita en los últimos años j).- Empobrecimiento de la clase media.
Sin embargo, la pobreza tiene su origen en la formación de sociedades cuya organización está en manos de un grupo limitado de personas, que se ocupa, fundamentalmente, de la resolución de sus propios problemas y no de la de aquellos que tienen relación con la sociedad como conjunto. En esta situación no existe una verdadera repartición de los bienes ni una verdadera participación del pueblo en el gobierno.
Las legislaciones tanto locales como federales, favorecen solo a un grupo social determinado que es el que concentra el poder económico, creando una situación de inevitable desigualdad. El problema está en la ineficacia del sistema político porque los poderes político y económico están en manos de una minoría. Y, como sabemos, los involucrados más directos son aquellos que sufren de difíciles condiciones económicas y son marginados de las oportunidades. Por otro lado, los que concentran los poderes económico y político están involucrados como responsables directos de la marginación y de la división de la sociedad. El resto de la sociedad también está involucrada por estar inserta en el sistema y flujo económico.

A pesar de no sentirnos responsables por el problema de la pobreza, todos los que formamos parte de la sociedad somos responsables indirectos de esta situación. Resolver el asunto de la pobreza no es algo fácil, debido a que es un problema estructural que va más allá del sólo darle dinero a la gente pobre. Es necesario implementar programas que ataquen el problema de raíz. Se trata de estimular el capital humano y las inversiones en mejorar aspectos como la salud, la educación, la alimentación y la capacitación para el trabajo, entre otros.

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