miércoles, 26 de abril de 2017

Deficiente Evodio ante inseguridad

Editorial
El presidente de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, durante su administración perredista, convirtió al puerto de Acapulco, en un pueblo sin ley. La violencia se halla en su máxima expresión. Es lamentable que hace nada por mejorara la seguridad de los habitantes que gobierna.
La corrupción se halla estacionada, sigue el saqueo en el ayuntamiento, los crímenes macabros aumentaron en este nuevo Acapulco, que ha sido la tercera ciudad más violenta del planeta, sólo detrás de Caracas, Venezuela, y de San Pedro Sula, Honduras.
Acapulco fue un puerto renombrado por su atractivo turístico, ahora destaca por los desmembrados, decapitados, incinerados vivos, ejecuciones dolosas a niños, mujeres y la mayoría de jóvenes sin futuro en esta violenta ciudad.
Acapulco sigue en descrédito, por tener una policía municipal al servicio del crimen organizado, (dicho por el Fiscal de Guerrero).
Evodio defiende a funcionarios y regidores que son ejecutados, “todos son inocentes”, pero el pueblo que lo llevó al poder con la mendicidad que mostró al pedir el voto, no le merece un pedir justicia por los inocentes caídos de forma dolosa.

La gente aprendió a vivir a pesar del miedo, se encomienda a DIOS, por el temor de no regresar con vida a sus hogares, toma precauciones extremas, no salen de su hogar, no caminan por las peligrosas calles del paradisiaco Acapulco.

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