Editorial
Transporte,
de espías
a
víctimas del narco
Taxistas
que sirven como halcones o vigías para el crimen organizado, conocedores de
rutas de ingreso y salida, de corredores utilizados para el transporte de
drogas, de las áreas importantes y puntos de conflicto, los taxistas se han
convertido en los últimos en los “halcones” del crimen organizado. Sin embargo,
esta condición también ha provocado que sean blancos de las organizaciones
criminales.
De
acuerdo con autoridades federales, estatales y municipales los cárteles de las
drogas contratan a taxistas para trabajar como vigías, mejor conocidos como
halcones. Su función es advertir a los grupos criminales sobre movimientos del
ejército y operativos policiales.
También
son utilizados como vendedores de droga al menudeo.
Los
Halcones usan celulares y radioteléfonos para avisar de movimientos inusitados
de la policía, soldados o marinos
Estos
empleados del narco son los primeros en la escena de un secuestro o un ataque
armado y son responsables de asegurarse que áreas estén libres, de manera que
no haya testigos durante la realización de actividades de la delincuencia
organizada.
Los
halcones reciben pagos que oscilan entre los 2 mil 500 y los 5 mil pesos al
mes.
Sin
embargo, en los últimos meses se ha registrado un aumento en los asesinatos de
taxistas, algunos por miembros de grupos rivales o por deslealtades o
traiciones.
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