*El voto
inútil y las malas compañías de los candidatos
Acapulco,
Gro.- Luis Walton Aburto, candidato
del Partido Movimiento Ciudadano sabe que no tiene ninguna oportunidad real de
colocarse en los primeros lugares de la contienda electoral por la gubernatura
de Guerrero. Todo su activismo electoral está enfocado en hacer que la
candidata del PRD pierda, y el priísmo, con todo lo que significa, regrese al
gobierno del estado. A Walton no le importa que Guerrero se hunda, el quiere
venganza. Un voto por Walton es un voto para que regresen los peores tiempos de
Guerrero.
En todas las encuestas que se han dado a conocer el
cuestionado ex alcalde de Acapulco sigue en tercer lugar con 15 puntos, ya no
crece ni crecerá más porque su repertorio está agotado y su campaña también. No
tuvo, ni tendrá, el respaldo de las grandes organizaciones sociales, como
transportistas, obreros, maestros, y demás, su figura y su campaña están
relegadas. Ante la ausencia de buenas propuestas y buena estrategia, enfoca sus
ataques contra el gobierno de Rogelio Ortega, del mismo modo en que lo hacen
los demás candidatos perdedores como el panista Jorge Camacho y Pablo Amílcar
Sandoval de Morena, por citar a los más recalcitrantes, que andan entre 3 y 1
por ciento de la intención del voto. Se equivocan de estrategia, y de objetivo,
pegarle al gobernador y denostar los esfuerzos por pacificar el estado, sólo
los coloca como obsesivos, sin imaginación ni propuestas para el electorado.
Walton, a pesar de movilizar a parte de los
funcionarios del ayuntamiento de Acapulco para que hagan activismo a su favor,
entre ellos a directores y secretarios, el gasolinero, sigue cargando sobre sí
el estigma de haber sido uno de los peores alcaldes de Acapulco, su mal
desempeño en ese gobierno le resta cualquier credibilidad a su propuesta de
“volver a creer en Guerrero”, la gente dice: “en Guerrero sí creo pero no en
Walton”.
Don Luis, respaldado en su proselitismo por un diario
local, del que también es socio, buscó en los inicios de esta campaña ser
nominado como candidato del PRD, PT y su propia franquicia, Movimiento
Ciudadano, no lo logró y sólo se quedó como candidato del MC. Su postulación
fue rechazada porque no tenía ni el respeto ni el reconocimiento de los
ciudadanos por causa del desastre y caos en que dejó Acapulco, y por su falta
de arrojo para procurar llevar a juicio al ex alcalde priísta Manuel Añorve, su
antecesor, que dejó en quiebra esa comuna porteña y quiere repetir la misma
dosis en caso de ganar la gubernatura Héctor Astudillo.
Un voto por Walton, es un voto más para el PRI. No
sirve al cambio. El candidato anaranjado busca hacer el mayor daño posible al
voto del PRD. Nadie sabe qué habrá negociado Luis Walton con Héctor Astudillo,
pero sus votos sólo servirán para que no gane Beatriz Mojica. La gente dice:
“Walton es un candidato mal agradecido con el PRD que lo hizo alcalde de
Acapulco”. Ël dice que no, que los perredistas son los malagradecidos, quién
sabe, lo cierto es que sólo hace campaña de rencor.
La nueva derrota anunciada
Héctor Astudillo Flores, candidato por segunda vez del
PRI a la gubernatura de Guerrero parece que ya anuncia su segunda derrota, o al
menos así lo perfiló este día durante un desayuno con priístas autodenominados
de la “sociedad civil” en el lujoso restaurante El Faro.
Allí reconoció que fue el culpable de la caída del
priísmo en Guerrero, un mérito que puede volver a repetirse, pues a pesar de
que le han dado vuelo a varias encuestas que lo colocan apenas por encima de su
adversaria, la perredistas Beatriz Mojica, lo cierto es que sus actos de
campaña son quirúrgicamente plásticos. Concentraciones escasas, multiplicadas
por la magia de photoshop. La virtualidad tratando de desplazar a la realidad.
Allí, entre conocidos comensales de corazón tricolor
dijo su mea culpa: “Yo perdí y sí, lo reconozco, estuve triste, y muchos pueden
decir que fui el culpable de la caída del priísmo en Guerrero, pero nadie puede
acusarme de que me quedé tirado sin hacer nada y como pude, poco a poco me
reincorporé a mis actividades políticas y sin pelearme con nadie, hoy tengo la
oportunidad de servirle a mi pueblo y les garantizo que este 7 de junio
comenzaremos una nueva historia a favor de los más pobres”. Otra vez las
contradicciones, allí en el restaurante El Faro no había ningún pobre, todos al
menos se están sobando las manos en espera de que el priísmo vuelva hacer de
las suyas.
El cinismo existe en la desmemoria. Movido quien sabe
por qué enano malvado que le dicta cosas al oído, don Héctor se lanzó para
adelante sin ver a los que tiene a su lado. Junto a él va el mega
desprestigiado y corrupto alcalde de Acapulco Manuel Añorve, los acapulqueños
lo recuerdan porque los dejó a merced de la delincuencia y el caos, además de
heredarles una deuda de casi mil millones de pesos, dinero que fue a parar a
varias de sus cuentas bancarias, dicen.
Pero para el buen Astudillo eso no importa, el dijo:
“quiero que revisen la trayectoria y la calidad moral de los contendientes, ya
que en la vida hay que ser congruentes con lo que se dice y se hace. Por ello,
espero me den la oportunidad de gobernarlos este 7 de junio y juntos
sociedad-gobierno, trabajemos por la transformación del estado”.
La recomendación de Astudillo no es necesaria, sale
sobrando, eso ya lo ha hecho, y lo hace la gente cada vez que ve a su lado a un
René Juárez, un gobernador que pactó con el crimen organizado, y con el que la violencia
comenzó a mostrar sus putos colmillos. A finales de su gobierno ex contralor
del Gobierno del estado, José Manuel Armenta Villegas, que también se desempeñó
como secretario privado de René Juárez, fue acribillado el 31 de julio del 2000
cuando circulaba por la carretera Puebla-Cuautla, cerca de la ciudad de Izúcar
de Matamoros. Varios hombres le dispararon con armas largas. Hasta la fecha ese
crimen sigue impune y la familia de Villegas sigue esperando que se haga
justicia.
“Quiero que revisen la trayectoria y la calidad moral
de los contendientes”, dice ufano, pero los contendientes no sólo son los
candidatos sino los que los acompañan. Para Astudillo no es malo mostrarse y
sentir orgullo por el pillastre de Manuel Añorve, la calidad moral de Añorve es
la fuerza de Astudillo, pienso. Él no lo niega. El chaparrito corrupto no fue
el candidato del PRI, precisamente por su enorme suciedad, el mismo cochambre
del que siente orgullo Astudillo, esa es su congruencia, eso es lo que piensa
compartir con los ciudadanos si le dan la oportunidad de gobernarlos, como
dice.
Lo malo para el priísmo es que la percepción ciudadana
no le favorece, en la calidad de las concentraciones se nota quién lleva la
delantera. Astudillo tiene actos hechizos, actos patito como los de Luis Walton, adhesiones
actuadas, en eso es bueno Añorve, en vestir a priístas de perredistas, lo hace
siempre en sus campañas, la regla es que las estrategias son para usar una sólo
vez, en lo electoral no hay repetición exitosa. El teatro añorvista no
funcionó. Las concentraciones verdaderas y los apoyos de los sectores decisivos
en una elección ya se han expresado a favor de la candidata perredista Mojica,
es la mejor evaluada por la sociedad y lo saben en el equipo de Astudillo, por
eso la desesperación, por eso repiten como locos las encuestas, quieren
creerlas.
Otro signo de desesperación es Acapulco, allí no tiene
nada Astudillo, por eso tiene semanas que no sale de este puerto, hace campaña
con lo que sea, como sea y a como puede. A falta de grupos importantes que
quieran acompañarlo, inventa reuniones de la “sociedad civil”, son priístas
vestidos de civil, eso demuestra que no tiene nada. Algo anda mal con don
Héctor, y Acapulco lo tiene perdido el PRI. Buena suerte para la próxima.
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