jueves, 4 de junio de 2015

Luis Walton y Héctor Astudillo calañas del mismo queso

*El voto inútil y las malas compañías de los candidatos
Acapulco, Gro.- Luis Walton Aburto, candidato del Partido Movimiento Ciudadano sabe que no tiene ninguna oportunidad real de colocarse en los primeros lugares de la contienda electoral por la gubernatura de Guerrero. Todo su activismo electoral está enfocado en hacer que la candidata del PRD pierda, y el priísmo, con todo lo que significa, regrese al gobierno del estado. A Walton no le importa que Guerrero se hunda, el quiere venganza. Un voto por Walton es un voto para que regresen los peores tiempos de Guerrero.
En todas las encuestas que se han dado a conocer el cuestionado ex alcalde de Acapulco sigue en tercer lugar con 15 puntos, ya no crece ni crecerá más porque su repertorio está agotado y su campaña también. No tuvo, ni tendrá, el respaldo de las grandes organizaciones sociales, como transportistas, obreros, maestros, y demás, su figura y su campaña están relegadas. Ante la ausencia de buenas propuestas y buena estrategia, enfoca sus ataques contra el gobierno de Rogelio Ortega, del mismo modo en que lo hacen los demás candidatos perdedores como el panista Jorge Camacho y Pablo Amílcar Sandoval de Morena, por citar a los más recalcitrantes, que andan entre 3 y 1 por ciento de la intención del voto. Se equivocan de estrategia, y de objetivo, pegarle al gobernador y denostar los esfuerzos por pacificar el estado, sólo los coloca como obsesivos, sin imaginación ni propuestas para el electorado.
Walton, a pesar de movilizar a parte de los funcionarios del ayuntamiento de Acapulco para que hagan activismo a su favor, entre ellos a directores y secretarios, el gasolinero, sigue cargando sobre sí el estigma de haber sido uno de los peores alcaldes de Acapulco, su mal desempeño en ese gobierno le resta cualquier credibilidad a su propuesta de “volver a creer en Guerrero”, la gente dice: “en Guerrero sí creo pero no en Walton”.
Don Luis, respaldado en su proselitismo por un diario local, del que también es socio, buscó en los inicios de esta campaña ser nominado como candidato del PRD, PT y su propia franquicia, Movimiento Ciudadano, no lo logró y sólo se quedó como candidato del MC. Su postulación fue rechazada porque no tenía ni el respeto ni el reconocimiento de los ciudadanos por causa del desastre y caos en que dejó Acapulco, y por su falta de arrojo para procurar llevar a juicio al ex alcalde priísta Manuel Añorve, su antecesor, que dejó en quiebra esa comuna porteña y quiere repetir la misma dosis en caso de ganar la gubernatura Héctor Astudillo.
Un voto por Walton, es un voto más para el PRI. No sirve al cambio. El candidato anaranjado busca hacer el mayor daño posible al voto del PRD. Nadie sabe qué habrá negociado Luis Walton con Héctor Astudillo, pero sus votos sólo servirán para que no gane Beatriz Mojica. La gente dice: “Walton es un candidato mal agradecido con el PRD que lo hizo alcalde de Acapulco”. Ël dice que no, que los perredistas son los malagradecidos, quién sabe, lo cierto es que sólo hace campaña de rencor.

La nueva derrota anunciada

Héctor Astudillo Flores, candidato por segunda vez del PRI a la gubernatura de Guerrero parece que ya anuncia su segunda derrota, o al menos así lo perfiló este día durante un desayuno con priístas autodenominados de la “sociedad civil” en el lujoso restaurante El Faro.
Allí reconoció que fue el culpable de la caída del priísmo en Guerrero, un mérito que puede volver a repetirse, pues a pesar de que le han dado vuelo a varias encuestas que lo colocan apenas por encima de su adversaria, la perredistas Beatriz Mojica, lo cierto es que sus actos de campaña son quirúrgicamente plásticos. Concentraciones escasas, multiplicadas por la magia de photoshop. La virtualidad tratando de desplazar a la realidad.
Allí, entre conocidos comensales de corazón tricolor dijo su mea culpa: “Yo perdí y sí, lo reconozco, estuve triste, y muchos pueden decir que fui el culpable de la caída del priísmo en Guerrero, pero nadie puede acusarme de que me quedé tirado sin hacer nada y como pude, poco a poco me reincorporé a mis actividades políticas y sin pelearme con nadie, hoy tengo la oportunidad de servirle a mi pueblo y les garantizo que este 7 de junio comenzaremos una nueva historia a favor de los más pobres”. Otra vez las contradicciones, allí en el restaurante El Faro no había ningún pobre, todos al menos se están sobando las manos en espera de que el priísmo vuelva hacer de las suyas.
El cinismo existe en la desmemoria. Movido quien sabe por qué enano malvado que le dicta cosas al oído, don Héctor se lanzó para adelante sin ver a los que tiene a su lado. Junto a él va el mega desprestigiado y corrupto alcalde de Acapulco Manuel Añorve, los acapulqueños lo recuerdan porque los dejó a merced de la delincuencia y el caos, además de heredarles una deuda de casi mil millones de pesos, dinero que fue a parar a varias de sus cuentas bancarias, dicen.
Pero para el buen Astudillo eso no importa, el dijo: “quiero que revisen la trayectoria y la calidad moral de los contendientes, ya que en la vida hay que ser congruentes con lo que se dice y se hace. Por ello, espero me den la oportunidad de gobernarlos este 7 de junio y juntos sociedad-gobierno, trabajemos por la transformación del estado”.
La recomendación de Astudillo no es necesaria, sale sobrando, eso ya lo ha hecho, y lo hace la gente cada vez que ve a su lado a un René Juárez, un gobernador que pactó con el crimen organizado, y con el que la violencia comenzó a mostrar sus putos colmillos. A finales de su gobierno ex contralor del Gobierno del estado, José Manuel Armenta Villegas, que también se desempeñó como secretario privado de René Juárez, fue acribillado el 31 de julio del 2000 cuando circulaba por la carretera Puebla-Cuautla, cerca de la ciudad de Izúcar de Matamoros. Varios hombres le dispararon con armas largas. Hasta la fecha ese crimen sigue impune y la familia de Villegas sigue esperando que se haga justicia.
“Quiero que revisen la trayectoria y la calidad moral de los contendientes”, dice ufano, pero los contendientes no sólo son los candidatos sino los que los acompañan. Para Astudillo no es malo mostrarse y sentir orgullo por el pillastre de Manuel Añorve, la calidad moral de Añorve es la fuerza de Astudillo, pienso. Él no lo niega. El chaparrito corrupto no fue el candidato del PRI, precisamente por su enorme suciedad, el mismo cochambre del que siente orgullo Astudillo, esa es su congruencia, eso es lo que piensa compartir con los ciudadanos si le dan la oportunidad de gobernarlos, como dice.
Lo malo para el priísmo es que la percepción ciudadana no le favorece, en la calidad de las concentraciones se nota quién lleva la delantera. Astudillo tiene actos hechizos, actos patito como los de Luis Walton, adhesiones actuadas, en eso es bueno Añorve, en vestir a priístas de perredistas, lo hace siempre en sus campañas, la regla es que las estrategias son para usar una sólo vez, en lo electoral no hay repetición exitosa. El teatro añorvista no funcionó. Las concentraciones verdaderas y los apoyos de los sectores decisivos en una elección ya se han expresado a favor de la candidata perredista Mojica, es la mejor evaluada por la sociedad y lo saben en el equipo de Astudillo, por eso la desesperación, por eso repiten como locos las encuestas, quieren creerlas.

Otro signo de desesperación es Acapulco, allí no tiene nada Astudillo, por eso tiene semanas que no sale de este puerto, hace campaña con lo que sea, como sea y a como puede. A falta de grupos importantes que quieran acompañarlo, inventa reuniones de la “sociedad civil”, son priístas vestidos de civil, eso demuestra que no tiene nada. Algo anda mal con don Héctor, y Acapulco lo tiene perdido el PRI. Buena suerte para la próxima.
 

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