*Acostumbrados
al chantaje y la verticalidad, los legisladores buscan sacar tajada económica y
electoral
Por Jeremías
Marquines/ Apuntes de un Viejo Lépero
Acapulco, Gro.-
Los diputados del Congreso de Guerrero sufren de fiebre chikungunya. Sudan la
calentura electoral y padecen dolores reumáticos en sus bolsillos. Insensatos
claman por el regreso de Ángel Aguirre, el causante de que Guerrero sea una
pesadilla ingobernable, el responsable, por omisión, del caso Ayotzinapa. Los
diputados chillan porque desde el Ejecutivo ya no fluyen las órdenes, ni el
dinero, por lo tanto, tampoco saben qué hacer con su recién adquirida
independencia. Quieren eso sí, negociar un bono millonario para su retiro.
Acostumbrados
al chantaje y la verticalidad, los diputados locales de Guerrero, llaman
“desprecio del Ejecutivo” el que ya no intervenga en los asuntos del ese
Congreso. Con la llegada de Rogelio Ortega como gobernador interino, los
diputados dejaron de recibir órdenes y dinero a cambio de aprobar o desaprobar
cualquier cosa. No tienen pues, fuente de ingreso extra, a eso se debe su
furia. Se duelen porque ya no es como antes, cuando Ángel Aguirre les daba
millones a cambio de su lacayismo. Ninguno de los que ahora estigmatizan a
Rogelio Ortega, dijo nada para condenar la actuación de Ángel Aguirre y el
enorme atraco al presupuesto del estado. Ninguno lo ha señalado por el asunto
de Iguala.
Inconsciente
de la crisis de Guerrero, a la sólo aportan más problemas por su falta de
calidad moral y su insultante ambición, ahora quieren aprovecharse de la
ratificación o no del gobernante. Buscar sacar tajada económica y tajada
electoral, como en el caso de los diputados del PRI y los del Movimiento
Ciudadano. Acusan a Ortega de que no ha hecho nada por resolver la crisis de
ingobernabilidad, que no ha hecho nada por buscar el diálogo con los padres de
los normalistas desaparecidos y con los maestros de la CETEG, de que no hace
nada por atender la inseguridad, que no hace nada por resolver los conflictos
laborales, la pobreza ancestral, y el chikungunya.
De
todo eso se quejaron antier, en una sesión de ese Congreso donde desfilaron
panistas, priístas y seguidores de Luis Walton, incluso, el diputado Oliver
Quiroz, uno de los más flojos en rendimiento legislativo, pidió desde tribuna
que la candidata del PRD decline por su patrón. Así lo dijo desde la tribuna:
“que Bety Mojica decline a su favor, ya le demostramos que Walton puntea las
encuestas”. De ese tamaño moral son los señalamientos contra Ortega. Los del
PRI, en voz de otro flojonazo de nombre Héctor Apreza Patrón, también
anatemizaron buscando tajada electoral. Como si rebosaran pureza acusaron de
imprudente el que Ortega haya ido a Michoacán a acompañar al candidato del PRD,
Silvano Aureoles. Como si Peña Nieto no estuviera interviniendo en Guerrero,
como si el PRI no usara las delegaciones federales y el Plan Nuevo Guerrero
para apoyar a Astudillo, como si la compaña mediática por el helicóptero no
estuviera pagada desde presidencia.
Este
señor Apreza, afirma incluso que “hay un desánimo generalizado en su contra por
el ´desprecio´ que Rogelio Ortega muestra contra el Congreso local, sobre todo
luego de declarar que tiene las maletas listas para irse y que no comprará ni
un voto para ser ratificado en el cargo”. Al priísta, le parece desprecio la
independencia legislativa. Extraña los tiempos cuando sus gobernadores le
decían qué hacer o qué no hacer. Desprecio a la libertad de decidir por sí
mismos qué es lo mejor para Guerrero. Le ofende que Rogelio Ortega no esté
temblando por la amenaza de que lo ratifiquen o no. Apreza acusa el mal del
“sinvergüenza honrado”, aquel que chantajea pero luego cuando alguien lo
descubre se hace el ofendido. A nadie engañan con simular una decencia que no
tienen. Todos han recibido dinero a cambio aprobar o desaprobar algo. Ningún
ciudadano les cree que lo que dicen, ni cree en su fingida respetabilidad. Para
probarlo podemos ir a las encuestas pero sería muy aburrido.
Ahora
bien, lo que esos diputados fingen no ver, es que todas sus quejas infamantes
las dijeron en una sesión ordinaria del Congreso de Guerrero, Congreso que fue
vandalizado varias veces por normalistas pero que en lo que va de este año no
ha vuelto a ser ultrajado. Ahora -a diferencia de noviembre o diciembre del año
pasado, cuando desesperadamente buscaban a alguien que les resolviera el
problema que su corrupción e indolencia causó-, esos diputados pueden sesionar
en paz, sin miedo de ser encerrados por maestros o normalistas indignados.
El
simple hecho que los diputados puedan sesionar en paz en su recinto, echa por
tierra toda la infamia que le lanzaron a Rogelio Ortega. Ese simple hecho
significa que ha cumplido con el mandato para lo cual fue nombrado: regresar la
normalidad democrática a Guerrero, no le encargaron otra cosa, porque en 9 o 10
meses ni Jesucristo podría reparar el enorme daño que los gobiernos priístas
causaron a Guerrero. Esa normalidad significa que los poderes del estado
funcionan. Significa también que intencionalmente mienten pues está claro que
Rogelio Ortega ha dialogado, ha convencido, ha acordado con las partes en
conflicto, si no fuese así, esa camarilla de diputados locales seguirían
huyendo, escondiéndose temerosos de ser vapuleados por los grupos
antisistémicos que tanto, tanto los odian.
Contra
todas las infamias que lanzaron los diputados el otro día, la realidad es
aplastante. Guerrero tiene una relativa paz. Relativa porque no puede haber paz
completa mientras no haya satisfacción total sobre la desaparición de los
normalistas. Esa relativa paz que ha construido solamente Rogelio Ortega. Digo
solamente, porque ninguno de esos diputados, ninguno de esos prístas, panistas
o waltonistas, no ha hecho nada porque no quieren, y porque no tienen la
calidad moral para hablar con los grupos que demandan la presentación con vida
de los normalistas, por lo contrario, están señalados de ser parte de la trama
criminal de los hechos de Iguala. Recuérdese que ninguno de ellos se pronunció
contra la omisión cometida por Ángel Aguirre. Ninguno tiene la calidad moral
para hablar de esos hechos, sin mentir.
La relativa
paz construida por un Rogelio Ortega solitario, es lo que ha permitido que las
dos últimas temporadas vacacionales, Acapulco rebose de turismo y genere
empleos, y derrama económica. De no ser por lo que ha hecho Rogelio Ortega,
todavía estaríamos viendo un Congreso en llamas, oficinas saqueadas, bloqueos,
marchas y más vandalismo. Para los que tienen memoria, recuérdese que en
noviembre o diciembre los panistas andaban buscando desaparecer los poderes en
el estado, por ingobernable. Hoy nada de eso ocurre.
Entonces,
¿qué hay de cierto en la queja de los diputados locales? Realmente nada. La
ratificación de Rogelio Ortega al frente del gobierno de Guerrero es una
discusión estéril. La ha promovido principalmente el diputado ardillo, Bernardo
Ortega, un sujeto que no debería estar en ese Congreso por sus vínculos
criminales. La violencia que asola la zona centro es generada por el grupo
criminal donde militan sus familiares. ¿Con qué calidad moral habla este sujeto
de ratificar o no a un gobernante que trata de reparar el daño que ellos han
ocasionado?
Otro
es el priísta Apreza, se entiende su postura. Su interés es estrictamente
electoral. Busca de esta manera, quien sabe cómo, apoyar a su candidato Héctor
Astudillo. Piensa que atacando al gobernador crecerá un Astudillo mangoneado
por el pequeño Añorve. Del diputado empleado de Luis Walton mejor ni hablar, ya
quedó claro que su interés es venganza porque Walton fue despreciado por el
PRD. Walton que le hace el trabajo sucio al PRI.
El
tema de que Ortega fue a Michoacán a apoyar a un candidato del PRD, es absurdo
y un pasatiempo para idiotas. No vale la pena perder el tiempo en amarillismos.
Rogelio Ortega puede apoyar al candidato que quiera en su tiempo libre y sin
usar recursos del gobierno. No es el primero y ni será el último que lo haga.
Así lo hace Peña Nieto, así lo hizo Calderón, así lo hizo Mancera, así lo hizo
Ebrard, así lo han hecho todos con el agraviante de que dispusieron de los
recursos de sus gobiernos, ¿por qué diablos ensañarse ahora contra un Ortega
que llegó en una aeronave rentada a particulares por el candidato que le
invitó? Más cuestionable es el caso del candidato del PRI Héctor Astudillo que
utiliza dos helicópteros que un empresario de la ciudad de México secretamente
ha puesto a su disposición a cambio de beneficios futuros. Eso es más
criticable. Más sucio. Pero lo callan.
Está
claro que no es el interés de los diputados locales velar por el bien de
Guerrero. Lo que buscan es extorsionar con la ratificación o no de Rogelio Ortega.
Eso ha quedado claro. No les importa a estos señores volver a incendiar al
estado. No les importan los ciudadanos, no les importa el turismo, no les
importa la gobernabilidad, eso está claro. Lo que les importa a estos señores
es su propia satisfacción. Lograr su venganza, llenarse las bolsas de dinero, y
generar inquietud y zozobra en Guerrero. Si les importara el bienestar de los
ciudadanos, en lugar de usar la tribuna para chismes, infamias y vilezas,
deberían estar ayudando a consolidar la pacificación del estado. Deberían
exigir, en vez de chillar porque Ángel Aguirre regrese, que se le encarcele. Lo
dicho: son diputados chikungunyas porque son tóxicos, virales y…. La otra
palabra con p, la pueden completar los lectores.
La camioneta en la que viajaba
el ex diputado local del PRI, ex coordinador de la comisión de gobierno ex
presidente de la comisión de procesos internos del PRI y actual Coordinador del
tricolor en el Congreso de Guerrero, Héctor Apreza Patrón y el presidente municipal
de Olinala Eusebio González, se impactó contra un camión que estaba estacionado
a la salida del paso a desnivel de esta ciudad, sobre la avenida Guerrero, hace
algunos años.
Bernardo Ortega Jiménez,
presidente de la Comisión de Gobierno, adelantó que a partir de esta semana
iniciarán los “cabildeos, análisis y discusión” sobre la posible permanencia
del Ortega Jiménez al frente del Poder Ejecutivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario