*El gobierno de Gustavo Alcaraz Abarca, es de
ingobernabilidad
Tixtla, Gro.- El PRD ha gobernado el municipio de Tixtla en tres ocasiones. Su primer
triunfo fue en 1999 con Jorge Vargas Alcaraz, quien inmediatamente decepcionó a
los ciudadanos, ya que su administración fue muy cuestionada por diversos actos
de corrupción en que incurrieron algunos de los funcionarios de su mayor
confianza. Al Congreso local no le quedó de otra que desaforarlo por diversas
irregularidades financieras. Todo eso ocurrió a escasos 20 días de que
culminara su periodo como primer edil.
Los ciudadanos castigaron
muy pronto al Sol Azteca en las urnas por el gobierno fallido que ejerció Jorge
Vargas. Por lo que optaron en darle su confianza al empresario Edgardo
Astudillo Morales, del PRI.
El fenómeno político que
representó Zeferino Torreblanca Galindo en 2005, hizo posible que el PRI
perdiera la gubernatura del estado con un candidato débil como lo fue Héctor
Astudillo Flores. Asimismo propició que en la elección de octubre de ese mismo
año, el PRD lograra arrasar en las urnas. Se respiraban aires de cambio.
En Tixtla, la “izquierda”
volvió a ganar la alcaldía con Rogelio Nava Peralta, quien en ese entonces era
una persona respetada por sus paisanos, tanto que se creyó que no iba a cometer
las porquerías que se realizaron con Jorge Vargas.
Y otra vez los tixtlecos
se equivocaron. Nava Peralta se rodeó de personajes insensibles. Durante los
tres años en que estuvo al frente del poder, hubo varias protestas frente al
palacio municipal. Comerciantes, transportistas, campesinos, trabajadores de
base y policías siempre se quejaron de un trato déspota por parte de
funcionarios y del mismo alcalde.
El cobro de factura se
dio inmediatamente. En octubre de 2008, los ciudadanos decidieron darle su
confianza al priista Jorge Luis Campos Espíritu, quien durante su campaña se
comprometió que si ganaba la elección iba a auditar al gobierno corrupto de
Nava Peralta y que con él las puertas del ayuntamiento iban a estar siempre
abiertas para la gente. Ni lo uno ni lo otro.
Con tal de llevarle la
contra al PRI por no darle la candidatura a la diputación local del 24
distrito, Campos Espíritu optó en respaldar al candidato del PRD, Gustavo
Alcaraz Abarca. Y lo hizo a través de sus operadores políticos Martín Navez
Hernández, Víctor Encarnación Alcaraz, Efrén Encarnación Nava e Ismael Cortés
Moisén.
Como todos sabemos, el
PRI, a pesar de haber gobernado Tixtla en el trienio 2009-2012, tenía amplias
posibilidades de retener la alcaldía, independientemente de la traición de
Campos Espíritu, pero se dieron otras circunstancias; por ejemplo, una
impugnación promovida ante el Tribunal Electoral del Estado (TEE) por un ex
aspirante a la alcaldía (Rubén Valenzo Cantor), que a todas luces lo hizo para
favorecer al abanderado del PRD.
Gustavo Alcaraz Abarca
ganó la elección del 1 de julio de 2012 por la confusión que se generó en la
militancia priista, pues de último momento, se manejó que el TEE le quitó la
candidatura a Saúl Nava Astudillo para otorgárselo a Valenzo Cantor. Cientos de
priistas decidieron no salir a votar. Fue por eso que el PRD logró su tercera
victoria en la tierra del general Vicente Guerrero Saldaña.
Las consecuencias ahí
están. Gustavo Alcaraz llega al poder e inmediatamente surgen manifestaciones
en su contra; sobre todo, el pasado 21 de enero cuando se da el levantamiento
en armas de habitantes de la comunidad de Atliaca, quienes exigen seguridad por
los diversos delitos que se han cometido en esa zona. Y no tardaron en
manifestarse gente de Acatempa.
Al no dar respuesta
positiva a las demandas sociales, ya le solicitaron que mejor deje el cargo por
inepto y por fomentar el nepotismo. Luego entonces, el PRD vuelve a fallarle a
los tixltecos.
El ex presidente municipal de
Tixtla, Jorge Luis Campos Espíritu, fue ha sido uno de los más criticados por
cometer actos de corrupción durante su administración. Además de que apoyo al
actual edil perredista, Gustavo Álcaraz, quien más tarde lo traiciono.
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