Por: Glendobeth Gutiérrez Castrejón
La quieren bajar, fue una expresión que se escuchó, cuando se supo de las denuncias de revocación de mandato, presentadas ante el Congreso de Guerrero, en contra de Abelina López Rodríguez, la 2 veces alcaldesa de Acapulco, municipio referente de Guerrero en México y el mundo.
Hubo quienes dijeron que sí, que si será bajada, y en consecuencia, quedará fuera, para contener en 2027 por la gubernatura guerrerense, mientras que otros expresaron qué no, que ello no sucederá por existir diferentes razones, entre ellas, que una de las denuncias, la de Ramiro Solorio, carece del robustecimiento necesario, para conseguir su cometido.
Pese a los diversos comentarios, en el Poder Legislativo, el proceso iniciado por el ex candidato a presidente municipal del puerto, sigue su cause legal bajo la lupa y el razonamiento de la Comisión Instructora, que así como analizará la denuncia, que se supone debe incluir pruebas, también debe darle su espacio a la presidenta municipal, para que haga uso de sus derechos para defenderse.
Tengan estos procedimientos o no, tintes políticos, las denuncias se encuentran en manos de los legisladores guerrerenses y a la expectativa de muchos que visualizan diversos escenarios, respecto al promovido por el ex diputado local:
- Habrá dos ganadores, Ramiro y el Congreso, así como una perdedora, en caso que proceda la revocación de mandato, con un proceso coherente.
- Habrá dos ganadores, Abelina y el Congreso, así como un perdedor, en caso que no proceda la revocación de mandato, con un proceso coherente.
Por el revuelo que ha causado este proceso, cada una de las partes tiene su responsabilidad:
- Quien acusa, se espera haya presentado su denuncia debidamente fundada y motivada, con el respaldo de pruebas fehacientes, que robustezcan su dicho.
- La acusada tiene que defenderse, en tiempo y forma, por los causes correspondientes.
- La Comisión Instructora, tiene que hacer su chamba de manera quirúrgica, sin que haya duda de su imparcialidad, valorando lo dicho y las pruebas del acusador y lo que la acusada argumente.
Dándole el beneficio de la duda a la Comisión Instructora, de que su trabajo será impecable y este tenga manera de ser verificado por otras instancias y el escrutinio público, puede suceder que Ramiro tenga razón y la alcaldesa se vaya, pero también puede ser que se quede por: “Indebida fundamentación de la denuncia”, “mala motivación de la denuncia”, “pruebas insuficientes” o peor aún, porque “no se presentaron pruebas”, lo cual sería mal visto, pues reflejaría falta de seriedad por parte de quien promovió.
De lo que suceda, desde luego que puede haber: Un ganador, un perdedor, ganadores o perdedores. Quien o quienes pierdan, quedaran mal parados. Si la presidenta se va, es posible que se atore su carrera política, pero si se queda, el proceso puede derivar en una especie de purificación para ella y para su gobierno.
El proceso está interesante, dicen que lo que no mancha tizna, pero también que hay aves que cruzan el pantano y no se manchan, lo saben los políticos, los funcionarios municipales, los tres Poderes del Estado con el de la Unión y no solamente la ciudadanía que vota, sino también el pueblo. Sin lugar a dudas en este proceso, también está en juego algo que no deben de olvidar las 3 figuras que están inmiscuidas, la reputación.
Foto: La presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez.
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