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lunes, 9 de mayo de 2022

* ¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL ABORTO?


 El punto de vista bíblico 

La respuesta que da la Biblia

   La Biblia no utiliza la palabra aborto para referirse a la expulsión provocada de un feto humano. Sin embargo, muchos versículos nos ayudan a entender cómo ve Dios la vida humana, incluyendo la de un niño que no ha nacido.

   La vida es un regalo de Dios (Génesis 9:6; Salmo 36:9). De hecho, toda forma de vida es muy valiosa para Dios, y esto incluye la vida de un niño que está en la matriz de su madre. Así que, cuando alguien mata a propósito a un niño que no ha nacido, está cometiendo un asesinato.

   La Ley que Dios les dio a los Israelitas decía: “Y en caso de que unos hombres luchen el uno con el otro y realmente lastimen a una mujer encinta y los hijos de ella efectivamente salgan, pero no ocurra un accidente mortal, a él sin falta ha de imponérsele el pago de daños conforme a lo que le imponga el dueño de la mujer; y él tiene que darlo por medio de los jueces. Pero si ocurre un accidente mortal, entonces tienes que dar alma por alma” (Éxodo 21:22, 23).

¿CUÁNDO COMIENZA LA VIDA DE UNA PERSONA?

   Para Dios, la vida comienza desde el momento de la concepción o desde el momento en que una mujer queda embarazada. En su Palabra, la Biblia, Dios siempre se refiere al niño no nacido como a una persona distinta. Veamos algunos ejemplos que indican que Dios no hace distinción entre la vida de un bebé que está en la matriz de su madre y la de uno recién nacido.

   * Por inspiración divina, el rey David le dijo a Dios: “Tus ojos vieron hasta mi embrión” (Salmo 139:16). Así que Dios consideraba que David ya era una persona antes de nacer.

   * Veamos otro caso. Dios ya tenía una misión especial para el profeta Jeremías aun antes de que naciera. Dios le dijo: “Antes de estar formándote en el vientre, te conocí; y antes que procedieras a salir de la matriz, te santifiqué. Profeta a las naciones te hice” (Jeremías 1:5).

   * Lucas, un escritor de la Biblia que además era médico, usó la misma palabra griega para referirse tanto a un bebé no nacido como a uno recién nacido (Lucas 1:41; 2:12, 16).

¿PUEDE DIOS PERDONAR A ALGUIEN QUE SE HAYA SOMETIDO A UN ABORTO?

   Sí, Dios puede perdonar a quienes se hayan sometido a un aborto. Si adoptan el punto de vista de Dios sobre la vida, no tienen razón para sentirse aplastados por la culpa. La Biblia dice: “Jehová es misericordioso y benévolo [...]. Tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones” (Salmo 103:8-12). Jehová perdonará a quienes se arrepientan con sinceridad de los pecados que hayan cometido en el pasado, y eso incluye el aborto (Salmo 86:5).

¿ES MALO ABORTAR SI ESTÁ EN PELIGRO LA VIDA DE LA MADRE O LA VIDA DEL NIÑO?

   En vista de lo que la Biblia dice sobre la vida de un bebé que no ha nacido, el aborto no está justificado aunque exista un posible riesgo para la madre o el bebé.

   ¿Y qué pasaría si en el parto se presentara una emergencia en la que hubiera que decidir entre salvar a la madre o al bebé? En esos casos, que no son muy frecuentes, solo las personas directamente implicadas deben decidir qué vida hay que salvar.

   (Algunas traducciones de la Biblia dan a entender que en esta ley lo importante era lo que le podía pasar a la madre, y no al feto. Sin embargo, el texto hebreo se refiere a un accidente en el que muriera cualquiera de los dos, la madre o el bebé). (La Biblia enseña que el nombre de Dios es Jehová) (Salmo 83:18).

   Todos los años se realizan más de cincuenta millones de abortos, una cifra que supera la población de muchos países.

¿ES UNA DECISIÓN PERSONAL O UNA CUESTIÓN MORAL?

   LO QUE DICE LA GENTE:

   La mujer que decide abortar lo hace por varias razones, entre ellas los problemas económicos o de pareja, el deseo de completar su educación o de dedicarse a cierta profesión, o el no querer ser madre soltera. Pero hay quienes piensan que el aborto es moralmente inaceptable, una traición a la confianza que se ha puesto en la mujer embarazada.

   LO QUE DICE LA BIBLIA:

   A los ojos de Dios, la vida —sobre todo la vida humana— es sagrada (Génesis 9:6; Salmo 36:9). También lo es la vida de la criatura que está en el vientre de su madre, el lugar que Dios diseñó para que los bebés estén protegidos durante su formación. Un escritor de la Biblia cantó a Dios: “Me tuviste cubierto en resguardo en el vientre de mi madre”. Y añadió: “Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas” (Salmo 139:13, 16).

   Lo que Dios piensa sobre la vida de un bebé no nacido se refleja, por un lado, en la Ley que dio a la nación de Israel, y por otro, en nuestra propia conciencia. La Ley establecía que si una mujer embarazada perdía el bebé a causa de una agresión, el culpable merecía la pena de muerte. Así, el asesino pagaba la vida de la criatura con la suya propia (Éxodo 21:22, 23). Los jueces primero tenían que evaluar las intenciones y circunstancias de cada caso (Números 35:22-24, 31).

   Además, Dios ha dotado a los humanos de una conciencia o voz interior. Cuando una mujer le hace caso a su conciencia y cuida de la vida de su bebé no nacido, se siente bien con ella misma. * Si hace algo en contra de esta, tal vez la atormente o incluso la condene (Romanos 2:14, 15). Es más, algunos estudios afirman que las mujeres que tienen un aborto corren más riesgo de padecer ansiedad o depresión.

   Pero ¿y si no pensaba tener hijos y esta responsabilidad le parece abrumadora? Fíjese en la promesa tan reconfortante que Dios hace a quienes siguen sus consejos, tanto hombres como mujeres: “Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el hombre físicamente capacitado, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta” (Salmo 18:25). También promete: “Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que le son leales” (Salmo 37:28).

   “Su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados” (Romanos 2:15).

¿Y SI YA SE HA HECHO UN ABORTO?

   LO QUE DICE LA GENTE:

   Ruth, madre soltera, dijo: “Ya tenía tres niños pequeños, y no veía cómo iba a cuidar de un cuarto. Sin embargo, después que aborté, sentí que había hecho algo terrible”. * ¿Podría Dios perdonarla?

   LO QUE DICE LA BIBLIA:

   Jesucristo tenía la misma forma de pensar que Dios, por eso dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento” (Lucas 5:32). Cuando estamos arrepentidos de corazón por haber hecho algo mal y le pedimos a Dios que nos perdone, él lo hace sin reservas, aun si se trata de pecados graves (Isaías 1:18). Salmo 51:17 dice: “Un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás”.

   Además de una conciencia limpia, Dios da paz interior a la persona que se arrepiente cuando esta le ora con humildad. Filipenses 4:6, 7 dice: “Por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”. Ruth estudió la Biblia y le expresó a Dios sus sentimientos más profundos. Así consiguió tener esa paz interior. Aprendió que Dios concede “verdadero perdón” (Salmo 130:4).

   “[Dios] no ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído sobre nosotros lo que merecemos” (Salmo 103:10).

   Un riesgo potencial para la salud de la madre o del feto no es razón suficiente para inducir un aborto. Si al momento del parto los padres deben escoger entre la vida de la madre o la del niño, la decisión es de la pareja. En muchos países desarrollados, gracias a los avances médicos, esto sucede en contadas ocasiones

   La esperanza de la resurrección también da paz. Vea el artículo “Preguntas de los lectores” de La Atalaya del 15 de Abril de 2009, que examina varios principios bíblicos relacionados con la posibilidad de que un no nacido sea resucitado.

LA CONCEPCIÓN: EL MILAGRO DE LA VIDA

   La concepción es el punto de origen del nuevo ser, el momento en que un óvulo queda fecundado por un espermatozoide. Los adelantos científicos han permitido observar los sorprendentes cambios que tienen lugar en el núcleo de este óvulo fertilizado, que es una sola célula. Las moléculas que forman el ADN (ácido desoxirribonucleico) del padre y el de la madre se combinan para crear una nueva vida.

   Es en esta célula primigenia donde da inicio el milagroso proceso de la “construcción” de un ser humano completo. La naturaleza de este proyecto viene determinada por los genes, que son segmentos de ADN encargados de controlar prácticamente todo detalle: la altura, los rasgos faciales, el color del pelo y de los ojos, y miles de otras características.

   A medida que se subdivide esta célula, el plano genético completo se duplica en cada una de las nuevas células. Asombrosamente, todas ellas están programadas para transformarse en el tipo de célula que se precise, como  por ejemplo células del tejido cardíaco, del cerebro, de los huesos, de la piel o de tejido transparente para los ojos. Con razón se ha calificado de milagro a la programación inicial que permite el desarrollo de una nueva persona a partir de una sola célula.

   “El ser humano está programado para el crecimiento y el desarrollo durante toda la vida desde su etapa unicelular”, afirma el célebre biólogo molecular David Fu-Chi Mark. Y añade: “Ya no queda ninguna duda de que cada ser humano es completamente único desde el mismo principio de su vida, desde la fecundación”.

¿UNA PERSONA EN LA MATRIZ?

   Desde el momento de la concepción, el hijo no es parte del tejido materno, sino una persona distinta. El organismo de la madre lo considera un cuerpo extraño y lo rechazaría al instante si no fuera por el ambiente protector que se origina en sus entrañas. Este nuevo ser humano, separado de la madre mediante una membrana, es una persona con su propio código genético.

   Hay quienes argumentan que si el propio organismo de la mujer elimina espontáneamente óvulos fertilizados que presentan anomalías, ¿por qué no puede un médico interrumpir un embarazo? Sin embargo, existe una gran diferencia entre una muerte espontánea y un asesinato. Tome por caso cierto país Sudamericano donde 71 niños de cada 1.000 mueren durante su primer año de vida. ¿Sería aceptable matar a un niño de menos de un año de edad solo por el hecho de que muchos mueren prematuramente? Por supuesto que no.

   La Biblia afirma que la mujer embarazada anida una vida en su interior. Dirigiéndose a Dios, el salmista David escribió: “Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas” (Salmo 139:16). David no dice sencillamente “un embrión”, sino “mi embrión”, subrayando así que su vida comenzó en la concepción, mucho antes de su nacimiento. 

   Bajo inspiración divina, también mencionó que las partes de su cuerpo habían seguido un plan de desarrollo —o instrucciones detalladas “escritas”— que lo había convertido en la persona que era.

   Tenga en cuenta, asimismo, que la Biblia no dice que la mujer concibe un poco de tejido, sino a “un hombre físicamente capacitado” (Job 3:3). Esta expresión también indica que, según la Palabra de Dios, la persona existe desde la concepción, momento en que comienza la vida humana.

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