Emilio Nahín Rojas Madero*
Fredy Leyva Irra*
“Y mandó Dios al
hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres, de
cierto morirás”. –Génesis 2:16 y 17–
“Y al oír esto
Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”.
–Mateo 9:12–
“Antes de que
tomes una decisión; Considera sus efectos en las siguientes siete generaciones”.
–Sabiduría Hopi–
En un principio todo era lava y roca incandescente, emanando Gases de
Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera, los cuales se condensaron; pasando al
estado líquido, precipitándose sobre la faz de la tierra y enfriando la masa
volcánica. Creándose los océanos y las rocas más altas se convirtieron en
continentes (Panguea). El choque de los Iones produjo la electricidad que al
caer sobre los mares y la tierra aún humedecida; activaron las sales y
minerales como el Carbono, Hidrogeno, Oxigeno y Nitrógeno (CHON); fusionándolos
para dar paso a los microorganismos (células) que con la evolución se volvieron
en organismos más complejos, unos adaptados a la vida bajo el agua y los otros
a las condiciones climáticas sobre la tierra.
Y sobre la faz de la tierra se
encontraron con una vegetación más abundante y extraña para ellos, con árboles
gigantescos y frutas de magnitudes inimaginables; ricas en nutrientes, como
consecuencia del excesivo CO2. Vegetación la cual a su vez creo el oxígeno del
que las nuevas especies animales se volvieron dependientes, dándole paso al
segundo siclo más importante (CO2 = O2) después del siclo del H2O; hasta
nuestros días. Este tipo de alimentos con calidad; hizo que el reino animal
evolucionara, creando reptiles más gigantes (dinosaurios). Afortunadamente para
unas especies y desafortunadamente para otras; la tierra fue víctima de un
cataclismo, el impacto de un asteroide que dividió a la tierra y que con cuya
radiación afecto la estructura molecular de las especies, que para sobrevivir
tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Radiación que también le
permitió el paso a un organismo mucho más complejo y con intelecto que sería el
nuevo residente de la tierra: el hombre. Quien convivio en armonía con la
naturaleza solo durante el primitivismo; durante dicha convivencia, se alimentó
también de esa variedad de alimentos y frutas que lo beneficiaron con la
longevidad y un sistema óseo más robusto y de mayor estatura. Pero con el
desmedido uso de los recursos naturales y el divisionismo en tribus se vio en
la necesidad de establecer la sociedad privada. Sin embargo; esta medida no fue
eficiente, ya que los recursos naturales continuaron disminuyendo y el hombre
uso la guerra para disfrazar el saqueo y el hurto en contra de otras castas;
hasta hoy en día, el hurto entre naciones. Lo que lo ha llevado al genocidio no
solo de su especie; sino de todas las demás especies sobre la tierra.
Los países industrialistas no
pueden salirse del circulo de la dependencia sobre los energéticos; siguiendo
la ley: A mayor industrialización; mayor capital = estabilidad económica. La
Organización de las Naciones Unidas ha invitado a una disminución industrial a
Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia, España, Canadá, entre otros; por
encabezar la lista negra de los países más contaminantes con CO2. La principal
fuente de contaminantes (45%) a nivel mundial en la emisión del CO2; sustancia
que genera los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Hoy; esa dependencia de los
hidrocarburos y los recursos energéticos, no solo les está cobrando la factura
a esas naciones sino al mundo entero. El CO2 liberado a la atmósfera ha ido
debilitando la capa de ozono, permitiéndole el paso a los Rayos W y acelerado
el proceso del calentamiento global. Mientras la capa de CO2 es más gruesa y
abundante; la de O2 está disminuyendo.
Muy pronto las máquinas que
necesiten de la combustión del hidrocarburo, comenzaran a desplomarse con mayor
frecuencia; como los recientes aviones comerciales. Esta teoría la corroborarán
las aerolíneas cuando sus naves tengan que volar más bajo de lo que se
encontraba establecido en el reglamento aéreo anteriormente. Quizás por ello la
NASA cancelo en 2010 los viajes espaciales; para no alertar a la raza humana
sobre la escases del oxígeno. Esta teoría no puede ser refutada; ya que el
pasado 22 de Agosto del presente año 2014; la NASA llevo a cabo pruebas de
combustión, experimentando con elementos y combustibles alternativos que no
necesiten del Oxígeno para la combustión. El cambio climático también ha
afectado las corrientes, al grado de que puede permitirle a virus y bacteria
una mayor expansión sobre el planeta (virus del ebola).
Las grandes potencias
mundiales nunca se imaginaron que su industrialización consumiría el oxígeno
que hoy necesitan para la combustión de sus máquinas que los puedan ayudar en
la supervivencia frente a un planeta que se perfila a su estado primitivo que
describimos al principio de éste artículo. Si en algo coinciden todas las
naciones del mundo es en el hecho de que urge un programa de reforestación
mundial. Y se requiere de 130 millones de hectáreas para poder estabilizar el
clima en la tierra. En el 2007 Perú se propuso sembrar 40 millones de
árboles; sin embargo fracaso su proyecto en 2009 porque no conto con una
estrategia de seguimiento, caso similar lo sufrió Bolivia. Otros intelectuales
proponen que los arboles viejos sean asesinados, para sembrar nuevos árboles ya
que estos consumen más CO2 y generan hasta 27.8 kilogramos de oxígeno.
Sin embargo; a pesar de que un
árbol maduro solo genera 6 kilogramos de oxígeno al año, trae consigo otro
beneficio; ya que con sus raíces bajo el sistema de capitalización, extrae
hasta 189.50 litros de agua de fuentes subterráneas a diario. Por lo que al cercar
una hectárea con robles, se contaría con una superficie favorable para la
agricultura. Muy diferente a los efectos producidos por las ecotecnologías como
el árbol artificial o Purificador del Aire Urbano PAU-20 (implementado en Lima
Perú y Gran Bretaña); cuya función es la de imitar la fotosíntesis de los
arboles orgánicos, al absorber los contaminantes y liberar el oxígeno limpio.
Sin embargo; el CO2 captado por estos aparatos, es depositado en el subsuelo,
limpiando el aire pero envenenado la tierra (dejándola estéril); a diferencia
de los arboles orgánicos cuyo CO2 es convertido en madera.
La otra alternativa que se ha
plateado es la disminución del uso de unidades móviles (Noruega) por ser el
tercer factor contaminante a nivel mundial con un 27% de CO2. Sin embargo;
tampoco se debe ser extremista ante una economía que aún sigue dependiendo de
los hidrocarburos y energéticos, por lo que ésta se tambalearía. El problema no
es la elevada emisión de CO2, los seres humanos tenemos derecho a consumir de todo
alimento y recurso natural existente en la tierra; simplemente debemos respetar
sus ciclos químicos o bioquímicos, podemos tender un puente, pero jamás romper
su eslabón, no debemos intervenir en la ciencia que lo envuelve. Para disminuir
el calentamiento global no hay de otra más que con la reforestación; pero con
un programa que le dé seguimiento al desarrollo de los árboles. Lamentablemente
el hombre reforesta donde no debe reforestar y colocando arboles artificiales
donde no deben ser colocados.
El origen de la enfermedad
(contaminantes) de los GEI y sobre todo del CO2 se encuentra alojado en las
líneas de comunicación vial, en las ciudades, en las fábricas o industrias,
allí se encuentra el cáncer. ¿A caso se han visto árboles en las calles de Manhattan,
Chicago, California, Dalas Texas o Washington DC.? Necesitamos “Ciudades
Verdes”, “Fabricas Verdes” o “Industrias Verdes”. La modernidad debe convivir
en armonía con la naturaleza; pues de nada sirve reforestar selvas y montañas,
donde no están las arterias principales de CO2; y donde no se tiene acceso para
su riego, cuidado y preservación. Donde todo lo que se reforesta queda a merced
de sus principales depredador: los taladores. La actividad de la industria
maderera no es maligna para el medio ambiente, el problema radica en que ésta
solo deforesta, pero no reforesta como medida de compensación. Si por cada
árbol talado; la industria sembrara 10 árboles, la tierra se mantendría
estable.
En el proyecto “Costa Verde”
impulsado por “Luchando por la Ecología y el Medio Ambiente (LEMA) A.C. la idea
radica en reforestar los tramos carreteros federales como la Zihuatanejo –
Acapulco – Huatulco. Creando un filtro natural que recicle el CO2 emitido por
los automóviles; para que lo convierta en 153 Mil 840 Millones de litros de
Oxígeno anuales. Disminuyendo el calentamiento global hasta un 0.0000001060966%
sobre los 2.900 millones de toneladas de CO2 que llegan anualmente a la
atmósfera terrestre. La reforestación carretera permite que se le dé
seguimiento al cuidado, limpieza, riego y fertilización de los árboles.
Reforestando ambas laterales con una cantidad de 51,280 árboles; equivalentes a
128 Hectáreas. Con una inversión de $588,870,042.45 de Pesos M/N; tan solo en
el Estado de Guerrero ¿Qué pasaría si se aplicara a nivel nacional y mundial?
Cuando todos los países reforesten sus calles, ciudades y fábricas.
Los gobiernos del mundo gastan
más en resarcir los daños por desastres naturales; que en crear un proyecto
preventivo. Tan solo México durante las tormentas “Ingrid y Manuel”; gasto $50
Mil Millones de Pesos MXN, 85 veces más el costo del proyecto “Costa Verde”;
ahorrándose casi el 66% de lo que gasto en el FONDEN durante las contingencias
del 2013. Éste proyecto de reforestación también trae beneficios como el
desarrollo turístico, derrama económica, salud y empleo. Así como el
resarcimiento del impacto ecológico provocado por la Secretaria de
Comunicaciones y Transporte (SCT), quien al realizar sus labores de
rehabilitación, mantenimiento y ampliación carretera; provoca impacto
ambiental. En Perú se ha cometido el error de depender de las ecotecnologías
(árboles artificiales); invadiendo las calles, ciudades y llanuras, cuando esas
ecotecnologías que solo deberían ser implementadas en fábricas y refinerías
emisoras de CO2.
El modelo aplicado en el
proyecto “Costa Verde” también puede agroindustrializarse; lo único que debemos
recordar es que el CO2 tiene un siclo. El error radica en que las fábricas
alimentan con CO2 al hombre y no a las plantas. Siguiendo el método de “Costa
Verde”; las fábricas deben instalar su sistema de tuberías de emisión de CO2
bajo el subsuelo a manera de formar una carretera o más parecido a un sistema
de riego. Y un aparato de enfriamiento del CO2 para que éste pueda ser liberado
como si se tratase de una red de riego. Y sobre la línea de riego de CO2;
sembrar una variedad de árboles fructíferos, comestibles. Y montar sobre dicho
plantío un toldo a manera de invernadero; pero claro, con la gran cantidad de
CO2 que produce una fábrica, estaríamos hablando de la creación de un
mega-invernadero. Así de ésta manera es como se reciclaría el CO2;
convirtiéndolo en Oxigeno y Madera por un lado; Humedad y Alimentación por otra
parte. Contribuyendo al combate contra el hambre mundial; evitando con ello
recurrir a los Biocombustibles que ponen en riesgo la alimentación de los
pueblos.
Así; los países que hasta hoy
emiten más CO2 a la atmósfera, en un futuro serían respetados ante la ONU por
su valiosa aportación al mundo con el CO2. Contribuyendo a la alimentación de
los pueblos; ello provocaría que el CO2 ocupase un lugar en la bolsa de
valores. ¿Cuánto pagarían los agroindustriales por el kilogramo de CO2? ¿Cómo
beneficiaria el CO2 reciclado a la agricultura nacional? El CO2 no es malo, el
problema es que no ha sido reciclado y aprovechado por los países
industrializados. El CO2 es la fuente principal de la alimentación del reino
vegetal; no tenemos por qué negárselo. Tenemos que reforestar el planeta; es el
único modelo ecológico autosustentable, más práctico y económico. No debemos
depender de las ecotecnologias, que en un futuro nos obligarán a pagar por el
oxígeno que nos proporcionen. No queda más que invitar a los países del mundo
al reciclaje del CO2, en pro del fortalecimiento agrícola nacional para la
alimentación de sus pueblos y para la disminución del calentamiento global.
Oro.

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